EMPRESARIOS AGRO-FINANCIEROS Y POLITICA
Dr. Alejandro Rofman-Economista-Profesor Honorario de la Universidad de Buenos Aires
La nueva interrupción de la comercialización de productos agrarios no perecederos por parte de los empresarios rurales rentistas de la Pampa Húmeda y algunas extensiones extrapampeanas se está dando en un escenario interno y externo diferente al del lock-out anterior.
Así, se advierten cambios en los niveles de participación de los empresarios rentistas, en la adhesión de las clases medias urbanas y de algunos dirigentes políticos notorios y en el modelo de respuestas del gobierno. Al mismo tiempo, se acentúan los contactos entre la política partidista y la cúpula de las organizaciones gremiales de tales empresarios, lo que obliga a un replanteo del análisis y a una nueva caracterización de este dilatado conflicto, llevado adelante por un sector minoritario de los propietarios de tierras de la Argentina
En el momento de la derogación por parte del Senado de la Resolución 125, los precios internacionales de los cereales y oleaginosos estaban en su cúspide histórica. Dos meses después, el derrumbe de tales precios es singular.
Desde el mismo momento de la citada derogación, al haberse retrotraído el cuadro de los derechos de exportación vigente desde noviembre de 2007, los pequeños productores perdieron la oportunidad de una rebaja de no menos de cinco puntos de tales derechos mientras que los medianos y grandes se vieron favorecidos por la reducción de alrededor de diez puntos de las retenciones. Desde entonces, las caídas de las cotizaciones resultó que si se mantenido la resolución 125, los más chicos de la Pampa Húmeda habrían tenido una deducción de no menos de 10 puntos ( y si producían fuera de tales límites de alrededor de 15) . ¿Qué celebraban, entonces, la noche de la no sanción de la ley ratificatoria de la 125 por el Senado los dirigentes de la Federación Agraria? Aparentemente, el entusiasmo que mostraban en las pantallas televisivas en horas de la madrugada era un evidente contrasentido. Perdían y se regocijaban.
Con el transcurrir de los días se fue confirmando otra hipótesis. Los propietarios pequeños, que en su mayoría son hoy en día rentistas y no productores, pretendían claramente fijar un alegato político. No al Estado interventor ,no a la imposición de gabelas sobre la renta extraordinaria de la tierra, no al control por parte de autoridades públicas de sus negocios, mayoritariamente en “negro”. Y el paso inexorable del tiempo lo confirmó. Empezaron a desplegarse en el escenario nacional ya no como productores o rentistas sino como dirigentes políticos opositores. Se vieron con cuanta figura emblemática antigubernamental se luce en dicho escenario y propusieron, sin ambages, que había que conformar un ” bloque agrario” en el Congreso.
En rigor de verdad, trataban de preservar sus beneficios provenientes de la renta diferencial de la tierra y enviaban, más allá de la coyuntura que marcaba una definición parlamentaria perjudicial, un mensaje preciso: “Hagamos política partidaria para que no avance cualesquiera sea , un proyecto de redistribución de la renta `parasitaria de la tierra”
Con mucho menos entusiasmo y participación, los grandes dueños de la tierra argentina desde la “Conquista del Desierto” acompañan el reclamo pero no se muestran más en primera fila. Algunos porque deben temer que darle demasiado aire a los nuevos propietarios rentistas de la tierra, devenidos en furibundos opositores por el temor a que le quiten el gran negocio de la renta extraordinaria podría entusiasmarlos para avancen en otras esferas de las decisiones públicas que ellos no comparten .Por ejemplo, la nueva ley de arrendamientos. Otros, porque quizás les entusiasma recibir jugosas compensaciones como productores-es el caso de un gran productor lechero cabeza de una de las organizaciones gremiales más poderosos- y no quieren que se arruine ese nuevo negocio lucrativo.
Pero, en síntesis, esta nueva ofensiva d e un grupo de ciudadanos que transgreden la ley al interrumpir el paso de vehículos privados para revisarlos- sin tener ninguna autoridad legal para hacerlo- y les impiden transitar libremente-que es un derecho consagrado por la Constitución- es una forma de enviar una señal a la Sociedad. El embate, ahora, es por avanzar en la constitución de un frente político opositor tendiente a brindarle a sus integrantes número suficiente para bloquear cualquier tentativa de que por vía parlamentaria se sanciones impuestos que intenten captar la renta diferencial extraordinaria que genera sus actividades.
Tal renta sigue existiendo .Los números disponibles lo demuestran pues revelan que aún con la caída de los precios, los ingresos de tales propietarios rentistas y/o productores siguen siendo muy elevados y compatibles con los que obtuvieron en los años recientes, excepto el más excepcional de todos, el del primer semestre del 2008( ( ver cuadro” Con los bolsillos llenos” Página 12,5-10-2008,página 3). Y las acciones públicas de los citados dirigentes empresariales y rentistas se orientaron, últimamente, a acompañar convenciones de partidos opositores sin discutir programas sino alentando a la formación de un frente electoral antagónico al oficialismo. Véase al respecto la participación d e representantes de las cuatro entidades en la Convención de la Unión Cívica Radical junto al presidente del partido Socialista, Senador R. Giustiniani, cuando se proclama la propuesta de una unión opositora al Gobierno para las elecciones del 2009.
Es hora, entonces, de desnudar las reales intenciones de estos insolidarios dirigentes , que no les importa la opinión desfavorable que su accionar levanta en la opinión pública( el diario La Nación on line informaba el sábado que el 62 % de los lectores que votaron lo hicieron en disconformidad con el lock out en una encuesta que el diario auspició).Lo único que les interesa es defender sus rentas extraordinarias y sus beneficios largamente acumulados durante un quinquenio en una clara manifestación de egoísmo, compatible con su vieja y nueva inserción en la sociedad argentina.
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