Comisión de Economía Carta abierta Buenos Aires

29Oct/100

Mesa debate del Plan Fenix: Reflexiones y aportes para elaborar una visión estratégica del Sector Agroalimentario y Agroindustrial Argentino

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De mi consideración:
En mi carácter de Director del Proyecto Estratégico de la Universidad de Buenos Aires, Plan Fénix, me es grato invitarlo/a a presenciar la Mesa: “Reflexiones y aportes para elaborar una visión estratégica del Sector Agroalimentario y Agroindustrial Argentino”, la cual se realizará en el marco del “Ciclo de Conferencias PEA2” organizado por el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación y contará con las exposiciones de Luis Contigiani -Federación Agraria-, el Dr. Aldo Ferrer -Plan Fénix-, José Luis Livolti -Movimiento Campesino Liberación- y el Ing. Enrique Martínez -INTI-.
Dicha mesa se llevará a cabo el día 2 de noviembre del corriente año, a las 18 hs. en el Salón de Actos de la Facultad de Ciencias Económicas de dicha Universidad (Av. Córdoba 2122 – 2º Piso).
Abraham L. Gak Director Plan Fénix Proyecto Estratégico/UBA

26Oct/100

Distribuir ganancias

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Por Guillermo Wierzba *
En estos días, y luego de una persistente resistencia del gran empresariado, comenzará el debate del proyecto de ley respecto de la participación de los trabajadores en las ganancias de las empresas. Pese a la alarma de las corporaciones patronales existe una copiosa experiencia internacional de regímenes de diversa raigambre, originados en diferentes momentos y en el marco de distintos paradigmas económicos.
América latina es la región que provee la mayor cantidad de experiencias previas. México es el país con más historia en el tema. Ya en el año 1917 la Constitución, que plasmó las ideas del constitucionalismo social, disponía la participación de los trabajadores en las ganancias y el régimen vigente es de orden obligatorio de acuerdo a la ley federal de trabajo y se basa en la distribución del 10 por ciento de las ganancias netas, estableciendo que la mitad se distribuya uniformemente entre todos los trabajadores y la otra lo haga en relación al salario. Existe un techo salarial para limitar el universo de los que participan de este beneficio. En Chile toda la distribución es proporcional al salario de los trabajadores, se establece la tasa de participación en el 30 por ciento. El Código de Trabajo chileno determina una alternativa de pago del 25 por ciento de los ingresos totales anuales con un límite máximo de 4,75 salarios mínimos. Este régimen alternativo le resta potencia a la obligación de distribuir utilidades, optando por hacerlo genuinamente sólo el 10 por ciento de las empresas.
En Perú las tasas de participación en las utilidades son diferenciales en relación a los sectores económicos oscilando entre el 5 y el 10 por ciento con un techo equivalente a 18 remuneraciones mensuales. Las pérdidas de los ejercicios anteriores son compensables, a diferencia de la tendencia general. La distribución es en partes iguales, como en México, una uniforme y otra proporcional al salario. Se exceptúan las cooperativas, instituciones sin fines de lucro y las empresas con menos de 20 trabajadores.
En Ecuador la tasa es del 15 por ciento. La base de cálculo son las utilidades líquidas y no se fijan topes a los montos a percibir por los trabajadores. Se prevé que los asalariados de las empresas contratistas vinculadas al proceso de producción participen también de los beneficios de la empresa mandante. De ese 15 por ciento, el 10 se distribuye uniformemente y el 5 restante se cancela en relación a las cargas familiares.
En Venezuela la tasa también es del 15 por ciento. El sistema establece, al efecto de la participación de los trabajadores, ganancias mínimas presuntas y prevé topes mínimo (el sueldo equivalente a 15 días) y máximo (4 salarios mensuales).
Brasil tiene características distintas. La normativa data de la neoliberal década del noventa. Fue establecida constitucionalmente en 1994 y la actual ley vigente es del 2000. Estipula la obligación de negociación entre las empresas y sus empleados, habiéndose desarrollado tres modalidades, distribución de ganancias por porcentaje, retribuciones a la productividad o un monto fijo anual.
En Europa también existen numerosas experiencias. En Francia es obligatorio para las compañías que tienen más de 50 trabajadores y optativo para las demás. La definición del monto a repartir se establece en la negociación colectiva. En Gran Bretaña es optativo y las empresas que lo adoptan resultan ser las más rentables. En Alemania, es voluntario y utilizado en grandes firmas como en la Opel. En este país la legislación prevé la participación de los trabajadores en la gestión empresaria, siempre que sus organizaciones lo prefieran.
En Canadá y Estados Unidos es optativa con alícuotas variables y los montos a percibir por los trabajadores se depositan en los fondos previsionales. En Asia, en la mayoría de los casos es de aplicación voluntaria, pero la práctica resulta extendida. Japón, Corea, Singapur, Honk Kong, Malasia, Indonesia, Taiwan y Tailandia tienen una vasta cultura al respecto.
Existiendo esta vasta experiencia internacional, ¿cuál es la razón para tanta resistencia empresaria al proyecto presentado por Recalde? En Argentina hubo, también, experiencias de cogestión, como en Segba en la década del ‘60 y en La Cantábrica en la del ‘70.
Las experiencias expuestas reflejan una variedad de situaciones que se resumen en una oposición polar: un caso es cuando se lo asume como parte de procesos de flexibilización laboral, sustituyendo salarios e ingresos fijos por remuneraciones variables, enfatizando su utilización como parte del incentivo a la productividad y estableciéndola como ingrediente de estrategias precarizadoras; el otro cuando se la reconoce como un derecho, siendo el trabajo fuente de la riqueza y garantizando la equidad entre la remuneración de los asalariados y los bienes producidos. El objetivo es reducir las brechas entre el sueldo percibido por el trabajador y la riqueza generada por el mismo. Sintéticamente: resulta un instrumento de redistribución de la riqueza.
La actual política económica redujo drásticamente la desocupación, restableció los organismos y mecanismos de negociación colectiva y encaró reformas legales desprecarizadoras del empleo. Avanza hacia el objetivo de redistribución del ingreso y la riqueza, proponiéndose la meta del 50 y 50. A su vez, reconoce en la conflictividad laboral encausada, un síntoma de progresividad social y no de ingobernabilidad. Así, el escenario en el que el proyecto de Recalde se discute responde al segundo paradigma de la polaridad expuesta. Frente a la experiencia de los noventa en la que la modalidad de propiedad participada se implementó en un clima de desarticulación sindical, despliegue de un sindicalismo proempresarial y caída estrepitosa del nivel de empleo. Hoy el proyecto de participación en las ganancias nace cuando la economía crece junto al empleo y las organizaciones gremiales se fortalecen. Este es el tópico clave, ya que será la organización de los trabajadores la garantía del cumplimiento de la ley y del control de las cuentas empresarias sobre las que se determinarán sus ingresos.
La razón de la oposición empresaria no radica en el instrumento, sino que reacciona frente a la voluntad de profundización de un programa de justicia social, con una enérgica recuperación del protagonismo popular. La Constitución Nacional en su artículo 14 bis establece la participación en las ganancias, el control de la producción y la colaboración en la dirección de las empresas por parte de los trabajadores. Transitamos una época política de rejerarquización del respeto por los derechos humanos. El proyecto en discusión promueve su afirmación y el cumplimiento de la Constitución, mientras agrupamientos del empresariado anteponen sus intereses a la Ley Fundamental. Una instancia más en la que reaparecen las tensiones entre el poder económico concentrado y la democracia y las normas republicanas
* Director del Cefid-Ar

