Comisión de Economía Carta abierta Buenos Aires

23Jun/100

Una aproximación al concepto de dinero como básico para la economía en la visión del físico F. Capra

Es interesante seguir el pensamiento de un físico teórico de la Universidad de Viena como Fritjof Capra quien ha trabajado como investigador en física subatómica. También ha sido profesor en la U.C. en Santa Cruz, en Berkeley y en la Universidad de San Francisco.
En paralelo a sus actividades de investigación y enseñanza, desde hace más de 30 años Capra ha estudiado en profundidad las consecuencias filosóficas y sociales de la ciencia moderna.
Su producción literaria se inició con la publicación de un icono moderno: “El tao de la física” que supuso el punto de partida de numerosas publicaciones sobre la interrelación entre el universo descubierto por la física moderna y el misticismo antiguo, principalmente oriental.
Sus trabajos de investigación y divulgación siguientes incluyen estudios en que los postulados aportados por su primer libro se extienden a otras áreas, como la biología, la ecología y las ciencias sociales especialmente la economía, enfatizando en todos ellos la necesidad de alcanzar una nueva comprensión del universo que nos rodea como un todo en el que, para comprender sus partes, es necesario estudiar su interrelación con el resto de los fenómenos, pues su visión está basada en que la naturaleza de la realidad es un proceso creativo e interconectado
En relación con la economía en su libro “El punto crucial” Capra sostiene que “los modelos macroeconómicos tendrán que estudiarse dentro de una estructura basada en el enfoque integral y utilizando un nuevo conjunto de variables. Uno de los principales errores – sostiene – de las escuelas modernas de pensamiento económico es su insistencia en usar el dinero como única manera de medir la eficacia de los procesos de producción y distribución. Usando únicamente este criterio, los economistas han olvidado un hecho importante: que la mayoría de las actividades económicas del mundo consisten en una producción informal basada en el valor de uso, en sistemas de intercambio y en arreglos recíprocos de compartir bienes y servicios, y que todo esto se verifica fuera de las economías monetarias.
A medida que estas actividades – trabajo doméstico, cuidado de los niños, asistencia a enfermos y ancianos – son más monetizadas e institucionalizadas, los valores que permiten a las personas prestarse recíprocamente servicios gratuitos comienzan a deformarse; la cohesión cultural y social se disuelve, y no sorprende que la economía comience a sufrir una disminución de “la productividad”. Este proceso se ve acelerado por el hecho de que el concepto de dinero se está volviendo cada vez más abstracto y más ajeno a las actividades económicas.
Mientras que en el actual sistema bancario financiero mundial, las unidades monetarias pueden deformarse de una manera casi arbitraria por parte del poder de las grandes instituciones, el uso cada vez más generalizado de las tarjetas de crédito, los sistemas electrónicos de actividad bancaria y transferencias de fondos, y otros instrumentos de la moderna tecnología de la informática y las comunicaciones han añadido nuevos niveles de complejidad que prácticamente impiden el uso del dinero como sistema exacto para medir las transacciones económicas en el mundo real”

Capra Fritjof, El punto crucial, editorial estaciones, 2008

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