IGUALDAD
Jorge Ferreyra *
21.09.11
Democracia y Capitalismo
1.- Cuando la presidenta Cristina expresa en un discurso “ya tenemos la libertad ahora vamos por la igualdad” desata un conjunto de supuestos e interrogantes. La igualdad como concepto y práctica social en un sistema capitalista de producción, distribución y consumo dispara muchas cuestiones para el debate y la reflexión. Teóricamente la democracia tiende a la igualdad de las personas mientras que la organización socio-económica de la sociedad basada en el capital tiende a la desigualdad.
La democracia real en el mundo - la que se práctica desde hace unos 200 años - no ha favorecido en general (hay excepciones desde los Estados) la igualdad de las personas sino que ha agrandado la brecha de desigualdad al quedar subordinada a la organización socio-económica capitalista. Los motivos, las razones pueden ser muchas entre otras se pueden incluir: 1) asimetrías manifiestas en la comunicación e información de la sociedad al momento de tomar decisiones electorales 2) tendencia a la centralización y concentración del capital 3) tendencia a la concentración de medios de comunicación masiva y un mensaje que trata a los receptores como consumidores de productos 4) utilización de metodologías y técnicas de marketing (originalmente pensadas para la venta de productos y/o servicios) en las campañas electorales 5) cooptación de las elites dominantes de los intereses de clase de los dominados (ausencia manifiesta de “conciencia de clase” etc.) 6) la liquidación de la etapa capitalista del “Estado Benefactor” con activa presencia de las organizaciones del trabajo (1946-1973) cuando se reduce la tasa de ganancia y comienza la etapa “neoliberal” con Reagan / Theacher y “No hay alternativa” como estandartes (1980) Se refuerza con la supresión del llamado “socialismo real” del Bloque Soviético (1989)
El “mercado” (según J.K. Galbraith) ha suplantado desde hace más de 50 años la palabra capitalismo para referirse a la organización socioeconómica de la sociedad. (Han hecho su trabajo al respecto los organismos internacionales) Es así que hablamos de diferentes “mercados”: “financieros” “de trabajo” “de consumo” “de materiales” “de bienes” “de servicios” etc. donde hay una oferta y una demanda. Pero, (siempre hay un pero) cuando hablamos de “demanda” en la organización capitalista de una sociedad hablamos de una “demanda solvente” nunca de la totalidad de la “demanda”. Es aquí donde aparece la asimetría y con ello la desigualdad manifiesta como tendencia. Si a ello le sumamos la etapa “neoliberal” que se resume en el “consenso de Washington” donde el capital financiero domina al capital productivo y donde “maximizar ganancias”, (a como sea) a favor de la velocidad que da la informática, se transforma en el centro de la actividad del capital entendemos porque la brecha de desigualdad se amplia.
Estado y Democracia
Cuando las sociedades organizan la producción, distribución y consumo de bienes y servicios bajo la forma capitalista es también el Estado el que aparece (en democracia) como el referente obligado. La captura o cooptación del Estado por las distintas elite se transforma en un juego donde la democracia pasa a ser un decorado que reviste de legalidad los actos que el verdadero poder (y su lucha al interior de las elites) realiza en su nombre. Todos hemos conocido los distintos nombres que hablan de su centralidad: “estado minimo” “estado benefactor” “estado terrorista” “estado subsidiario” “estado clientelista” “estado burocrático” según como se orienten las políticas del Estado.
La centralidad del Estado en tanto referente obligado para minorías (capitalistas) y mayorías (trabajadores) en el marco de una democracia formal representativa se transforma así en una lucha por su orientación política. Cuando Cristina habla de “igualdad” debemos suponer que quiere en sus palabras “profundizar el modelo” desde el Estado a favor de las mayorías populares pero al mismo tiempo ha dicho “sola no puedo” y “debemos institucionalizar el modelo” con lo cual la participación popular para “radicalizarlo” (1) cuidarlo y consolidarlo aparece como un requisito imprescindible.
(1) No hace mucho el viceministro de economía y actual candidato a diputado nacional por la capital federal Roberto Feletti habló de “radicalizar el populismo” y genero una fuerte replica en los medios concentrados y referentes conservadores y liberales económicos y políticos.