21Oct/100

Crisis global: espectro del fascismo del siglo XXI y desafíos para agendas populares

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William I. Robinson*

Publicado el 8/10/2010 14:00:00 (165 Lecturas)

Hablar de respuestas a la crisis del capitalismo global y alternativas requiere un análisis de la naturaleza de esta crisis. Por cierto, es una crisis sin precedentes, por su magnitud, su alcance global, por el grado de agotamiento ecológico y social. Es una verdadera crisis de civilización y nos exige analizar el sistema capitalista, el cual se ha ido transformando en las ultimas décadas, pasando a una etapa superior, una etapa transnacional o global. No podemos cambiar lo que no entendemos.

Esta nueva etapa superior de capitalismo como sistema mundial – el capitalismo global o transnacional – tiene tres rasgos novedosos que sobresalen”

1. Un nuevo sistema globalizado de producción, finanzas, y servicios en el cual todos los países y pueblos han sido integrados. El capitalismo ha penetrado más profundamente. Ha surgido el capital verdaderamente transnacional y es la fracción hegemónica de capital a escala mundial.

2. Una nueva clase capitalista transnacional, se trata de la fracción hegemónica en la gran mayoría de los países;

3. Aparato del Estado transnational, cuya función es buscar las condiciones para la libre acumulación de capital transnacional, incluyendo la pacificación de las resistencias. El G20 y otros aparatos convierten al sistema en una dictadura de los poderosos, organizan el poder estructural del capitalismo transnacional para imponer la lógica y la voluntad del sistema.

Enfrentamos un sistema mucho más integrado, y grupos dominantes con una insólita acumulación transnacional de poder y dominio sobre los recursos y las instituciones globales. Sin embargo, este sistema sobresalta de crisis en crisis, y ahora enfrentamos una crisis de mayor envergadura, en pleno desarrollo, y con cuatro ejes que podemos identificar:

1. Una crisis social de desigualdades mundiales sin precedentes, una extrema concentración planetaria de riqueza. La masa de la humanidad enfrenta una crisis de su reproducción, es decir, de sobrevivencia, un colapso del tejido social. Un aspecto novedoso aquí es el abandono por el sistema de amplios sectores de la humanidad, una población sobrante. La masa de la humanidad se encuentra envuelta en un circuito mortal de acumulación-explotación-exclusión. Desde 2008 hay una aceleración de despojos y exclusiones. El capital transnacional no necesita explotar un tercio o más de la humanidad para reproducirse. El sistema ni intenta incorporar la población sobrante sino busca como aislarla y controlar o neutralizar su real o potencial rebelión, con tendencias hacia el genocidio en algunos casos.

2. Una crisis de sobre-acumulación. Más que una crisis cíclica, es estructural. La polarización social e imiseración, imposibilidad sostener la acumulación global. La respuesta del capital transnacional y sus agentes al estancamiento crónico ha sido una desenfrenada especulación financiera junto con la acumulación militarizada organizada por el estado norteamericano. Hemos entrado en una economía global de guerra.

3. Una crisis de legitimidad de los estados, crisis de dominación política, de control social, lo que genera presiones hacia el control militarizado, hacia estados de control social o estados policíacos. El sistema es cada vez mas violento.

4. Una crisis de sostenibilidad, el colapso ecológico. Estamos llegando a los límites ecológicos a la reproducción de capital. Las sendas reuniones, una desde arriba y otra desde abajo, en Copenhague y en Cochabamba, evidenciaron de que la elite transnacional no puede resolver la crisis ecológica, les toca a los de abajo.

