Comisión de Economía Carta abierta Buenos Aires

29Ene/130

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1 Cumbre CELAC-UE

En el marco da la Cumbre de los Pueblos realizada entre los días 25, 26 y 27 de Enero de 2013, en Santiago de Chile, las organizaciones y movimientos sociales y políticos de los diferentes países de América Latina, el Caribe y la Unión Europea declaramos lo siguiente:

Hoy, somos testigos de cómo los bienes naturales, los derechos y las personas han sido mercantilizadas en las naciones y pueblos de América Latina, Europa y el Caribe, producto de la lógica capitalista, que en su vertiente neoliberal y machista, permite su instalación y profundización a través de aparatos cívicos, políticos, militares.

Las relaciones existentes entre la Unión Europea y América Latina y el Caribe que priorizan los privilegios y ganancias de los inversionistas frente a los derechos de los pueblos a través de acuerdos comerciales y acuerdos bilaterales de inversiones, profundizan este modelo que perjudica a los pueblos de ambas regiones.

Es así, que estos Estados mercantilistas, las transnacionales y las corporaciones continúan siendo administradores y profundizadores de la pobreza y la desigualdad social en el mundo, amparados por un tipo de democracia representativa, de mano de la elite, que se aleja de los intereses de las grandes mayorías de nuestro pueblo.

Esta hegemonía del capital financiero se manifiesta entre otros en la privatización y mercantilización de los servicios públicos, el desmantelamiento del Estado de bienestar, la precarización del trabajo, el extractivismo, la usurpación, la destrucción y mercantilización de los bienes naturales y sociales propios del pueblo y el desplazamiento forzoso de los pueblos originarios, provocando las crisis alimentarias, energéticas, climáticas.

En la Unión Europea la crisis capitalista ha significado un verdadero golpe de estado financiero que ha impuesto políticas de austeridad en contra de los derechos de los pueblos, de los derechos laborales, ambientales, etc. La troika europea (FMI, BCE, Comisión Europea) obliga los estados a endeudarse para salvar los bancos para que seamos los pueblos los que paguen la crisis provocada por ellos mismo.

Al mismo, es necesario visibilizar la creciente opresión y discriminación hacia las mujeres en América Latina, el Caribe y Europa.

No obstante, a este panorama que parece adverso, reconocemos procesos históricos y recientes a partir de las luchas de nuestros pueblos en el mundo, que han logrado tensionar y agrietar las actuales lógicas y nos dan la esperanza de que otro mundo es posible.

De este modo, surge la necesidad de construir las bases para un nuevo modelo de sociedad que transforme las actuales lógicas y coordenadas políticas, económicas, sociales y culturales en todas nuestras naciones y pueblos de ambos lados del continente las luchas de los diferentes actores y organizaciones del campo popular.

Para alcanzar estos objetivos proponemos que:

Los derechos y bienes naturales arrebatados a nuestro pueblo deben ser recuperados, por medio de la nacionalización, la comunitarización de los bienes y servicios y los medios de producción y el reconocimiento constitucional de la naturaleza como sujeto de derecho. Esto implica pasar de ser resistencia y movimientos reivindicativos a una alternativa que contenga una propuesta política-social integral de país.

Promover el paradigma del buen vivir basado en equilibrio del ser humano con la naturaleza y el medio ambiente y los derechos de la tierra, al servicio de los pueblos, con una economía plural y solidaria.

Democracia directa, participativa y popular y su concretización desde las bases sociales. Para ello, es necesario la integración de actores sociales y políticos del mundo, valorando prácticas territoriales y haciendo el dialogo entre las instancias locales y globales.

Promover la integración en la participación política de los niños y niñas y las juventudes, desde un enfoque de género. Respeto a la libre determinación de los pueblos originarios del mundo, entendiéndolos como pueblos hermanos no sometidos a la territorialidad impuesta por la colonización. Esto, sumando a la promoción de la soberanía alimentaria en perspectiva de una autotomía territorial que a los pueblos y comunidades decidir qué y cómo producirlo.

En cuanto al avance de la represión y la criminalización de la protesta, movimientos sociales y populares, debemos articularnos de tal manera de generar la fuerza necesaria para frenar el avance de leyes antiterroristas y la inserción en las comunidades indígenas de nuestros pueblos, como a su vez la militarización imperialista que ha instalado bases militares en América Latina, Europa y el Caribe.

Sensibilizar, agitar y promover luchas contra las transnacionales, mediante campaña de denuncias y boicot en todos los niveles.

Posicionar el feminismo con un proyecto político antipatriarcal y anticapitalista. Reconocer y promover los derechos de los migrantes y los derechos de los pueblos de libre tránsito entre las naciones.

Plena solidaridad con el pueblo Palestino y todos aquellos pueblos y naciones oprimidos por el poder colonizador y el imperialismo, así como el repudio a las intervenciones cívicos-militares en Honduras, Haití y Paraguay. Apoyamos los procesos de paz, con la participación de los actores sociales y políticos en Colombia. Solidaridad con el pueblo cubano en contra del bloqueo, con Argentina en el proceso de recuperación de las Malvinas, con Bolivia y su demanda por salida al mar, con el pueblo Venezolano en el proceso Bolivariano y con los movimientos sociales en Grecia y España. En el caso de Chile, solidaridad con el movimiento estudiantil en defensa de la educación pública, gratuita y con el pueblo-nación mapuche contra la represión realizada de parte del Estado.

