Comisión de Economía Carta abierta Buenos Aires

23Nov/110

Acto de cierre de la Conferencia anual de la UIA: Palabras de la Presidenta de la Nación 2011

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PALABRAS DE LA PRESIDENTA DE LA NACIÓN, CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, EN EL ACTO DE CIERRE DE LA 17ª CONFERANCIA ANUAL DE LA UNIÓN INDUSTRIAL ARGENTINA, EN LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES

Muchas gracias. Muy buenos días a todos y a todas.

Señor titular de la UIA; señor titular de este Seminario de la UIA; señoras y señores empresarios: en primer lugar quiero felicitarlos por el excelente corto, casi un cortometraje que hicieron ahí con el péndulo, donde me obsequiaron con una de mis obras artísticas favoritas, de Ernesto de la Cárcova “Sin pan y sin trabajo”, que se lo pedí al Museo de Bellas Artes para el Museo del Bicentenario pero no me lo quisieron prestar, es uno de mis favoritos y el excelente por supuesto siempre Antonio Berni con “Manifestación”, que creo que marcan con exactitud desde el arte lo que ha sido la República Argentina y sus frustraciones.

Vos hablabas recién, De Mendiguren, del péndulo como hacía Marcelo Diamand y trajiste una imagen que fue la del 2001, cuando el péndulo se convirtió en maza diría. Porque como el péndulo, Argentina siempre iba y venía, pero nunca llegaba a tocar para destruir, de algún modo luego se reacomodaba a través de alguna medida o baru baru, como suele decir algún secretario de mi gobierno al que todos ustedes conocen y se lo habrán escuchado decir en múltiples oportunidades, pero lo cierto es que en el año 2001 el péndulo se convirtió en una maza y arrasó con la Argentina, casi como esa maza que vimos todos hace unos días que tiró abajo el edificio de Bartolomé Mitre acá en Capital Federal.

Por eso, creo que la historia del péndulo no puede convertirse en la historia de la maza que fue en el año 2001, cuando derrumbó gobiernos y tuvimos 5 presidentes en una semana. De esta Argentina que protagonizamos del año 2003 a la fecha, antes de ingresar en ella, quiero hacerlo en un marco internacional, porque no vivimos aislados, vivimos en un mundo, como recién lo indicaba De Mendiguren, sumamente interconectado y el cuadro de situación global que hoy tiene el mundo es complejo, difícil y por momentos asusta a algunos; no a aquellos que creemos que el problema radica esencialmente en que se están tratando de aplicar viejas ideas para resolver nuevos problemas.

Hace pocos días De Mendiguren y otros integrantes de la Unión Industrial Argentina me acompañaron a clausurar el Seminario del G-20 que agrupaba a los empresarios del G-20 y allí hablé de la situación de un mundo donde su producto global hoy, es decir lo que ustedes producen, sea en producción o en servicios, está casi cuadruplicado en stock financiero, esto es: el spread entre lo que se produce y los recursos financieros es, de 1980 a la fecha, casi 3 veces y media. Por eso utilicé el término de anarcocapitalismo financiero. Es imposible, porque en definitiva el dinero se ha hecho como bien fungible para adquirir bienes o servicios; si yo tengo más dinero que los bienes y los servicios que produzco, más tarde o más temprano la crisis viene y el mundo implosiona. Esa es una de las causas y de las cosas que están pasando en el mundo de hoy.

Más tarde, en el recinto donde nos reunimos los mandatarios del G-20, al cual obviamente ingresamos nosotros únicamente y no lo pudieron ver, la reunión era presidida por un finísimo cartel, como solamente lo pueden hacer los franceses con ese gusto que los ha distinguido en toda su historia, que decía “G-20 Cannes, Nuevo Mundo - Nuevas Ideas”. Lo de Nuevo Mundo me pareció acertado. Ahora, nuevas ideas no escuché ninguna, ni adentro ni afuera. Y creo que este es otro de los problemas que está atravesando el mundo en esta etapa histórica. Porque el mundo no hay que verlo únicamente como una fotografía de lo que nos sucede hoy, el mundo hay que verlo como una película que empezó hace mucho tiempo para poder interpretarlo y decodificarlo, para eso nos sirve la historia, no para recordar lo que hicieron otros, sino para interpretar lo que nos está pasando y lo que nos puede llegar a pasar.