Respuestas a la crisis en disputa

En su conjunto, la crisis presenta amplia oportunidades pero peligros muy graves para la humanidad. Si queremos aprovechar de esta crisis para cambiar el sistema hay que preguntar: frente a la crisis, ¿dónde están los puntos débiles del sistema? ¿Dónde se presentan grietas? ¿Dónde se abren espacios para las clases populares? El reto es, ¿cómo convertir una crisis estructural en una crisis sistémica? Una crisis estructural no se convertirá en crisis sistémica por si sola. Las crisis orgánicas abren las posibilidades de un cambio sistémico o bien del colapso.

En la actualidad podemos identificar tres respuestas a la crisis:

1. Reformismo desde arriba, dirigido a estabilizar el sistema, a contener y canalizar la resistencia desde abajo hacia salidas no amenazantes al sistema. Las elites transnacionales reformistas proponen regular los mercados financieros, reimponer el capital productivo sobre el especulativo, y algunas medidas redistributivas. Algunas abogan por una reestructuración mas profunda del sistema. Sin embargo, en los últimos dos anos desde que estallo la crisis, el proyecto de reformismo desde arriba se ha tropezado con el poder desmesurado del capital financiero transnacional y su proyecto parece estarse estancando.

2. Resistencia y proyectos transformadores populares e izquierdistas desde abajo, los que enfrentan sus propias contradicciones y fuertes desafíos.

3. Fascismo del siglo XXII. La ultra derecha neo-fascista es una fuerza insurgente en muchos países – en Estados Unidos, varios países europeos, en Colombia, Honduras, y México, entre otros.

Temo que si el reformismo fracasa y la izquierda no logra conquistar la iniciativa, se abrirá el camino al fascismo del siglo XXI. Ahora, los proyectos fascistas se definen, entre otras cosas, por una fusión de poder político reaccionario con sectores de capital. En la coyuntura global actual enfrentamos sobre todo tres sectores del capital transnacional mas retrogradas y peligrosos, mas susceptibles a prestarse al fascismo del siglo XXII. Estos son:

1. El sector militar-industrial-seguridad. Este sector es guerrerista, se nutre de los conflictos, de las mal llamadas “guerras contra el terrorismo y el narcotráfico”, las agresiones contra los palestinos, la guerra contra los inmigrantes y la militarización de la frontera EEUU-México, etc.

2. El sector financiero transnacional, que es cada más basado en la frenética especulación y es totalmente rapaz y parasítico.

3. El sector energético y extractivo, que barre comunidades enteras y hace estragos de la madre tierra en su inapagable sed de recursos.

Cualquier programa de resistencia y transformación tiene que lidiar con estos sectores; debe buscar la desmilitarización de la economía global, la subordinación del capital financiero al productivo, y detener el pulpo extractivo.

Ahora bien, no hay consenso entre la elite transnacional. Esta muy dividida. Las fuerzas desde abajo tenemos una ventana de oportunidad, ventana que no estará abierta por mucho tiempo. Hay que pasar de la defensiva a la ofensiva. Las agendas populares desde abajo deben buscar como evitar la consolidación de la agenda fascista. Estas podrían incluir alianzas con sectores reformistas desde arriba, pero sin subordinar las agendas populares a ese reformismo, es decir, hay que luchar por la hegemonía de las agendas populares dentro de cualquier configuración de alianzas o frentes. En este sentido, pareciera cada vez mas que la elite global reformista no puede resolver la crisis – les toca a los sectores populares desde abajo pasar a la ofensiva……si no, la respuesta fascista comenzara a ganar espacios entre las masas sufriendo los estragos de la crisis y susceptibles al discurso del populismo reaccionario.

La crisis también presenta oportunidades. Aquí destaco dos, entre otras.

Primero, la hegemonía ideológica del neo-liberalismo se ha roto y al parecer el neo-liberalismo llega a sus límites materiales e ideológicos. El bloque de poder neo-liberal que se conformo a raíz de la última gran crisis de los años 70 esta en descomposición. El nuevo bloque dominante post-neo-liberal aun no se perfila, no se ha cuajado. ¿Cómo aprovechar de este vacío, de la perdida de legitimidad del sistema, de la deriva en que se encuentra? Es un momento para plantear propuestas anti-sistémicas.

Segundo, la crisis facilita la rápida neo-liberalización en EEUU y otros países del Norte y la cada vez mayor destrucción de la clase media tradicional – la llamada “tercer-mundialización” del Norte. Se extiende la miseración entre amplios sectores en el Norte – descomposición de la infraestructura, el desempleo, la flexibilización y casualización del trabajo, los recortes en el salario social, embargos a las casas, despojos y desamparo social. La clase trabajadora acomodada en el Norte (la “clase media”) comienza a experimentar la plena brutalidad del sistema de capitalismo mundial. En la nueva geografía del capitalismo global hay múltiples polos de acumulación y polarización social y clasista en cada país, mientras las nuevas desigualdades clasistas transnacionales atraviesan Norte-Sur.

Este panorama abre las posibilidades de desmantelar la alianza histórica de los grupos dominantes con las clases medias en el Norte, es decir, el bloque histórico de poder que se cuajo en el siglo XX. Nos permite buscar nuevas alianzas y coaliciones orgánicas Norte-Sur y transnacionales. Es decir, se presentan nuevas bases objetivas para la unidad global, para luchas globales.