Acompañando la lucha por la soberanía de nuestros territorios en América Latina, es necesario luchar por el respeto de la soberanía de nuestro cuerpo como territorio propio de las mujeres.

Entendemos que la superación de la precarización laboral a la que se ven expuestos las mayorías de trabajadores en América Latina y el mundo, pasa por un cambio estructural que altere las relaciones de propiedad y producción de bienes y servicios valorando la labor esencial que desempeñan los trabajadores y trabajadoras como sustento sobre el cual se construye toda sociedad.

De manera transversal, debemos avanzar en la construcción de plataformas de lucha comunicacional que no sólo permitan develar y difundir las demandas y alternativas de nuestros pueblos frente al modelo hegemónico, sino también como forma de explicar las verdaderas causas de los problemas que hoy nos aquejan.

Debemos ser capaces de construir demandas unitarias que aglutinen a todos los actores sociales y pueblos en disputa y que a su vez nos permitan trazar un horizonte estratégico hacia el cual avanzar, articulando y organizando la unidad entre el movimiento sindical, social y político en América Latina, el Caribe y Europa. Esto debiera traducirse en una hoja de ruta de trabajo y de movilizaciones para el presente periodo, pero con perspectivas a largo plazo.

Al mismo tiempo, fortalecer la organización social y popular en cada sector de inserción, potenciando la amplificación de nuestras demandas a las grandes mayorías por medio de la politización y la movilización.

No podemos dividir más las instancias organizativas en las que estamos, conducir hacia un proyecto en la diversidad es el mayor desafío que se nos presenta para la generación de una alternativa real de poder popular. Romper con los sectarismos que fragmentan, dividen e impiden la construcción de unidad del campo popular, es una tarea urgente.

Frente al poder del bloque dominante sólo la unidad y la solidaridad entre nuestros pueblos nos darán la fuerza necesaria para alcanzar nuestros más alto objetivos y vencer.

Santiago de Chile, Enero 2013

29Ene/130

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CELAC – UE
Por Roberto Páez González

>>> Estamos en las primeras semanas de 2013. Acaba de terminarse la cuarta (de 52, claro). El tiempo pasa volando, como era familiar decir cuando volar todavía estaba reservado a los pájaros… y los primeros aviones.

Como en el mundo es incesante el movimiento y múltiples las acciones de mujeres y hombres, para presentar una semana nos es forzado apuntar a un corto número de hechos.

¿ Hay algo más arbitrario ? No es el caso responder a esta pregunta. Por haber sido un lunes -era el 21 de enero- para nosotros la semana empezó con el anuncio de una derrota de la coalición que dirigía Angela Merkel en la Baja Sajonia. Este dato electoral preocupa a la Canciller en vista de su candidatura a la reelección.

Pero a 4 días del 80 aniversario de la llegada de Hitler al poder, Merkel tuvo -en tierra chilena- una interpretación harto somera del período nazi: “Hubo mucha gente que no tomó parte en ello, sin embargo, desgraciadamente, hubo mucha, mucha más gente que permitió que les cegaran para no ver lo que sucedía” (¡Lo que permitió esa gente! Además, nada sobre la crisis de los años 30, ni sobre el Tratado de Versalles, los modos de ganarse la vida y la geopolítica no importan; hubo un fallo democrático: muchos vieron, pero los que se dejaron llevar fueron más. ¿ Un tantín superficial, no ?).

En una Europa con dirección bicéfala, ya que el eje francoalemán pasa por notas discordantes o hasta por partituras opuestas, este signo de debilidad está lejos de reconfortar a François Hollande, sumergido en una suma de dificultades, entre las herencias de su predecesor en los asuntos domésticos y en los geoestratégicos, como el teatro de Malí, frente a las armas sobrantes de la guerra de Libia y el programa de los salafistas y compañía entre el Sahara y el Sahel.

Dilma hizo foco en la intervención francesa para cuestionar cualquier veleidad de la vuelta al neocolonialismo. Con estas situaciones en el candelero, las reuniones de la Celac con la UE en Chile, este fin de semana, han tenido arduo armonizar progresos en la relación.

Pero en medio de la cumbre Dilma Rousseff regresó a Brasil ante la catástrofe de una discoteca que como la de Cromagnon cortó las vidas de muchísimos jóvenes.

Antes de eso, la mandataria brasileña y Cristina Fernádez de Kirchner acordaron que el bloque suramericano va a presentar durante 2013 una propuesta que tome en cuenta el actual marco internacional en la relación con la Unión Europea. Si bien la Canciller abogó por llegar rápidamente a un acuerdo para un tratado de libre comercio, la presidenta argentina aclaró que hay que esperar a que Paraguay elija nuevas autoridades, se reincorpore plenamente al Mercosur, y ver entonces de preparar una propuesta que considere las asimetrías.

En cambio, según Cristina Fernández de Kirchner, hay consenso para regular la actividad financiera a nivel global, a través del G-20, para limitar la movilidad de los capitales.

Antes de irse de la cumbre -quedando en Chile una delegación argentina- la Presidenta aprovechó una ocasión para pedir un aplauso a Raúl Castro, que en adelante será el nuevo Presidente pro témpore de la Celac, reemplazando a Piñera. Esta circunstancia simboliza la importancia de la participación de Cuba en el alto diálogo de ambas regiones y destaca su papel en el concierto de la Celac.

