Comisión de Economía Carta abierta Buenos Aires

18Nov/080

Lanzamiento de una nueva Comisión de Carta Abierta

Políticas para un desarrollo progresista

1.      Introducción

Un desarrollo progresista de las fuerzas productivas en nuestro país debe permitir alcanzar, simultáneamente, los siguientes objetivos:

·         aumentar la productividad y el valor agregado de nuestra producción;

·         distribuir en la sociedad argentina, con niveles crecientes de equidad, los beneficios de este desarrollo productivo;

·         concentrar en el país el poder de decisión sobre nuestras políticas productivas;

·         lograr una creciente transferencia de conocimientos científicos localmente generados al sector productivo;

·         aumentar crecientemente la calidad / complejidad de los puestos de trabajo en el país.

¿Es factible hoy en nuestro país un desarrollo de las fuerzas productivas de este tipo?

¿Es posible y necesario, desde la situación actual planificar las políticas para este desarrollo?

Un análisis de la actual situación argentina y de su potencialidad para constituir la base del  desarrollo progresista muestra un mapa de claros y oscuros.

Por el lado de los aspectos favorables podemos listar:

·         el afianzamiento de la seguridad jurídica en el país, resultado de la construcción de un poder judicial independiente a partir de la “limpieza” la suprema corte y de la derogación de las leyes de la impunidad;

·         el incipiente proceso de reindustrialización que permitió disminuir el desempleo del aprox. 25% en el 2002 al aprox. 7% actual;

·         la solidez fiscal lograda merced al incremento de la actividad económica;

·         la restructuración de la deuda argentina anulando las posibilidades de injerencia en nuestras políticas de organismos internacionales de crédito normalmente opuestos a las políticas de desarrollo con redistribución;

·         la creación del Ministerio de Ciencia y Tecnología, apuntado precisamente a estimular una creciente transferencia de conocimientos científicos localmente generados al sector productivo.

Entre los aspectos negativos debemos listar:

·         la fuerte dependencia de nuestra economía respecto de commodities primarias como la soja que dado el aumento de su precio en los mercados internacionales, han tenido un impacto beneficioso sobre nuestra balanza de pagos y han contribuido en forma importante al superávit público pero sin generar puestos de trabajo de calidad, encareciendo el costo interno de los alimentos y desplazando producciones artesanales locales;

·         la baja calidad / remuneración de la mayoría de los puestos de trabajo creados durante la recuperación 2003-2008;

·         una desfavorable alianza de clases que el gobierno no supo evitar, que ha enajenado temporalmente a la clase media, potencial protagonista y también beneficiaria de este desarrollo progresista;

·         la no reconstrucción del expertise del aparato estatal, fuertemente dañado por años de desprestigio y bajos salarios.

Es necesario también entender si realmente existe el famoso empresariado nacional, capaz de tomar riesgos, desarrollar industrias e innovar ó si ese rol debe ser asumido en forma directa por el estado nacional.

Un déficit fundamental es la total reticencia del estado a planificar políticas de desarrollo para el mediano y largo plazo, centrando la acción gubernamental en el corto plazo y muchas veces confundiendo políticas coyunturales con políticas de desarrollo.

La IV Carta Abierta lo dice con extrema claridad:

No creemos equivocarnos si decimos que falta la elaboración, explicitación y proyección de algo previo a ciertas medidas importantes. Lo es la estatización de Aerolíneas, pero lo previo hubiese sido crear certezas mayores sobre su destino de empresa pública antes de enviar el proyecto de ley al parlamento; lo es el pago de la deuda al Club de París, pero lo previo hubiera exigido mostrar esa medida en conexión a  mejores argumentos sobre la economía pública y las deudas sociales internas; lo es el proyecto de ley de jubilaciones, pero hubiera sido conveniente que se dijera previamente que se evitarían alquimias matemáticas sobre esta vital cuestión.