Construcción de Proyectos Alternativos

Finalmente, valen algunos planeamientos para debate en pos de la construcción de proyectos alternativos frente a la crisis. No se trata de una lista de demandas puntuales o de plataformas, esas tenemos muchas y ya sabemos el mundo que queremos. El reto es como luchar por ellos, llegar a ello, comenzar a pensar en la transición. Entre otros, ofrezco aquí seis planteamientos para discusión:

1. Transnacionalización de los movimientos sociales. Para liderar con la estructura transnacional de poder los movimientos sociales y de izquierda tenemos que desarrollar agendas transnacionales, la acumulación de una masa critica de fuerzas sociales a nivel transnacional. No existen soluciones locales ni nacionales. El cambio del sistema requiere de nuevas modalidades transnacionales de lucha y agendas comunes transnacionales de lucha. Algunos hacen hincapié en las diferencias y hasta aducen que estas imposibilitan un programa común de acción a nivel global, pero semejante perspectiva nos destina a la ruina. El desafío es, ¿cómo articular los movimientos: local-nacional-regional-global? ¿Cómo lograr una coordinación entre estos niveles? ¿Cómo construir frentes populares transnacionales y redes de movimientos trans-fronteras?

2. Un nuevo concepto de sindicalismo, correspondiente a naturaleza de la nueva clase obrera global. El sindicalismo debe incluir la organización del sector informal, de los desempleados, de la población sobrante, de los trabajadores temporales y contingentes, y de los trabajadores inmigrantes. El sindicalismo tiene que transnacionalizarse y debe tener un liderazgo femenino que refleja en nuevo rostro femenino de la clase obrera global. Hay que retomar y extender el sindicalismo social que une las luchas sindicales con las comunitarias. En las nuevas condiciones el sindicalismo debe luchar tanto en los puntos de producción como en los de la reproducción social. Hay que impedir en normal funcionamiento del sistema, estorbar su capacidad de funcionar con la identificación de “ejes de lucha” simultáneamente en muchos puntos.

3. La lucha inmigrante tiene una importancia estratégica para cualquier alternativa. El capitalismo global primero despoja y desplaza para luego cosechar ese despojo y desplazamiento para captar mano de obra en condiciones de super-explotación, peonaje, terror y exclusión. La economía global depende cada vez más de la mano de obra inmigrante transnacional. Es la fuerza laboral más vulnerable a la super-explotación sin derechos políticos, sociales, y laborales, envueltos en el circuito mortal de la acumulación-explotación-exclusión. El capital transnacional logra combinar la super-explotación con la exclusión social-política gracias a este sistema de mano de obra inmigrante transnacional, y mediante el doble mecanismo de la criminalización y el control militarizado de los inmigrantes. El nuevo eje de desigualdad es la división de la clase obrera global entre ciudadano e inmigrante. El trabajador y la trabajadora inmigrante, sin derechos, criminalizados, controlables y deportables es la mano de obra ideal para el capitalismo global. Y ahora los inmigrantes son el chivo expiatorio que las fuerzas derechistas utilizan frente a la crisis. La guerra contra los inmigrantes facilita y justifica la militarización y el estado policíaco. Por ende, la lucha inmigrante esta en la cúspide de las luchas populares transnacionales de resistencia a los estragos del capitalismo global. Las fronteras no convienen a las clases populares; convienen al capital transnacional. Hay que abolir la división ciudadano-inmigrante, exigir la ciudadanía universal.

4. Las redes de economías sociales y solidarias surgen entre los excluidos que buscan crear espacios socio-económicos alternativos y contra-hegemónicos en los intersticios del sistema. Es importante la descentralización de la producción alimenticia y energética, de los circuitos de distribución y de consumo, la desarticulación del régimen agro-industrial global. Sin embargo, las economías solidarias no pueden simplemente retirarse o desenredarse del capitalismo. Cualquier programa socio-economito popular debe buscar la redistribución mas allá de lo local, vincular la producción con la reproducción social, ir reapropiando recursos usurpados y privatizados, y revertir la lógica de la mercantilización o de la acumulación en una lógica social (la des-mercantilización). Las economías locales no resuelven el problema del poder. Hay que enfrentar y disputar el poder! En este sentido:

5. Un nuevo concepto de relación entre movimientos sociales, partidos, y estado: ni “vanguardismo” ni “horizontalismo.” Los movimientos sociales no pueden transformar el sistema por si solos, sin organizaciones políticas que unifican muchas luchas y frentes, y sin disputar el poder estatal. No puede haber cambio de sistema sin enfrentar el estado como eje organizador del poder de los grupos dominantes. Los retos son muchos: ¿o colonizar o aplastar el estado capitalista? ¿Cómo combinar luchas electorales y extra-electorales? ¿Como no caer en el electoralismo que subordina la agenda popular a la meta de ganar espacio electoral? No basta “hablar la verdad ante el poder” sin enfrentar el poder con contra-poder. El nuevo modelo de lucha revolucionaria son los movimientos sociales en movilización permanente desde abajo que subordinan y controlan los partidos (y los estados si acaso se les conquista) y no al revés.

6. Hay que levantar la bandera del socialismo del siglo XXI. No obstante todas sus contradicciones internas y sus problemas, la Revolución Bolivariana y los otros procesos andinos plantean alternativas. Ahora más que nunca la crisis desprestigia al capitalismo. No es suficiente el anti-capitalismo; hay que luchar para el socialismo del siglo XXI. Venezuela esta bajo el asedio contrarrevolucionario; es el epicentro de la contra-ofensiva de la derecha transnacional y de EEUU. Quieren destruir la Revolución Bolivariana como piedra angular del intento de revertir el repunte popular desde abajo. Mas allá de la solidaridad con Venezuela, el reto es, ¿Cómo despertar la conciencia socialista? ¿Combatir el individualismo, el consumismo, y el fatalismo? Hay que reclamar la bandera de la democracia para el socialismo; destacar lo antagónico que es el capitalismo a la democracia. Hay que recuperar las utopías e imaginarios, las culturas anti-sistémicas, contra-hegemónicas y humanizantes.