Prácticamente en simultáneo dio la vuelta al mundo el asunto de la falsa foto de Chávez publicada por El País de España, acríticamente comentada por muchos medios y periodistas que viven en la Babia financiada por las grandes corporaciones y ya no se enteran a tiempo ni siquiera de lo que están haciendo o diciendo. El País retiró la foto, pero dejó la impresión digital de la infamia.

Se ha insistido en que había un gran ausente. Sin embargo, el Presidente Chávez, con su prédica y solidaridad latinoamericanista, su combate contra la pobreza -en su país y otros países hermanos a los que ha ayudado- y su lucha por la reforma económica y social en Venezuela ya ha logrado dejar en la historia su impronta emancipadora, la que ha planeado por sobre la cumbre.

Esta tuvo circuntancias jocosas. No dejó de provocar sonrisas -algunas amargas- el recibimiento que Piñera prodigó a Rajoy: “Bienvenido a un mundo mejor”. No hay que hacerle tanto caso, porque en Chile también hay resistencias, como la mapuche y otras que se merecen un verdadero mundo mejor.

Por otro lado, mientras se anunciaba que las operaciones francesas en Malí se proponían recuperar Tombuctú, el ministro de economía social y solidaria, Benoît Hamon, precedía por poco al Premier francés en su visita a Buenos Aires, de paso rumbo a Santiago de Chile. Jean-Marc Ayrault visitó la ex Escuela Mecánica de la Armada (exESMA), el mayor centro ilegal de detención y torturas durante la última dictadura (1976-1983), y felicitó a Argentina por haber “puesto luz sobre su pasado” y negarse a “ocultar esta historia”.

Como dijo Cristina, puede, efectivamente, considerarse que hay un cambio de época con la decisión de los países latinoamericanos de negociar juntos y la reintegración de Cuba, así como por el reconocimiento europeo de que Latinoamérica manifiesta hoy una sólida autoestima.

Roberto Páez González, 28.01.2013

27Ene/130

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La jornada K en Nuevo Alberdi sacó por unos días al barrio de la crónica policial

Pintaron murales y frentes, limpiaron zanjas, renovaron una cancha de fútbol, equiparon una plaza, cortaron yuyos, pusieron luces en las calles y armaron un festival a pura cumbia, murgas y batucada.

Fiesta. Los chicos en las calles de Nuevo Alberdi bailaron al ritmo de murga.

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Por Laura Vilche / La Capital

Somoza y Luzuriaga, Nuevo Alberdi. Casas sencillas, cunetas, un gran altar del Gauchito Gil, poca luz y carteles escritos a mano que ofrecen desde parches para motos y bicicletas, hasta reparación de celulares y una mampara de baño. En esa cuadra, hasta el 10 de enero pasado existía un bunker de drogas y se vivió una balacera que hirió a tres jóvenes. Pensar que allí, o en cualquier barrio, pueden cambiar los problemas estructurales en apenas dos semanas, es cuanto menos ingenuo. Pero ayer, en Somoza y Luzuriaga y en varias cuadras del vecindario, hubo otro clima. Al menos, este fin de semana el barrio dejó de ser noticia en la crónica policial.

   Unos 300 militantes kirchneristas del Movimiento Evita pintaron murales y frentes, limpiaron zanjas, renovaron una cancha de fútbol, equiparon una plaza, cortaron los yuyos, pusieron luces en las calles y armaron un festival a pura cumbia, murgas y batucada.

   Hasta las fotos y los titulares sobre ese barrio cambiaron en La Capital en apenas dos semanas. El domingo 13, este diario publicaba que en esas calles los narcos habían amenazado a mano armada a un vecino a quien le habían baleado a dos de sus hijos. Hoy no hace falta enfatizar que la nota es muy distinta. Es que ayer, y “al menos por un día”, como dijeron varios vecinos aún descreídos de la movida, mucho había cambiado. El color, los sonidos, el movimiento en la calles y hasta la cara de quienes viven en ese rincón de la zona noroeste de la ciudad no se tiñó de miedos ni silencios.

   “Es la primera vez que se ve algo así en esta parte del barrio. Estar afuera mateando tranquilos es lo distinto. Antes del día de los balazos, esto era la muerte”, aseguró Juan Carlos Quintana, sentado en puerta de su casa ubicada a pocos metros del pasillo donde existía el bunker de “La Gorda Liliana”, derribado por los propios vecinos hace dos semanas.

   La jornada fue parte de una serie de actividades organizada por el Movimiento Evita de Rosario y a la que se plegaron militantes de otros lugares de la provincia e integrantes de cooperativas del Gran Buenos Aires. Todo comenzó el jueves, con una marcha que de desplegó hasta la sede de la Gobernación bajo el lema “Ni un pibe menos”. Y continuó por dos días en el barrio, con la “Jornada Solidaria Néstor Kirchner”.

Otra impronta. Difícil fue llegar al barrio y no darse cuenta de que algo pasaba. El insoportable calor de enero suele vaciar las calles de Nuevo Alberdi, pero ayer estaban llenas: por todos lados se veían remeras azules con la inscripción “En las calles, en los barrios, construyendo poder del pueblo”.

   Quienes las vestían tenían una brocha en la mano, una bordeadora, o entraba a un domicilio o un negocio a pedir agua caliente para el mate y preguntaba: “¿Quiere que le pintemos el frente?