Y si uno observa las grandes transformaciones económicas, que son sociales finalmente, terminaron, epilogaron con una formulación teórica de ese mundo que cambiaba, por ejemplo cuando cayó la monarquía en Francia y surgió la burguesía, a partir de allí surgieron las ideas liberales, surgió el capitalismo, pero primero estuvo el hecho social, histórico y político, y luego el marco teórico en donde se explicaban y se extraían los marcos de solución, de negociación y la ruta por donde seguir aparte de ese marco teórico y esa decodificación.

Lo mismo podríamos decir cuando surge con mucha fuerza el capitalismo y como suele suceder en toda la historia, a cada acción surge una reacción y surge definitivamente a través del marxismo o lo que fue el comunismo, en ese mundo bipolar que atravesamos en toda la segunda mitad del siglo XX.

Pero hubo también un hecho que fue una explotación inhumana que hacía trabajar a pequeños, a mujeres en condiciones que todos vimos en documentales, en películas, del que surgió precisamente la otra idea que le dio un marco teórico a cómo se salía de eso. Y que también fracasó cuando se cayó el Muro de Berlín. Esto está claro, creo que también fracasó y creo que ese triunfo del capitalismo por sobre el comunismo no fue debidamente interpretado por quienes tenían responsabilidades de liderazgos históricos, institucionales y sociales. La gente quería vivir mejor y con libertad, pero también con garantías, seguridades, con equidad y con justicia. Cosa que, a partir de lo que parecía una hegemonía global eterna y bajo la luz del Consenso de Washington y las políticas neoliberales, bueno, ya conocemos como se arrasó América latina.

Me encantó la intervención -ustedes no la pudieron escuchar ni nadie porque fue interna- de la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, que realmente me emocionó porque explicó lo que habían sido para América latina, para Brasil más concretamente y para Argentina, las políticas del Fondo Monetario Internacional. En Brasil habían significado 20 años de devaluaciones y desastres permanentes y en la Argentina habían eclosionado en el año 2001, algo que impactó fuertemente también esta intervención al señor presidente de los Estados Unidos, porque realmente fue una intervención brillante que tuvo la presidenta de la República Federativa del Brasil.

Entonces lo que sucede es que este mundo nuevo que describía recién De Mendiguren, este mundo de lo que algunos creyeron la primavera árabe, y nos estamos dando cuenta que parece ser, tal como lo había dicho yo, no era primavera, acaba de caer el gobierno que se conformó hace poco tiempo y las primeras elecciones libres que se hicieron en Túnez fueron ganadas por los islamistas moderados, con lo cual creo que estamos ante un problema de liderazgo internacional que no acaba de entender que hay un nuevo mundo, que hay porciones importantes de la sociedad global que no quieren vivir de la misma manera o con las mismas costumbres que vivimos en Occidente, y que a nosotros nos gustan por supuesto pero no tienen por qué gustarles al resto del mundo. Y entonces se comienza a mezclar lo político y lo económico, y no encontramos -yo por lo menos no he encontrado- a nadie comparado a un David Ricardo, a un Adam Smith, a un Carlos Marx que dé un marco teórico a lo que está pasando y entonces permita decodificar por dónde vamos y hacia dónde vamos. Este es el marco de situación que tenemos.

El domingo me comuniqué con el flamante presidente, todavía no porque no lo han electo, Mariano Rajoy para felicitarlo por su triunfo, que todos los diarios argentinos ayer ratificaron de contundente 44 por ciento contra 28 del PSOE, ojalá me hubieran dedicado tapas iguales a mí, pero no importa…yo soy argentina…, se sabe que…, pero bueno, una no tiene que ser envidiosa. Lo llamé a Mariano a quien lo conocía porque lo he entrevistado cada vez que iba a España como líder de la oposición, para felicitarlo, me manifestó que quería venir a la Argentina y además para decirle que tenía una oportunidad fantástica, porque había ganado muy bien, con una mayoría estupenda que le permitía además tener una mayoría absoluta en los cuerpos parlamentarios, lo que seguramente le iba a permitir implementar esas ideas que durante tanto tiempo había querido hacer y el socialismo no lo había dejado y seguramente iba a encontrar las soluciones para España.

Nos despertamos el lunes y hoy con dos sopapos a las nuevas autoridades electas con esa notable diferencia de votos, por los mercados, con lo cual y tal cual lo manifesté en el G-20, los políticos vamos a tener que decidir -yo por lo menos ya he tomado la decisión hace rato- respetar a los mercados pero saber que los que gobiernan son los que son elegidos por el voto popular. Esto lo tengo muy claro.