En cuanto a los incidentes ferroviarios en el Ferrocarril Sarmiento, ahí lo previo hubiera sido reconocer de inmediato las condiciones inaceptables en que viajan millones de personas que son víctimas así de una grave injusticia social. Y al par de repudiar la destrucción de los bienes públicos, examinar los graves sucesos a la luz de criterios más amplios, en el sentido de las orientaciones hacia el cambio general de las pésimas condiciones de vida en vastas zonas del conurbano. Todo ello, antes de incurrir en un lenguaje de imputaciones que recuerdan tramos oscuros de la historia inmediata, cualquiera sea la explicación ulterior de los condenables acontecimientos de violencia contra el equipamiento ferroviario.

Falta algo previo, decimos. Es la elaboración de bases más permanentes de acción y lenguaje en cuanto a las transformaciones que se le adeudan al pueblo argentino y a las acechanzas que se ciernen.

.

Usando la terminología de nuestra tradición política: falta desarrollar y explicitar un modelo de país que sirva a la vez de guía y de núcleo convocante para acumular voluntades transformadoras.

Hablar de políticas de desarrollo progresista es hablar de políticas de energía, agrarias, de industrialización, de transportes, etc.

Hablar de políticas de desarrollo progresista es hablar del actual desarrollo y enfoque de la educación pública y del que sería necesario en el modelo de país que impulsamos.

Hablar de políticas de desarrollo progresista es considerar la función que hoy cumplen y la que debieran cumplir las universidades nacionales en el modelo de país que impulsamos.

Sabemos que hay muchos problemas técnicos que plantear y resolver; pero las respuestas correctas solo se darán si estos problemas técnicos son encarados en un marco de políticas progresistas. Las respuestas de tecnócratas “apolíticos” solo reproducen lo existente: más concentración en la producción de commodities exportables, más dependencia de la tecnología de empresas multinacionales y consecuentemente más concentración de la riqueza… y en ese sentido la “apoliticidad” tiene un sentido político concreto.

Sabemos también que las respuestas solo políticas, sin los conocimientos que las respalden son respuestas solamente retóricas y por lo tanto impotentes para desarrollar un nuevo modelo de país.

Tecnólogos, economistas, abogados, empresarios nacionales, expertos en organización gubernamental, reunidos alrededor de un eje político nacional y popular son la fuerza que puede desarrollar la propuesta necesaria.

 

2.      Los temas sectoriales

Sin pretender agotar el tema surgen en un primer planteo los siguientes interrogantes a ser debatidos:

2.1. Energía

¿Tiene sentido y es posible volver a construir una empresa estatal de gas y petróleo que recupere las ganancias petroleras para el desarrollo del país?

¿Cómo se recuperan, desde lo legal, desde lo económico y desde el conocimiento tecnológico imprescindible, las concesiones del período menemista?

¿Cuál es el horizonte de producción de gas y petróleo? ¿Se puede impulsar desde una empresa estatal un ambicioso programa de exploración en el continente y off-shore que los concesionarios privados no han querido desarrollar?

¿Es necesario potenciar la CNEA para impulsar un programa de construcción de centrales nucleares? ¿Con que tecnología? ¿Cuál es el rol que jugará en este tema una empresa de excelencia y nacional como INVAP?

¿Existen nuevos roles para la energía hidráulica?

¿En lo que hace a energías alternativas como la eólica, la mareo-motriz, la oleaje-motriz, la solar, etc., estamos haciendo, como país, lo suficiente?

¿Cómo planificar la ampliación de los sistemas de distribución de gas y electricidad? ¿Cómo ajustar las tarifas para que cumplan un rol social redistributivo sin subvencionar consumos despilfarradores de las clases media y alta?

¿Cómo desarrollar un programa sensato y sostenible de ahorro energético?

 

2.2. Política industrial

¿Cómo aumentar y en qué sectores nuestra productividad y el valor agregado de nuestra producción?

¿Cuál es la infraestructura necesaria que debe garantizar el país para impulsar un desarrollo industrial sostenido?