   Y a ese interrogante contestó con un “sí” Nancy Santillán, de Gascón 2672.

“Hace once años que vivo acá. Mi marido hace changas y yo abrí este local hace un año para subsistir. No tenía nombre. Los muchachos ofrecieron pintarlo y me preguntaron si no quería ponerle Nancy, como me llamo yo. Y ahí quedó: lindo, y hasta unas flores dibujaron. Es bueno sentir que alguien viene y hace algo por los que vivimos acá, en una zona que todos tildan como roja”, comentó la mujer.
Cerca de allí, en Bouchard 3075, vive la familia de Dominga, a quien el frente de su casa también le quedó blanqueado a látex. “¿Quedó lindo, no?, preguntó la mujer, que hace 40 años llegó al barrio desde Corrientes. Ella sabe que eso no le sacará el temor que no la deja dormir por las noches hasta que sabe que su hijo llega de trabajar, que eso no evitará que nenes de apenas 12 años paren los colectivos en la ruta 34 y Sánchez Granel y los roben o que otros adolescentes se droguen a la vista de todos. “Pero el tapial quedó lindo”, destacó una y otra vez.

A pocas cuadras, en la manzana limitada por Somoza, Bouchard, Pérez y Alvarez, la postal del terreno descuidado había mutado en fiesta. Con camisetas de Boca, River, de la selección argentina, del Barça o de los cuadros de Rosario, lo mismo daba. Los que jugaban el picadito en la cancha con el césped recién cortado estrenaban arcos pintados poco antes. Y los más chicos se colgaban y hamacaban en juegos de plaza que, como los autos a estrenar, aún tenían el nylon en los caños.

Sobre Bouchard se apostó un camión sanitario del movimiento que hacía control bucal y sobre Alvarez se estacionó otro camión, pero con unos 30 integrantes de la batucada Sin Galera, del barrio San Francisquito. El grupo bajó sus plumas y trajes brillantes y se preparó para ofrecer un show en el festival de cierre de la jornada, donde el plato fuerte fue el grupo de cumbia Los Charros.

A su vez, en la calle de la balacera había más movimiento que un sábado en la peatonal Córdoba. Tres vecinos, Javier, Damián y Marcelo, subidos a una escalera, colocaban una luz en la calle, mientras otros pintaban el salón de ventas de una vecina y varios más cocinaban milanesas y se vestían para el festival en el Centro Comunitario Buenos Vecinos, recién pintado y con aires a color de un jardín de infantes.

“Estos días estamos tranquilos. Hay más color, no se sienten tiros ni se ve gente por el barrio que viene en autos caros a comprar droga. Ojalá dure”, deseó una vecina.

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27Ene/130

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Transformaciones de América Latina
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Por Aldo Ferrer *

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En estos primeros años del siglo XXI convergen profundos cambios en nuestros países y en el mundo. En América Latina, y particularmente en Sudamérica, se advierten nuevas tendencias en los siguientes campos.

La cuestión social: las grandes desigualdades que históricamente caracterizan a nuestros países, son reconocidas como el principal problema y un obstáculo fundamental al desarrollo. Las políticas para atender a los sectores vulnerables, erradicar la pobreza, educar e impulsar la cohesión social, ocupan actualmente una prioridad en las políticas públicas.

Calidad de los liderazgos: la prioridad de la cuestión social tiene profundas consecuencias políticas. Históricamente, sociedades que registran una profunda fractura, entre las minorías que concentran el poder económico y las mayorías populares, generan liderazgos que reproducen los privilegios y asimetrías establecidas y acumulan poder como agentes de intereses extranjeros. Desigualdad, subdesarrollo y dependencia están estrechamente asociados. Han surgido nuevos liderazgos en nuestros países que privilegian la resolución de la cuestión social y, consecuentemente, asumen un comportamiento distinto respecto de la gestión de la economía y sus relaciones externas.

Instituciones: la democracia se ha consolidado y esto confiere la estabilidad institucional necesaria para el desarrollo económico y social.

Las ideas: las nuevas tendencias implican la renovación de las ideas sobre el desarrollo económico y las relaciones internacionales. El fracaso de la estrategia neoliberal en América Latina y el resto del mundo ha restablecido la vigencia del pensamiento desarrollista y las visiones de Raúl Prebisch, Celso Furtado y otros pensadores latinoamericanos. Es, en efecto, indispensable no subordinarse a la ideología promovida por los centros de poder internacional y analizar la realidad desde nuestras propias perspectivas.