Volviendo a la Argentina, a nuestra casa que es lo que nos interesa, sé que todos los que me precedieron en el uso de la palabra, el propio cortometraje del péndulo donde muestra lo que ha sido el crecimiento industrial de la Argentina en este modelo argentino, que ha sido un modelo de crecimiento, de generación de empleo y de inclusión social, nos dice además que la actividad industrial ha crecido por sobre la actividad económica. No es casual, tenemos ese nivel de actividad económica porque el crecimiento industrial ha sido más alto que la actividad económica, porque ha sido el que ha generado puestos de trabajo, ha generado un fuerte mercado interno y nos ha permitido hacer ese crecimiento que hasta hoy llevamos en 9 puntos de los últimos 12 meses anteriores y también en lo que va del año; un crecimiento económico importante con una tasa de desocupación del 7.2, la más baja de la serie que debemos seguir bajándola; un crecimiento económico también el más importante de los 200 años y el industrial desde 1900, allí cuando comienza a desarrollarse la industria, también sin lugar a dudas el más importante.

Ahora bien, esto ha sido producto de un modelo macroeconómico que me habrán escuchado manifestarlo en reiteradas oportunidades, no voy a insistir en lo que seguramente también ha dicho Débora, ayer Amado y Julio seguramente también lo debe haber dicho como cada uno en su ámbito de referencia.

Yo quiero referirme a cómo seguimos, que es -me parece- lo que le debe interesar a todos. Y yo quiero rescatar uno de los últimos tramos del discurso de De Mendiguren que habla de innovación. Normalmente cuando me han escuchado hablar a mí de innovación, me he referido a la parte tecnológica, tampoco voy a insistir, saben lo que esta Presidenta, este Gobierno y el anterior presidente pensábamos de la ciencia, de la tecnología, de la innovación, lo que hemos invertido, lo que hemos hecho, de los científicos repatriados, no voy a cansarlos con las cifras y con los comportamientos que ustedes conocen y que además yo lo traduzco en una imagen y en un lugar: Tecnópolis, que es el lugar que yo quiero que defina a la Argentina que va a empezar este tercer centenario.

Sabemos que lo que nos va a dar el salto cualitativo va a ser cuánto seamos capaces de hacer innovación tecnológica y científica. La anécdota de Ford que la podía también trasladar a Bill Gates, hasta que Bill Gates apareció no pasaba nada, y mirá vos lo que pasa hoy. En realidad es ahí donde se invierte y entonces la oferta genera demanda, al revés de todo otro momento económico donde primero tiene que estar la demanda para que los empresarios inviertan. Esto también es otra verdad que no podemos ignorar.

Digo entonces cómo viene esta etapa. Yo la definiría, vos la definiste De Mendiguren, la UIA la definió como la etapa del desarrollo. Me parece una buena definición, pero yo quiero ir un poquito más profundo, yo quiero definirla como la etapa de la sintonía fina. ¿Por qué de la sintonía fina? Porque hasta ahora hemos hablado de industrias, normalmente cada vez que nos encontramos hacemos una referencia a pequeñas y medianas industrias, pero en realidad vamos a tener que comenzar a precisar y a estudiar a cada uno de los sectores bajo un tema central en esta etapa que viene que es la competitividad de la economía argentina, competitividad que solamente es sustentable con inclusión social. Esto lo aclaro porque muchas veces algunos interpretan que competitividad se hace a costa de salarios o se hace a costa de renuncia de impuestos por parte del Estado. Ser competitivo porque el Estado me baja los impuestos, me da exenciones fiscales, me paga subsidios o porque les pago poca plata a los trabajadores, en realidad tampoco parecen formas muy novedosas en materia de innovación para generar competitividad. Por lo cual quiero sentarme en ese concepto de también innovar los comportamientos de cada uno de los sectores. Y yo diría de los 3 sectores fundamentales que conforman este mundo en que estamos aquí, que son ustedes los empresarios, los trabajadores y nosotros, el Estado, como el tercer actor de lo que significa esa trilogía, esa actuación tripartita que ha sido también una de las claves del crecimiento de estos años. El acuerdo que ha sido la política que hemos venido impulsando con las convenciones colectivas de trabajo, con la mejora del salario, con el acuerdo del Estado. Pero ahora hay que comenzar con sintonía fina. ¿Por qué digo esto?