*William I. Robinson es Sociólogo, Universidad de California en Santa Bárbara.

Presentación ante la Red Mexicana Frente al Libre Comercio (REMALC), México, D.F., 24 septiembre 2010

19Oct/100

La COMISIÓN DE ASUNTOS INTERNACIONALES DE CARTA ABIERTA

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tiene el agrado de invitarlo al:
INFORME SOBRE EL DESARROLLO Y RESULTADOS DEL FORO DE SAN PABLO 2010
“REPENSANDO EL ROL DE LA IZQUIERDA EN LA REGIÓN”
Con la participación de:
Elsa Laborde, Oscar Laborde , Jorge Drkos, Mariano Ciafardini y Jorge Kreyness
El viernes 22 de octubre de 2010 a las 18hs.
Biblioteca Nacional de la República Argentina
Agüero 2502, CABA
Sala Juan L. Ortiz – 3º piso

16Oct/100

CEFID/AR

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Tenemos el agrado de invitar a ud. a la presentación del

Documento de Trabajo Nº 29:
LA FUGA DE CAPITALES II:
Argentina en el escenario global (2002-2009)

Autores:
Jorge Gaggero, Romina Kupelian y
María Agustina Zelada
Investigadores del CEFID-AR

Comentarios a cargo de:

Julio Sevares (Economista, periodista y profesor de la UBA y la UNICEN)
Oscar Ugarteche (Investigador titular del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM)
Héctor Valle (Presidente de FIDE)

Viernes 22 de octubre de 2010 - 16:00 horas

Oficinas del CEFID-AR
Av. Corrientes 345 – 1° piso

4Oct/102

LEY DE GLACIARES ¿PUNTO DE INFLEXION PARA EL IMPACTO DEL AMBIENTE EN LA POLITICA?

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EL ELECTORADO AMBIENTALISTA, UN TEMA REGIONAL

Por David Iud*

La sanción por el Congreso de la Ley de Glaciares, la semana pasada, las circunstancias que rodearon esta sanción, por un lado con la fractura de los tres principales bloques políticos del país, y por otro lado con la sorprendente galvanización de algunas provincias, en las que alrededor de este tema no hubo clivaje entre oficialismo y oposición, sino que votaron los tres senadores de cada una de esas provincias en conjunto, pone la cuestión ambiental en clave política con una proyección hasta ahora inédita en la Política Argentina.

Pero si ello, de por sí, reclama un análisis puntilloso, la lectura del sorprendente resultado de la primera vuelta de la elección Presidencial Brasileña, pone a esa clave política de la cuestión ambiental en una perspectiva que trasciende claramente el carácter que corresponde a un fenómeno interno, un problema que sería local de la República Argentina. Lo que los resultados de Brasil están diciendo es que la preocupación ambiental en la construcción política merece ser analizada desde una perspectiva general, como expresión de una contradicción que se manifiesta en todas partes y a la que es preciso identificar claramente y ponerle nombre.

Pero vamos de lo particular a lo general…

La Ley que se aprobó, es sabido, pone límites a la actividad económica en zonas del ecosistema glaciario. También, obsérvese, la dura controversia no fue entre poner esos límites o no ponerlos: nadie pone en cuestión que es necesario limitar la actividad en los glaciares, el duro debate fue sobre el alcance de esa limitación, y al final triunfo la posición ambientalista más dura: área glaciaria mas área peri-glaciaria están ahora protegidas.

El peronismo lleva en sus genes la impronta del desarrollo económico, eso lo sabemos todos. El reconocimiento del peronismo histórico al movimiento obrero organizado como “Columna Vertebral” del movimiento es correlato de una alianza que incluyó también al empresariado nacional, actor que conjuntamente con el Estado son los que crean el espacio para que esa clase trabajadora exista, los que crean los puestos de trabajo para procesar las materias primas, el trabajo que es el inherente a la actividad industrial.

Materias primas que, sin ninguna duda, provienen de la naturaleza y pueden ser procesadas haciendo uso de energía para mover las máquinas, transportar materias primas y productos, iluminar ciudades, y en general distribuir bienes y servicios entre la población que solo son posibles teniendo energía que también se saca de la naturaleza: petróleo, carbón (fue el justicialismo el que impulsó la actividad carbonífera en Rio Turbio, Santa Cruz), altos hornos para producir acero, con hierro sacado de las entrañas de la tierra y energía producida quemando carbón que también se saca de la tierra. Así, el justicialismo impulsó los Altos Hornos de Zapla y la siderúrgica SOMISA en San Nicolás. Espejo de la gigantesca siderúrgica “Vale do Rio Doce” (Valle del Rio Dulce) fundada por Getulio Vargas, contemporáneo del primer peronismo en Brasil

En nuestros países, el tema central de la agenda política fue, hasta mediados de la década del 90, el desarrollo económico, la creación de fuentes de trabajo y la distribución de la riqueza nacional. El éxito del Justicialismo (y del Partido Travalhista, de Vargas) en esos tópicos le valió constituirse en imbatible primera fuerza electoral que ya no podría ser vencida después de su aparición, solo reprimida mediante golpes militares, o, en la Argentina con Menem, cooptada desde dentro por sectores que desnaturalizaron su esencia política.