Desde éstas, vuelven a plantearse ideas que constituyen el gran aporte del pensamiento latinoamericano a la estrategia de desarrollo económico. Entre ellas, las siguientes:

n La formación de un sistema económico y social avanzado exige articular la explotación de los recursos naturales con su industrialización e incorporación de valor agregado y tecnología. Las estructuras productivas reducidas a producir y exportar productos primarios desembocan en el subdesarrollo, la dependencia y la exclusión social.

n La presencia de las filiales de las empresas transnacionales es positiva, pero debe ser complementaria, no sustitutiva, del protagonismo del empresariado local. El aporte externo es útil cuando contribuye a la apertura de nuevos mercados, la transferencia de conocimientos, los equilibrios en los pagos internacionales y la integración de cadenas de valor de creciente valor agregado y tecnología. De otro modo, la dependencia del capital extranjero reduce el ahorro interno y la tasa de inversión. Culmina con niveles insostenibles de deuda externa, desequilibrios inmanejables y la subordinación a la irracionalidad de la especulación financiera. Vivir con lo nuestro, abiertos al mundo, en el comando de nuestro destino, es indispensable para el ejercicio efectivo de la soberanía y del derecho de construir un sendero propio en el orden global.

n El desarrollo económico es un proceso de transformación de la economía y la sociedad fundado en la acumulación de capital, conocimientos, tecnología, capacidad de gestión y organización, educación, capacidades de la fuerza de trabajo y de estabilidad y permeabilidad de las instituciones, dentro de las cuales la sociedad transa sus conflictos y moviliza su potencial de recursos. El desarrollo es acumulación en este sentido amplio y la acumulación se realiza, en primer lugar, dentro del espacio propio de cada país.

La cohesión social, la impronta nacional y social de los liderazgos, la democracia y el pensamiento crítico capaz de ver el mundo desde nuestras propias perspectivas, constituyen la densidad nacional. En estos primeros años del siglo XXI se ha fortalecido la densidad nacional de nuestros países. Una de sus consecuencias es la revalorización de la importancia de la integración regional que se refleja en el notable acercamiento de los contactos políticos entre los gobiernos, el fortalecimiento de esquemas de integración como el Mercosur y la creación de un nuevo espacio de convergencia, la Unasur.

El contexto mundial

Lo que está en crisis en la actualidad no es la globalización, que es una consecuencia inevitable del avance de la ciencia y la tecnología. La crisis es del neoliberalismo y de los estados neoliberales, cuya impotencia para administrar las fuerzas de la globalización provoca descalabros, como los que hemos vivido en nuestra propia experiencia y suceden, actualmente, en otras latitudes.

En China y otros países emergentes de Asia, el dinamismo de sus economías obedece, precisamente, a que no se han sometido al canon ni al Estado neoliberal. Prevalecen en estos países estados nacionales, capaces de administrar la globalización e impulsar el desarrollo. Las turbulencias y asimetrías en el orden mundial contemporáneo reflejan la coexistencia de “estados nacionales” en los países emergentes y “estados neoliberales” en el antiguo centro hegemónico.

Los latinoamericanos no tenemos, al menos todavía, mayor influencia en la resolución de los problemas del orden global. Sin embargo, disponemos de una capacidad decisiva para determinar si estamos, en ese orden, ejerciendo nuestro derecho al desa-rrollo o nos resignamos a reproducir nuestra histórica condición periférica.

Administrar la globalización es una condición necesaria para desplegar el potencial de desarrollo de nuestros países y ocupar una posición simétrica, no subordinada, en las relaciones internacionales. Para tales fines es imprescindible la gobernabilidad de la economía. Todos los países que despliegan exitosamente su potencial de desarrollo dentro del orden global mantienen una fuerte solvencia fiscal, superávit en sus balances de pagos en cuenta corriente, elevadas reservas internacionales genuinas no fundadas en deuda, sistemas monetarios asentados en la moneda nacional, tipos de cambio que sustentan la rentabilidad de la producción de bienes transables sujetos a la competencia internacional.

La integración

Nuestros países no han alcanzado, todavía, altos niveles de desarrollo económico y social. Sin embargo, en el plano de la cultura, son potencias de primera magnitud. El desafío consiste en poner la realidad económica y social a la misma altura de los niveles alcanzados en la cultura.

La integración es un instrumento fundamental para impulsar el desarrollo nacional de nuestros países y fortalecer su posición conjunta en el orden mundial. La integración se despliega en tres planos: las políticas nacionales, las reglas del juego de la integración y la proyección conjunta hacia el resto del mundo.

La clave del éxito de la integración no radica en la delegación de soberanía a órganos supranacionales comunitarios. La experiencia de la Unión Europea alcanza para demostrar cómo la cesión de soberanía termina subordinando a las partes más débiles al poder hegemónico de los más fuertes. Mucho peor, cuando en el régimen comunitario, como sucede en la Unión Europea, prevalece el paradigma neoliberal.

Nuestra integración no radica en la cesión de soberanía, sino en la construcción solidaria de la soberanía que nos falta en la ciencia y la tecnología, el desarrollo industrial y la inclusión social. En materia financiera, en tiempos recientes, se han dado pasos positivos en tal sentido, a través del desendeudamiento externo, la acumulación de reservas internacionales y los controles de los capitales especulativos. La integración consiste entonces en la complementación de las soberanías nacionales a través de reglas realistas de la integración.

Las diferencias actuales de dimensión de las economías no deben inducir a la suposición de que el destino de la integración es reproducir, en el espacio regional, una relación centro-periferia, entre un centro industrial y una periferia principalmente proveedora de alimentos y materias primas. El mejor socio es el plenamente desarrollado.

Tenemos así por delante el desafío de construir una relación viable, mutuamente conveniente, para lo cual es necesario profundizar el desarrollo industrial y tecnológico, integrar las cadenas de valor de la producción primaria con la participación creciente de componentes provenientes de nuestro propio acervo, impulsar el protagonismo de las empresas nacionales y regionales para el acceso conjunto a los mercados internacionales.