Necesidades y Derechos
“Donde hay una necesidad hay un derecho” es un dicho de Evita retomado por Cristina. La constitución de 1949 establecía muchos derechos para un amplio espectro de ciudadanos. La reforma de la constitución de 1853 –(restaurada por el golpe militar de 1955), introdujo en 1956 el famoso 14 bis que establecía derechos a la vivienda, la salud, la educación y el trabajo luego ratificados en la reforma de 1994. Tener necesidades (muchas) y tener derechos (amparados por la constitución) no significa que el Estado y la sociedad como tal satisfagan a ambos. Hay un largo camino de más de cincuenta (50) años donde por un lado se conculcaron libertades básicas (golpes militares del 55, del 66 y del 76) pero también no se satisfacieron ni necesidades ni derechos amparados por la constitución argentina.
Desde el 25.05.03 en adelante el Estado Nacional Argentino en un proceso largo y continuo trata de reparar necesidades trocandolas en derechos para la ciudadanía argentina. Esto que aparece como “reparador” como “justiciero” (pensemos en los derechos humanos ampliados por ejemplo) choca con conceptos básicos de la organización socioeconómica de la sociedad en base al capital en tanto son “los individuos en el marco de la libertad” los que deben procurarse satisfacer necesidades en base a su esfuerzo individual (transformarse en consumidores de los bienes y servicios que ofrece el mercado)
Igualdad y Solidaridad
Igualdad es una hermosa palabra que nos remite a muchas cuestiones humanas, muy humanas: “igualdad ante la ley” “igualdad de acceso a bienes y servicios” “igualdad de oportunidades” “igualdad de derechos” “igualdad de géneros” La igualdad es un bien escaso en un mundo donde la desigualdad - cuya tendencia en la fase neoliberal del capitalismo se profundiza - es un dato de la realidad demasiado presente para obviar. (los indicadores de esta realidad mundial están a la vista de quien quiera leerlos)
La Solidaridad (creo que es algo más que la “fraternidad” de la Revolución Francesa) como una actividad de apoyo, de asistencia, de ayuda, a sectores o grupos minoritarios o marginados por distintos motivos de la sociedad resulta – como actividad - un aporte que puede resultar significativo tanto desde organismos gubernamentales como no gubernamentales. Tienen como objetivo central mitigar en distintos grados las inequidades, las injusticias, que provoca con su tendencia a la desigualdad el mercado capitalista.
Derechos y Obligaciones
Un Estado que desde el 25.05.03 reconoce cada vez más derechos a los ciudadanos requiere de estos también obligaciones. Las obligaciones en un sistema de gobierno democrático como el argentino basado en mayorías que gobiernan y minorías que controlan suponen un conjunto articulado de comportamientos de la sociedad con sus distintos actores e instituciones: 1) consensos básicos sobre prácticas no violentas para dirimir los conflictos de distinto tipo que tiene la sociedad argentina (económicos, políticos, sociales, culturales, ambientales, etc.) 2) protección y cuidado de todo el ambiente (natural, construido y social) donde desarrollamos actividades de distinto tipo 3) responsabilidad social del sector capital para generar inversiones, cumplir con obligaciones impositivas, generar trabajo registrado, no fugar capitales, cuidar el medio ambiente etc. 4) responsabilidad social del sector trabajo para fortalecer y transparentar los sistemas de salud, utilizar métodos de lucha gremial que no afecten a otros trabajadores, generar mecanismos de difusión de las acciones gremiales para facilitar la comprensión de otros actores sociales.
En derechos y obligaciones la República Argentina tiene el privilegio de contar con los organismos de derechos humanos que con su práctica no violenta y su prédica constante de memoria, verdad y justicia son insoslayables para afirmar los derechos y las obligaciones de la sociedad argentina.
La democracia parece un derecho afianzado en la sociedad después de mas de 27 años de su práctica. (1983) No parece corresponderse con el comportamiento individual en cuanto a obligaciones después de más de 35 años (1975) de neoliberalismo que ha permeado desde la economía, la ideología, la política, y la cultura la sociedad argentina, sobre todo en grandes centros urbanos (CABA, GBA, Gran Rosario + Gran Córdoba suman más del 50% del total de la población argentina) El individualismo exagerado, el “salvese quien pueda”, la fascinación que tiene nuestra clase media por el dólar como reserva de valor, la protesta histérica por cualquier motivo (impulsada en muchos casos por los medios de comunicación) resultan ejemplos de un comportamiento instalado desde hace muchos años.