El menemismo produjo en la política argentina un clivaje del espacio político que se referencia en el peronismo: el 28 de Junio del 2009 reclamaron identidad opositora candidatos que cosecharon un tercio de los votos llamándose a sí mismos “peronistas disidentes”. Hoy son el Peronismo Federal. En las elecciones legislativas de Junio 2009 alumbraron tres bloques en la política argentina, con fuerzas más o menos iguales, un mapa político “por tercios”: el “kirchnerismo”, el “Peronismo Federal” y el espacio liberal de la UCR y aliados.

En el senado, al votar la Ley de Glaciares, esos tres bloques se dividieron.

En el Frente Para la Victoria, 7 senadores votaron a favor de la Ley, 23 en contra

En el Peronismo Federal, 6 senadores votaron a favor de la Ley, 5 en contra

En la UCR, 14 senadores votaron a favor de la Ley, voto de indudable contenido “opositor” que inexplicablemente coincidió con Miguel Pichetto, Jefe de la Bancada oficialista y Daniel Filmus, senador por la capital de indudable peso nacional que de ninguna manera podría ser considerado “opositor”. Pero dos senadores radicales votaron en contra de la Ley

El análisis del voto por provincia muestra más particularidades: tres provincias mineras, Mendoza, Chubut y Córdoba (actualmente con un duro debate por la minería a cielo abierto de uranio) galvanizaron el voto, y no hubo diferencias entre oficialismo y oposición: votaron, todos, unánimemente por aprobar la Ley que le pone límites a la minería… Particular dentro de lo particular es el caso de Rio Negro, también provincia minera, donde no hubo votos en contra de la Ley: los dos senadores de la Provincia presentes, uno oficialista, la otra, con voto cambiante según la situación, votaron también a favor de la Ley. El tercer senador, el radical Pablo Verani, ex – gobernador que desde lo personal hubiera votado en contra de la Ley, no estuvo presente, seguramente para no crearse un problema por partida doble: con la conducción nacional de su partido que quería votar a favor de la ley interpretando en ello un acto de oposición, y además con la conducción partidaria de su provincia, que también, aunque por motivos distintos a los de la conducción nacional, propiciaba el voto favorable a la ley…

Además, no hubo oposición ni oficialismo en otros tres distritos que no son mineros, y que votaron unánimemente por la Ley: Capital Federal, Santa Fe y La Pampa.

Y hay también del otro lado: en Catamarca, Neuquén y Salta no hubo tampoco oficialismo y oposición, votaron todos en contra de la Ley. Imagen especular del caso de pablo Verani en Rio Negro, pero al revés, en San Juan no hubo votos a favor de la Ley. El senador del Peronismo Federal Roberto Basualdo hubiera votado a favor de la Ley simplemente para diferenciarse de su adversario político provincial, el Gobernador Gioja, oficialista (FpV) que era el abanderado de la negativa a la Ley (aunque integra el mismo bloque que Pichetto y los otros 6 FpV que votaron a favor…). Basualdo además se hubiera creado un problema una parte de su grupo de pertenencia, el Peronismo Federal que voto en contra. Basualdo no falto, pero se abstuvo.

Tampoco hubo ni oposición ni oficialismo en otras dos provincias que no son mineras, Misiones y San Luis

La Ley de Glaciares expresa un debate político con creciente importancia en la agenda, que es el que protagonizan sectores de la sociedad que cuestionan al gobierno por su política ambiental.

Son sectores muy diversos: los hay netamente opositores de los cuales puede decirse que la cuestión ambiental es más una herramienta al servicio de su vocación gorila, porque son sojeros, y hablo concretamente de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú, y por otra parte hay sectores campesinos, de pueblos originarios o de sectores de clase media urbana que no tienen nada que ver con el modelo sojero, más bien se encuentran en las antípodas sociales y políticas del modelo de acumulación del capitalismo agrario, y también critican al gobierno por su política ambiental, sobre todo, minera. Son los mismos sectores que hace un año se movilizaron por otra ley ambiental, la de Bosques Nativos.

La nota en esta emergencia de la cuestión ambiental en la agenda política nacional la da un dirigente y una corriente política que, haciendo de esto uno de los ejes de su acumulación política, se constituyó en 2009 en segunda fuerza en la Ciudad de Buenos Aires, hablo de Pino Solanas y su Proyecto Sur, que ya ha lanzado su candidatura presidencial para 2011. Segunda fuerza, construyendo su caudal electoral con votos de clase media que le sacó a un candidato que en 2007 “enamoró” al 60% de los electores (hablo de Macri) ocultando una naturaleza política que ahora porciones crecientes de esa misma clase media ven con claridad: el tipo es un fascista. Si bien conserva sorprendentes niveles de adhesión, es razonable pensar que no resistirá la fuerte interpelación que sobreviene en una campaña electoral…

Y es en este punto donde encuentro una analogía que no va más allá de lo formal, si se quiere, hasta casual, pero que no por ello merece ser ignorada: la candidata “Verde” de Brasil, que con su 19,30 % fue la causa de que Dilma Rousseff no se impusiera como Presidenta en la primera vuelta GANO EN BRASILIA, el Distrito Federal brasileño, equivalente a nuestra “C.A.B.A.” que además, con sus 3,2 millones de habitantes es casi igual a los 3 millones de habitantes de la Ciudad de Buenos Aires.