La emergencia de China, y otros nuevos centros dinámicos en la economía mundial, es un hecho positivo porque amplía las fronteras de la proyección internacional de América Latina. Pero plantea el riesgo de reactivar el antiguo modelo centro-periferia que, en el pasado, nos subordinó a la situación de proveedores de productos primarios e importadores de manufacturas y capitales.

Es necesario avanzar, simultáneamente, en los tres planos de integración: construir, a partir de la fortaleza de las densidades nacionales, una densidad bilateral, mercosureña y sudamericana, fundada en la inclusión social, la eficacia de los liderazgos, la consolidación de la democracia y el pensamiento crítico. Cada país tiene la globalización y la integración que se merece, en virtud de la fortaleza de su densidad nacional.

Cuanto más se consoliden las situaciones nacionales más fluidos serán los intercambios, cuanto más flexibles y realistas las normas mejor serán las respuestas frente a los cambios en las situaciones nacionales y, finalmente, cuanto más solidaria sea la proyección conjunta en el escenario global, más libertad de maniobra tendrán las políticas nacionales y comunitarias.

Q Profesor emérito. Universidad de Buenos aires. Embajador argentino en Francia. Este texto es una reproducción de los pasajes salientes de la exposición Transformaciones de América Latina en la última década, en el contexto mundial, realizada el 21 de enero de 2013, en el Encuentro con Intelectuales sudamericanos “Caminos progresistas para el desarrollo y la integración regional”, realizado en el Instituto Lula de San Pablo.

14Ene/130

Bien documentado

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“Bien documentado”

Comentario del libro Economía a contramano, de Alfredo Zaiat

Por Alejandro Rofman *
En los últimos cinco años, numerosos artículos de revistas, diarios, libros y documentos de trabajo se han estado publicando relativos al desenvolvimiento de la economía argentina desde que Néstor Kirchner asumió, en el año 2003, la Presidencia de la República. Estos trabajos –la gran mayoría son laudatorios del desempeño de la gestión económica kirchnerista– han sido escritos por profesionales economistas enrolados en distintas vertientes ideológicas, pero con un contenido común: el uso del lenguaje y los modelos afectos al mundo académico. Tal circunstancia los ha colocado, más allá de la calidad, en un espacio de reducida resonancia dado que sólo son accesibles a los que tienen cierta preparación en economía como para que los conceptos en ellos vertidos se tornen comprensibles de modo total.
Un libro de un conocido periodista especializado en temas económicos rompe con esa característica hasta ahora predominante. Ha salido a la luz el texto de Alfredo Zaiat, director de la sección Economía de Página/12, titulado Economía a contramano, que tiene la rara y privilegiada virtud de ser entendible por cualquier lector con un mínimo de conocimientos sobre la realidad económico-social nacional. De su lectura, quien la emprende se lleva una impresión altamente gratificante. He aquí un análisis que lleva su visión hasta prácticamente nuestros días, que en forma elegante, no desprovista de humor y con excelente documentación empírica, va desgranando las principales acciones (de ningún modo todas) emprendidas por la política económica kirchnerista desde mayo del 2003 a septiembre de este año. Voy a intentar explicar por qué considero que este libro es de lectura imprescindible para cualquier persona inteligente que se quiere enterar del perfil y de los impactos surgidos de la aplicación de la política económica oficial en el último decenio.
El autor transita por procesos clave de dicha política sin los cuales no se podría haber llegado a un nivel de crecimiento en el período consignado de casi el 80 por ciento del Producto Bruto y del 96 por ciento del Producto Bruto Industrial, con la reducción de la tasa de desempleo del 23,0 al 7,6 por ciento, de la pobreza del 53 al 18 por ciento (según los datos de consultoras privadas; no del Indec) y de la indigencia del 27 al 5 por ciento (según las mismas fuentes). En el texto se da cuenta, en forma sucesiva, de las estrategias adoptadas con referencia al tipo de cambio (flexible y competitivo), al control de las divisas (para evitar su fuga al exterior en momentos de crisis mundial), al manejo de la deuda pública (reestructurada en los años 2005 y 2010 con el 93 por ciento de aceptación, de tal forma que no afecta más a la economía global del país el cumplimiento de sus compromisos), a la inflación (marcando sus causas y posibles políticas para desalentarla), al manejo frente al capital financiero (con una frontal ofensiva en el caso de las AFJP y el del manejo del Banco Central) y al rol del Estado (activo e interventor para reducir la desigualdad social y controlar el poder de las corporaciones). Este extenso detalle del análisis del libro se lo lleva adelante no solamente exponiendo los resultados exitosos del proyecto oficial sino en cada caso rebatiendo en forma exhaustiva los argumentos de la “contra”, es decir de los que pretenden que la Argentina vuelva a los ’90, a la era del ajuste y de la valorización del capital financiero. Se aprende muchísimo de su lectura, pues es un texto brillante y muy bien documentado. A partir de una evaluación ponderada y comprometida se pueden reconocer, a través de la lectura reflexiva del texto de Zaiat, los valiosos cursos de acción elegidos para la implementación de la política económica nacional y la necesidad de proseguirlos y profundizarlos en el futuro para asegurar crecimiento económico sostenible y significativo junto a la necesaria inclusión social y una más justa distribución del ingreso
* Economista, investigador del Conicet, integrante del Plan Fénix. Publicado en la revista Convergencia

9Ene/130

Así será

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Así será 2013

Por Ignacio Ramonet*
Desde los hachazos al Estado de Bienestar en Europa, pasando por definiciones electorales en América Latina y la continuidad del conflicto en Medio Oriente, hasta las disputas de China y EE.UU. en Asia, 2013 depara peligros para varias regiones del mundo.

espués de haber sobrevivido –el pasado 21 de diciembre– al anunciado fin del mundo, nos queda ahora tratar de prever –con razonamientos prudentes pero más cartesianos– nuestro futuro inmediato basándonos en los principios de la geopolítica, una disciplina que permite comprender el juego general de las potencias y evaluar los principales riesgos y peligros para anticipar, como en tableros de ajedrez, los movimientos de cada potencial adversario.