Las PASO del pasado 14.08.11 sin embargo, han demostrado que quizás lo colectivo, lo solidario, las obligaciones (sin olvidar los derechos) , comienzan a ser valorados por los argentinos como bienes sociales a defender.
Igualdad y Libertad
Me repito en la frase de Cristina cuando dice “libertad ya tenemos ahora vamos por la igualdad” resulta para mi, una invitación a toda la sociedad argentina a emprender una lucha continua, consciente, por un valor superior como es la igualdad. El marco de la libertad es un saludable marco cuando todos pueden decir lo que quieren de personas y hechos de la realidad actual y proyectar sus pesimismos u optimismos sobre la realidad futura.
Cuando vamos por la igualdad la situación se complica. Igualdad en un mundo que tiende a la desigualdad en una organización socioeconómica mundial dominada por el capitalismo neoliberal es un desafío muy grande. Hay que convencerse y convencer a muchos ciudadanos para dar la batalla político-cultural y enfrentar los conflictos que se avecinan. De allí la necesidad de acumular poder y también de reconocer a los otros en sus distintas miradas para incluirlos y respetarlos.
La igualdad como valor superior pone en entredicho los ordenes jerárquicos autolegitimados o naturalizados por los usos y costumbres y amplificados por los medios. En que tipo de conflicto nos metemos si “vamos por la igualdad”. La igualdad se opone al privilegio y son muchos los privilegios en la sociedad argentina. También se opone a la dominación e incluso a la indiferencia o al destino (“el destino de ser pobre”) como efectos de la desigualdad.
Historia y Hegemonia
Valga la paradoja. Los que efectivamente son y han sido hegemónicos en la sociedad argentina acusan a este proceso histórico encabezado por Néstor primero y luego por Cristina de pretender ser hegemónico. En mi opinión la lucha por la hegemonía en el marco de una democracia plural es muy buena para la vida democrática de una sociedad, en especial, cuando dicha hegemonía, como es el caso de este gobierno, es para favorecer a las mayorías populares y en especial a los trabajadores.
En los doscientos años (200) de revolución (25 de Mayo de 1810) y un poco menos de independencia, (9 de julio 1816) la Republica Argentina ha soportado la hegemonía de las elites dominantes asociadas a potencias extranjeras en algunos casos (con acuerdos y desacuerdos de las distintas fracciones políticas, militares, económicas, financieras y de la religión católica, a través del tiempo y la historia) pero siempre a favor de minorías excluyentes.
Con la excepción en cierta medida, del primer gobierno de Hipólito Irigoyen y en mucha mayor medida, del gobierno de Juan Perón entre 1946 y 1955 por la transformación que significó para millones de personas y para Argentina como colectivo social, esta – la hegemonía de las elites dominantes minoritarias ha sido la realidad social, económica, cultural y política de este país hasta el 25 de Mayo de 2003.
Esto no significa que no continúe la hegemonía de las elites dominantes minoritarias significa simplemente que en este momento argentino hay una lucha, un debate, una convicción, una política y una gestión, por convencer las subjetividades y por el sentido de una sociedad, de una identidad nacional, de una pertenencia, que poco a poco va trascendiendo a capas más amplias de la población argentina (la mayoría de los habitantes de la CABA y algunos centros urbanos favorecidos pueden ser la excepción aún, que confirma la regla actual por la lucha y el debate que se dan en la sociedad argentina) La palabra hegemonía es empleada aquí en los términos presentados por Antonio Gramsci hace muchos años, es decir que opera no sólo sobre la estructura económica y la organización política de la sociedad, sino además específicamente, sobre el modo de pensar, sobre las orientaciones teóricas y hasta sobre el modo de conocer que tienen los sujetos que integran una sociedad donde el fenómeno de la concentración de medios de comunicación y su mensaje reiterativo reviste un papel de alto impacto en ciertos comportamientos electorales y en el juego democrático. Las PASO vienen a mitigar ese impacto y a demostrar que las alternativas en comunicación e información por un lado, pero la política y la gestión efectiva por otro pueden ser cada vez más reconocidas por la sociedad.