¿Cuáles son las políticas necesarias para garantizar, desde el punto de vista del medio ambiente un desarrollo sustentable?

¿Cómo ligar la libre investigación científica en los ámbitos universitarios y del CONICET con las necesidades del desarrollo industrial?

¿Cuál es el papel que debemos asignarle al estado en un nuevo desarrollo industrial?

¿Tenemos en el estado el expertise necesario para el rol que le asignemos?

¿Nuestro sistema educativo produce los saberes productivos necesarios para un desarrollo industrial en la cantidad y con la calidad necesaria?

¿Nuestras universidades nacionales producen los profesionales en las áreas relevantes para un desarrollo industrial en la cantidad y con la calidad necesarias?

 

2.3. Agro y agro-industria

¿Podemos evolucionar de la exportación de granos a la exportación de granos procesados y de carnes procesadas obtenidas de animales alimentados por esos granos?

¿Las técnicas de siembra directa desarrolladas con la fundamental participación del INTA y la maquinaria ad-hoc constituyen un patrimonio exportable que debe intensificarse?

¿Cómo evitar que los granos con fuerte valor internacional generen una elevación del costo local de los alimentos?

¿Cómo evitar que los pool de siembra desalojen producciones artesanales orientadas a la alimentación de los mismos productores? ¿Cómo potenciar estas producciones artesanales transformando su producción en un producto exportable a nuestras ciudades y al exterior?

 

2.4. Transportes

¿Cómo reconstruir los ferrocarriles para que cumplan un rol central en el transporte de mercaderías y personas?

¿Cómo ligar la reconstrucción ferroviaria con la creación de industrias de fabricación de insumos ferroviarios?

¿El sistema de rutas nacionales es suficiente y está correctamente dimensionado para servir al desarrollo industrial?

¿Qué hacemos con las concesiones de ferrocarriles y rutas teniendo en cuenta los aspectos legales, económicos y técnicos? Obviamente ninguna solución que solo garantice las ganancias de los concesionarios debe ser adoptada, como así tampoco ninguna solución irresponsable que signifique un riesgo para el funcionamiento de la infraestructura de transportes.

¿Cómo modificar el transporte aéreo de cabotaje para que cumpla un rol de facilitador de la industria del turismo y del movimiento ágil de personas que requiere el desarrollo industrial?

¿Tiene el estado que gerenciar una línea aérea internacional de bandera?

 

2.5. Minería

¿Es factible potenciar la minería, asegurando que los beneficios de la explotación de recursos no renovables queden en el país y utilizando tecnologías que la hagan sustentable desde el punto de vista de la polución que produce?

 

2.6. Construcción

La industria de la construcción es una industria que multiplica la actividad industrial.

¿Cómo orientarla hacia la satisfacción de necesidades sociales de viviendas y obras de infraestructura, en lugar de su actual orientación hacia la especulación inmobiliaria?

 

2.7. Tecnologías de última generación

La bio-tecnología ligada a la producción de semillas y a la industria farmacéutica, los nuevos materiales, la nanotecnología, el modelado computacional como soporte del desarrollo y optimización de procesos y del desarrollo y optimización de productos, la micro-electrónica, la industria del software son áreas en los que el país tiene una oportunidad única de ligar los desarrollos científicos a la producción.

¿Cómo desarrollar esta oportunidad sin perjudicar la libre investigación científica, que finalmente constituye el sustento de la investigación aplicada al desarrollo de tecnología y  de la formación de profesionales de alto nivel?

 

2.8. La política de patentes

Independientemente de nuestras preferencias y/ó conveniencias hoy resulta ineludible un estricto encuadramiento de la actividad productiva en la observancia de las leyes de patentamiento nacionales e internacionales.

¿Cómo jugar en este terreno obteniendo los máximos beneficios?

¿Cómo asegurarnos que los conocimientos producidos en las universidades nacionales y en el CONICET no son regalados y se convierten en patrimonio nacional?

 

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