Si contemplamos, en este principio de año, un mapa del planeta, inmediatamente observamos varios puntos con luces rojas encendidas. Cuatro de ellos presentan altos niveles de peligro: Europa, América Latina, Medio Oriente y Asia.

En la Unión Europea (UE), el año 2013 será el peor desde que empezó la crisis. La austeridad como credo único y los hachazos al Estado de Bienestar continuarán porque así lo exige Alemania que, por primera vez en la historia, domina Europa y la dirige con mano de hierro. Berlín no aceptará ningún cambio hasta los comicios del próximo 22 de septiembre en los que la canciller Angela Merkel podría ser elegida para un tercer mandato.

En España, las tensiones políticas aumentarán a medida que la Generalitat de Cataluña vaya precisando los términos de la consulta a los catalanes sobre el futuro de esa comunidad autónoma. Proceso que, desde Euskadi, los nacionalistas vascos seguirán con el mayor interés. En cuanto a la situación de la economía, ya pésima, va a depender de lo que ocurra... en Italia en las próximas elecciones (probablemente en febrero). Y de las reacciones de los mercados ante una eventual victoria del conservador Mario Monti (que cuenta con el apoyo de Berlín y del Vaticano) o del candidato de centroizquierda Pier Luigi Bersani, mejor posicionado en las encuestas. También dependerá de las condiciones (sin duda brutales) que exigirá Bruselas por el rescate que Mariano Rajoy acabará pidiendo. Sin hablar de las protestas que siguen extendiéndose como reguero de pólvora y que acabarán por dar con algún fósforo encendido...

Podrían producirse explosiones en cualquiera de las sociedades del sur de Europa (Grecia, Portugal, Italia, España) exasperadas por garrotazos sociales permanentes. La UE no saldrá del túnel en 2013, y todo podría empeorar si, además, los mercados decidieran cebarse –como los neoliberales les están incitando a hacerlo (1)– con la Francia del muy moderado socialista François Hollande.

En América Latina, el año 2013 también se presenta lleno de desafíos. En primer lugar en Venezuela, país que desde 1999 juega un papel motor en los cambios progresistas de todo el subcontinente, la imprevista recaída del presidente Hugo Chávez –reelegido el pasado 7 de octubre– crea incertidumbre. Aunque el dirigente se está restableciendo de su nueva operación contra el cáncer, no pueden descartarse nuevas elecciones presidenciales en febrero próximo. Designado por Chávez, el candidato de la Revolución Bolivariana sería el actual vicepresidente (equivalente a primer ministro) Nicolás Maduro, un líder muy sólido con todas las cualidades, humanas y políticas, para imponerse.

También habrá elecciones, el 17 de febrero, en Ecuador: la reelección del presidente Rafael Correa, otro dirigente latinoamericano fundamental, ofrece pocas dudas. Importantes comicios asimismo, el 10 de noviembre, en Honduras donde, el 28 de junio de 2009, fue derrocado Manuel Zelaya. Su sucesor, Porfirio Lobo, no puede postularse para un segundo mandato consecutivo. En cambio, el Tribunal Supremo Electoral ha autorizado la inscripción del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), liderado por el ex presidente Zelaya, que presenta, como candidata, a su esposa y ex primera dama, Xiomara Castro.
Importantes elecciones igualmente en Chile, el 17 de noviembre. La impopularidad actual del presidente conservador Sebastián Piñera ofrece posibilidades de victoria a la socialista Michelle Bachelet.

La atención internacional también se fijará en Cuba. Por dos razones. Porque continúan en La Habana las conversaciones entre el gobierno colombiano y los insurgentes de las FARC para tratar de poner fin al último conflicto armado de América Latina. Y porque se esperan decisiones de Washington. En los comicios estadounidenses del pasado 6 de noviembre, Barack Obama ganó en Florida; obtuvo el 75% del voto hispano y –muy importante– el 53% del voto cubano. Unos resultados que le dan al presidente, en su último mandato, un amplio margen de maniobra para avanzar hacia el fin del bloqueo económico y comercial de la isla.

Frentes abiertos

Donde nada parece avanzar es, una vez más, en Medio Oriente. Ahí se encuentra el actual foco perturbador del mundo. Las revueltas de la “Primavera árabe” consiguieron derrocar a varios dictadores locales : Ben Ali en Túnez, Mubarak en Egipto, Gadafi en Libia. Pero las elecciones libres permitieron que partidos islamistas de corte reaccionario (Hermanos Musulmanes) acaparasen el poder. Ahora quieren, como lo estamos viendo en Egipto, conservarlo a toda costa. Para consternación de la población laica que, por haber sido la primera en sublevarse, se niega a aceptar esa nueva forma de autoritarismo. Idéntico problema en Túnez.