Marina Silva, que sacó en Brasilia 41,96% mientras Dilma solo llego al 31,74% y el socialdemócrata liberal Serra quedó tercero con 24,3%, fue desde Enero 2003 hasta el 2007 Ministra de Ambiente de Lula. Renunció, por diferencias con la política ambiental general del gobierno del PT, pero en particular, por discrepar fuertemente con el modelo de desarrollo que el PT aplica a la Amazonia.

No es cuestión de ingenuidades: el casi 20% de los votos de Marina Silva viene, en una parte importante, del protestantismo misional, los votos evangélicos, que ciertamente de progresistas, no tienen nada, ni en Brasil, ni acá, ni en ningún lado. Marina misma, que es ella misma protestante (de allí su afinidad) tiene ciertas posiciones conservadoras (por ejemplo, contra el aborto). Pero, “la única verdad es la realidad” y la realidad es que, a pesar del enorme mérito del gobierno del PT, que generó un impresionante desarrollo económico con redistribución de la riqueza (por eso, y no por otra cosa pudo casi alcanzar el 50 % A PESAR DE LA REPUGNANTE CAMPAÑA MEDIATICA EN CONTRA!) igualmente NO ALCANZO, y el flanco en el que faltó fue el flanco de la POLITICA AMBIENTAL.

No le alcanzó a Dilma, por muy poco. Con 46,71 % de los votos en 1ª vuelta, y un 20 % en el que una parte NO ES DE LA OPOSICION DE DERECHA, sino de votantes ambientalistas cuyo PEOR ENEMIGO ES LA DERECHA CAPITALISTA QUE TRANSFORMA EL AMBIENTE EN MERCANCIA, me parece que acá hay un mensaje claro: el discurso histórico de la izquierda, que sólo cuestiona la apropiación de la riqueza sin prestar atención al conflicto entre desarrollo y naturaleza, ya no alcanza. Un sector de la sociedad, que por otra parte, es objetivamente parte del espacio político alternativo al neoliberalismo reclama prestar atención a ese conflicto.

Y ese es el aspecto que yo creo parte de una perspectiva general en la construcción política. La contradicción que expresa es una de nuevo tipo, entre el modelo desarrollista tradicional para el cual la apropiación de la naturaleza no entraña ningún conflicto, y sectores sociales que por razones culturales y otras ligadas al tipo especial de relaciones de producción que practican, ven a la naturaleza como un bien común cuya apropiación los agrede y los priva de su medios de subsistencia. Es la contradicción entre actividad económica y naturaleza que emerge ahora a tenor del nuevo estado de la técnica, que supone la disponibilidad de fuerzas productivas capaces de realizar cosas que antes eran imposibles: ya sea talar bosques y selvas a una velocidad antes impensada, haciendo desaparecer la biodiversidad y modificando para siempre la misma faz de la tierra, caso de la Amazonia, o desintegrar montañas enteras para aprovechar los minerales que, de manera dispersa, esas montañas contienen, caso de la minería a cielo abierto en los Andes, y, al mismo tiempo transformar esas giga-toneladas de roca, barro y arena en RESIDUO CON PRODUCTOS QUIMICOS QUE CONTAMINA EL AGUA A MUCHOS KILOMETROS DEL LUGAR DE LA ACTIVIDAD MINERA….

Viene ahora en Brasil la construcción del escenario de la 2ª vuelta, y en Argentina, un año por delante en el que se construirá el escenario electoral del 2011 con temas de agenda tales como la Ley de Medios (y todo lo que ello implica, Papel Prensa, nueva televisión digital, nuevas señales), la incesante actividad de la oposición sistemática en el parlamento, donde resulta muy preocupante la actitud revanchista del bloque de senadores ¿propios? De las Provincias mineras que ya, por boca del Senador Gioja, amenazan “cobrar” lo que ellos consideran “traición” de los siete senadores del FpV que votaron a favor de la Ley

Pero hay más: hay en San Juan una campaña de prensa para construir en la ciudadanía provincial un ánimo de rebeldía y desafío a las instituciones nacionales que tendríamos que analizar con mucha seriedad. Ejemplo de ello, lo publicado hace pocos días en “El Zonda” de San Juan ( http://www.elzonda.info/index.php/Gioja-y-todas-las-fuerzas-productivas-definen-acciones-por-la-ley-Bonasso.html ) una nota llena de mentiras institucionales. Sigue el camino de la Ley 8144 de San Juan supuestamente de “Defensa de los Glaciares” que dice barbaridades tales como esta frase, del Art. 1º “Los glaciares existentes en el territorio de la Provincia constituyen Bienes del Dominio Público del Estado Provincial, como dueño originario de los recursos naturales que se encuentran en su territorio“, una soberana burrada jurídica, que resulta gravísimo que haya sido aprobada como “Ley”. Ningún Estado es “dueño” de los bienes del Dominio Público” PORQUE EL UNICO DUEÑO DE LOS BIENES DEL DOMINIO PUBLICO ES EL PUEBLO. (de allí la raíz compartida de las dos palabras)

“Dueño” es un concepto propio del derecho privado que tiene entre sus notas destacadas la facultad de exclusión. El “dueño” de algo puede excluir a quienes desee. Yo, Uds. y cualquiera, que es “dueño” de su casa determina que otras personas no entran si nosotros no queremos.

Si el Estado fuese “dueño” de los bienes del dominio público significaría, por ejemplo, que el Estado podría prohibirle a las personas caminar por los parques, circular por las calles y hasta tomar agua de los ríos (porque el agua de los ríos y lagos, en este país, es bien del dominio público del estado, dice el Código Civil, Art. 2342)

Además, si el Estado fuese “dueño” de los Bienes del Dominio Público, ESTOS FIGURARIAN EN SU INVENTARIO. Y los parques, plazas y calles tendrían Titulo de Propiedad (a nombre del Estado, claro) algo que en ningún lado ocurre.