Política y Gestión
La política, se define como “la actividad humana que tiende a gobernar o dirigir la acción del Estado” teóricamente “en beneficio de la sociedad” aunque en la práctica resulta en beneficio de las elites dominantes. También la política “es el proceso orientado ideológicamente hacia la toma de decisiones para la consecución de los objetivos de un grupo” . Otra forma de ver la política es como la “comunicación dotada de un poder para influir sobre la realidad” , y aún el estudio para “establecer los diversos grados de relación de fuerzas (políticas, sociales, culturales, económicas) en un contexto social determinado”.
Una ideología a su vez se define como “el conjunto de ideas sobre el sistema existente (económico, social, político, cultural). Si pretenden su conservación se habla de ideologías conservadoras si busca su transformación la misma puede ser radical o súbita, en cuyo caso hablamos de ideologías revolucionarias. En cambio si busca que dicha transformación del sistema sea paulatina y pacífica hablamos de una ideología reformista. Si el conjunto de ideas es cambio busca la restauración de un sistema previamente existente decimos que se trata de una ideología reaccionaria.” Las ideologías caracterizan a diversos grupos, sean un grupo social, una institución, o un movimiento político, social, religioso o cultural.
Las ideologías tienen dos componentes: una representación del sistema, y un programa de acción. La primera proporciona un punto de vista propio y particular sobre la realidad, vista desde un determinado ángulo, preconceptos o bases intelectuales, a partir del cual se analiza y enjuicia (crítica), habitualmente comparándolo con un sistema alternativo, real o ideal. El segundo (el programa de acción) tiene como objetivo acercar en lo posible el sistema real existente al sistema ideal pretendido.
Con estas definiciones podemos decir que la ideología que engloba el “fenómeno kirchnerista” (algunos hablan del “cristinismo kirchnerista” otros del “peronismo kirchnerista”) es una ideología reformista que busca en el marco de una democracia formal avanzar mediante el diseño de políticas y la gestión de las mismas desde la representación del sistema real (capitalista-individualista) a un sistema que podemos denominar “ideal” que implica una mayor democracia y un desarrollo integral con mayor inclusión social. Este “ideal” engloba en su accionar las banderas históricas de los nueve (9) años del peronismo (1946-1955) (justicia social, independencia económica, soberanía política) con rasgos de liberalismo (ley de medios, matrimonio igualitario, derogación de calumnias e injurias etc. ) republicanismo, (renovación de Corte Suprema, ley de Primarias, Abiertas, Simultaneas, Obligatorias PASO etc.) y la transformación política y cultural (las subjetividades y el sentido de la sociedad) y la centralidad del Estado como banderas históricas de la izquierda política.
Es con este ideario ideológico, según mi opinión, que el “fenómeno” o la “anomalía” (al decir de Forster) “kirchnerista” busca a través de la política como actividad humana esencial dirigir la acción del Estado Nacional teniendo en cuenta, las distintas correlaciones de fuerzas que le va permitiendo la realidad fáctica. Al mismo tiempo intenta de manera permanente forzar los límites que le impone la misma, a través de distintas formas de comunicar y producir hechos que le permite (como colectivo multitudinario) continuar construyendo poder, alentar nuevos proyectos y continuar transformando esa realidad.
Con el siguiente turno electoral (ya muy cercano) se trata no sólo de profundizar las políticas y la gestión y el proyecto de futuro para continuar con la transformación de todos los aspectos de la realidad (no quiero hablar de “modelo” ya que en mi opinión la palabra “modelo” remite a algo acabado que funciona en “automático” y en esta realidad que vivimos no hay nada “automático”) sino de tener más poder producto del juego democrático, para disputar hegemonías en los distintos campos del quehacer social, político, económico, cultural, ambiental de cara la sociedad argentina. Se trata de instalar cada vez más en el imaginario social que se puede transformar la realidad desde la política y la gestión del Estado con la participación activa de la sociedad. (las PASO lo demuestran) Realidad que siempre va a aparecer filtrada por los medios hegemónicos del discurso neoliberal y su matriz especulativo-financiera
*Miembro de la comisión de economía de Carta Abierta
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