Después de haber seguido con interés las explosiones de libertad de la primavera 2011 en esta región, las sociedades europeas están nuevamente perdiendo interés sobre lo que ocurre allí. Demasiado complicado. Un ejemplo: la inextricable guerra civil en Siria. Ahí, lo que está claro es que las grandes potencias occidentales (Estados Unidos, Reino Unido, Francia), aliadas a Arabia Saudita, Qatar y Turquía, han decidido apoyar (con dinero, armas e instructores) a la insurgencia islamista sunnita. Ésta, en los diferentes frentes, no cesa de ganar terreno. ¿Cuánto tiempo resistirá el gobierno de Bashar Al Assad? Su suerte parece echada. Rusia y China, sus aliados diplomáticos, no darán luz verde en la ONU a un ataque de la OTAN como en Libia en 2011. Pero tanto Moscú como Pekín consideran que la situación del régimen de Damasco es militarmente irreversible, y han empezado a negociar con Washington una salida al conflicto que preserve sus intereses.

Frente al “eje chiita” (Hezbollah libanés, Siria, Irán), Estados Unidos ha constituido en esa región un amplio “eje sunnita” (desde Turquía y Arabia Saudita hasta Marruecos pasando por El Cairo, Trípoli y Túnez). Objetivo: derrocar a Al Assad –y despojar así a Teherán de su gran aliado regional– antes de la próxima primavera. ¿Por qué? Porque el 14 de junio tienen lugar, en Irán, las elecciones presidenciales (2). A las cuales Mahmud Ahmadineyad, el actual mandatario, no puede presentarse pues la Constitución no permite ejercer más de dos mandatos. O sea que, durante el próximo semestre, Irán se hallará inmerso en violentas pugnas electorales entre los partidarios de una línea dura frente a Washington y los que defienden la vía de la negociación.

Frente a esa situación iraní de cierto desgobierno, Israel en cambio se alistará para un eventual ataque contra las instalaciones nucleares persas (3). En el Estado judío, en efecto, las elecciones generales del 22 de enero verán probablemente la victoria de la coalición ultraconservadora que reforzará al primer ministro Benjamin Netanyahu, partidario de bombardear cuanto antes Irán.

Ese ataque no puede llevarse a cabo sin la participación militar de Estados Unidos. ¿Lo aceptará Washington? Es poco probable. Barack Obama, que asume el próximo 21 de enero, se siente más seguro después de su reelección. Sabe que la inmensa mayoría de la opinión pública estadounidense (4) no desea más guerras. El frente de Afganistán sigue abierto. El de Siria también. Y otro podría abrirse en el norte de Mali. El nuevo secretario de Estado, John Kerry, tendrá la delicada misión de calmar al aliado israelí.

La batalla de los gigantes

Entretanto Obama mira hacia Asia, zona prioritaria desde que Washington decidió la reorientación estratégica de su política exterior. Estados Unidos trata de frenar allí la expansión de China cercándola de bases militares y apoyándose en sus socios tradicionales: Japón, Corea del Sur, Taiwán. Es significativo que el primer viaje de Barack Obama, después de su reelección el pasado 6 de noviembre, haya sido a Birmania, Camboya y Tailandia, tres Estados de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN). Una organización que reúne a los aliados de Washington en la región y la mayoría de cuyos miembros tienen problemas de límites marítimos con Pekín.

Los mares de China se han convertido en las zonas de mayor potencial de conflicto armado del área Asia-Pacífico. Las tensiones de Pekín con Tokio, a propósito de la soberanía de las islas Senkaku (Diaoyú, para los chinos), podrían agravarse después de la victoria electoral, el pasado 16 de diciembre, del Partido Liberal Demócrata (PLD) cuyo líder y nuevo primer ministro, Shinzo Abe, es un “halcón” nacionalista, conocido por sus críticas hacia China. También la disputa con Vietnam sobre la propiedad de las Islas Spratly está subiendo peligrosamente de tono. Sobre todo después de que las autoridades vietnamitas colocaran oficialmente, en junio pasado, el archipiélago bajo su soberanía.

China está modernizando a toda marcha su Armada. El pasado 25 de septiembre lanzó su primer portaaviones, el Liaoning, con la intención de intimidar a sus vecinos. Pekín soporta cada vez menos la presencia militar de Estados Unidos en Asia. Entre los dos gigantes, se está instalando una peligrosa “desconfianza estratégica” (5) que, sin lugar a dudas, va a marcar la política internacional del siglo XXI.

1. Véase el dossier “France and the euro. The time-bomb at the heart of Europe”, The Economist, Londres, 17-11-12.
2. En Irán, el presidente no es el jefe de Estado. El jefe de Estado es el Guía Supremo, elegido de por vida, y cuya función ejerce actualmente Ali Jamenei.
3. Véase Ignacio Ramonet, “El año de todos los riesgos”, Le Monde diplomatique, edición Cono Sur, Buenos Aires, febrero de 2012.
4. The New York Times, Nueva York, 12-11-12.
5. Véase Wang Jisi y Kenneth G. Lieberthal, “Adressing U.S.-China Strategic Distrust”, Brookings Institution, 30-3-12, www.brookings.edu/research/papers/2012/03/30-us-china-lieberthal

* Director de Le Monde diplomatique, edición española.