Hay la absoluta FALTA DE LEGITIMIDAD para que LA LEGISLATURA DE SAN JUAN (o la de cualquier provincia) PUEDA RECHAZAR UNA LEY FORMADA POR EL CONGRESO NACIONAL. Semejante actitud está en el umbral del secesionismo.

Va de suyo que lo que está pasando es más que suficiente para TACHAR PUBLICAMENTE TODA POSIBILIDAD DE QUE GIOJA SEA PARTE DE NINGUNA FORMULA PRESIDENCIAL. Gioja está “retando” a la ciudadanía de toda la República. Mal puede representarla.

Pero además, hay que mirar el posible escenario de las elecciones 2011. Comenzando a delinearse la candidatura Alfonsin-Binner, prestar atención al sector social cuya diferencia con el kirchnerismo es esencialmente el manejo de la cuestión ambiental –en el que la cuestión de la Ley de Glaciares ha sido el tema de debate más importante de los últimos 60 días- parece estratégicamente crucial.

Así como está claro que Dilma será Presidenta de Brasil, la pregunta lógica, el 3,25 % que la separa del 50,1% que necesita para ganar ¿de dónde lo va a sacar? Tiene una respuesta que parece caer de maduro.

Además de los tres candidatos que salieron encabezando la grilla, hay en Brasil otros seis candidatos a la Presidencia. Solo uno de ellos, el “Partido Socialismo e Liberdade”, también escisión del PT, liderada por Heloisa Elena, que agrupa sectores trotskistas y euro-comunistas, llega al 0,88 %. Los otros cinco, en conjunto, solo alcanzan un 0,31 %. El conjunto sumado de los 6 candidatos (que de todos modos, jamás votarían juntos, porque entre ellos están las candidaturas de la extrema derecha) solo llega al 1,19 %. Dilma para ganar, necesita votos que solo puede sacar del Partido Verde de Silva o del Partido Social Demócrata Brasileiro de José Serra.

La política no es matemática, y la voluntad de los votantes no es manejable por los candidatos sino por sus dueños, los propios votantes. Pero, sin perjuicio de ello, es una cuestión de pura lógica que mientras jamás los sojeros o los electores Elisa Carrió votarían al Kirchnerismo, muchos votantes que han abandonado el espacio político de apoyo al gobierno descontentos con la política minera y petrolera sí podrían votar nuevamente al espacio puestos a elegir entre Néstor (o Cristina) Kirchner y Alfonsín – Binner

Mas allá de que ESO SERIA TOTALMENTE IMPOSIBLE SI LA FORMULA FUESE KIRCHNER – GIOJA, lo cierto es que no se puede esperar al resultado de la primera vuelta electoral del año que viene para buscar –en ese momento- un acercamiento de coyuntura con los sectores críticos de la política ambiental del gobierno, que podrían ser estratégicos.

Que haber vetado en 2008 la Ley de Glaciares fue un error, no es simplemente una afirmación mía. Si ahora ha dicho la Presidenta que NO VETARA la Ley que salga del Congreso, y aun cuando en el momento en que hizo esta afirmación ya se veía como bastante posible que saliera la Ley que finalmente salió, que ES LA MISMA QUE ELLA VETO, va de suyo que esta actitud que ahora toma la Presidenta constituye una rectificación de su anterior acto. Esto es algo que no puede ser leído de otra forma que la rectificación de un error, algo que merece un reconocimiento: es muy bueno que el Gobierno tenga capacidad de rectificar sus errores para mejorar su gestión.

Ahora bien: este error que ahora se rectificaría ni es exclusivo de la Presidenta ni se agota en el acto formal del veto o promulgación de la Ley de Glaciares. En mi humilde opinión, requiere rectificación la consideración que el espacio político del gobierno hace de la importancia de esta nueva contradicción, entre naturaleza y modelo de desarrollo, que no conocíamos en estadios anteriores del desarrollo de la técnica, pero que ahora, adquiere contornos que, como se ha visto en Brasil, pueden llegar a decidir una elección.

Algo que no es poca cosa, y que tiene su impacto en toda la región: la historia de América Latina no es la misma si en el período 2011-2015 en Brasil gobierna Dilma Rousseff, que si gobierna José Serra. La nuestra, tampoco.

El conflicto entre modelo de desarrollo y naturaleza fue tempranamente anunciado dentro del peronismo, por el propio Perón, que el 21 de Febrero de 1972 escribió, en su célebre Carta sobre Medio Ambiente a los Gobiernos del Mundo: necesitamos nuevos modelos de producción, consumo, organización y desarrollo tecnológico que, al mismo tiempo que den prioridad a la satisfacción de las necesidades esenciales del ser humano, racionalicen el consumo de recursos naturales y disminuyan al mínimo posible la contaminación ambiental…. Y así, mientras llega a la luna gracias a la cibernética, la nueva metalurgia, combustibles poderosos, la electrónica y una serie de conocimientos teóricos fabulosos, mata el oxígeno que respira, el agua que bebe, y el suelo que le da de comer y eleva la temperatura permanente del medio ambiente sin medir sus consecuencias biológicas.

Grave sería olvidar esa enseñanza ahora, que los temas que en 1972 parecían sólo una elucubración de mentes muy esclarecidas para tiempos lejanos por venir, se han transformado en tema de agenda que puede decidir una elección.

*Integrante de Carta Abierta – Comisión de Medio Ambiente