Porque ya no basta con la definición de pequeña, mediana y grande industria. Hay que comenzar a ver por ejemplo en las grandes industrias y sobre todo fundamentalmente en lo que son los grandes temas, inversión, cuestiones salariales, inflación, subsidios, hay que comenzar a hablar y a analizar con sintonía fina. De utilidades, otro tema que tampoco se habla, porque esto también tiene que ver con la economía y creo que a nivel global es una de las claves. Se intenta la fórmula de no tocar utilidades o preservar utilidades fundamentalmente en lo que hace al sector financiero y que la crisis la paguen los que menos tienen. La fórmula de que la crisis se la quieran hacer pagar a los que menos tienen, termina como terminó la Argentina en el año 2001, con la maza pegándole a la pared, no ya el péndulo. Nosotros lo probamos.

¿Qué quiero decir con esto entonces? Grandes empresas que tendremos que comenzar a definir, yo quiero definirlo para que ustedes me entiendan. Por ejemplo esta semana me tocó estar en General Motors en Rosario, en una de las mejores 5 plantas de General Motors, me voy a referir al sector automotriz, un sector muy importante. ¿Por qué? No solamente porque genera gran mano de obra intensiva y altamente calificada, sino porque además no es monopólica; es una actividad donde tienen una fuerte competencia, es más, compiten permanentemente sacando nuevos modelos. Estuve en Peugeot, en 3 de Febrero el día jueves y presentaron su séptimo modelo de auto en estos últimos 8 años. Estuve ayer en Ford Motors Argentina donde inauguraban la fábrica de motores que habían cerrado en el año 1995 y la inauguraban como plataforma global para toda Ford Motors Argentina en los autos que estaban produciendo, inclusive con autopartes y prometiendo alcanzar a partir de este desarrollo, con autopartistas pegados a su fábrica, el 40 por ciento de integración. Con ellos también estamos hablando sobre la balanza comercial para poder equilibrarla durante el año que viene. Y lo pongo como ejemplo porque son grandes empresas que al mismo tiempo generan un desarrollo fundamental de otras pequeñas y medianas empresas como son las del sector autopartista.

Pero también podemos hablar de que ellos, en su gran mayoría además, han reinvertido las utilidades totalmente en la República Argentina. Aprovecho para pasar un aviso frente a tanta cosa que se publica y se dice de modificación, de promoción, de ley, de inversiones y cosas extrañas, que no se va a permitir por ley remitir ganancias, yo creo que ofenden la inteligencia de los argentinos, a mí me preocupa la gente que lanza estas cosas, que lo hace como han lanzado toda clase de rumores en las últimas semanas de los más disparatados, realmente no me preocupan porque sé los intereses que representan; a mí lo que más me preocupa son los tontos que pueden creer cosas como estas, luego de 8 años y medio que lleva este gobierno. Estas son las cosas que me preocupan, porque como decía Perón: “los malos pueden volverse buenos pero los tontos inteligentes es una tarea mucho más difícil e ímproba”.

Entonces les pido a todos que miren lo que hemos hecho, cuál ha sido el comportamiento de nuestro gobierno desde el año 2003 a la fecha ante cada crisis, porque no hemos tenido una sola corrida, estamos por la cuarta o por la quinta, y cuando teníamos muchísimas menos reservas para hacer mención concreta algunas cosas. Así que todos deberían comprender hacia dónde vamos.

Pero me refería por ejemplo al tema de reinversión de utilidades en industrias que precisamente además son grandes industrias, grandes empresas, que además son filiales extranjeras también, podrían hacer su remesa de utilidades a su casa matriz, y sin embargo han optado en seguir hundiendo aquí su dinero y en seguir invirtiendo en mayor tecnología e innovación.

Podemos hablar de alguna otra gran empresa, no voy a hacer nombre de nadie, porque mi interés no es discutir ni pelear con nadie, yo solamente quiero que entendamos las cosas que tenemos que hacer si queremos que este crecimiento siga adelante. Y podemos hablar de alguna otra gran empresa, no importa cuál, que teniendo utilidades muy importantes, de las cuales una parte importante son los subsidios en materia de energía eléctrica, el gas no lo hemos tocado por tratarse de una empresa de insumos difundidos, es decir, que impacta y afecta al conjunto de la economía. Pero estas son las cosas que tenemos que sentarnos a discutir y a hablar para hablar de inversión, para hablar de inflación, en fin, para hablar de todas las cosas que tenemos que hablar muy en serio.

Y yo estoy dispuesta, como está dispuesto todo mi equipo y como lo ha estado siempre, a que abordemos todos y cada uno de estos problemas. No hay que enojarse, no hay que pelearse pero por sobre todas las cosas no hay que hablarse por los diarios, cuando uno quiere solucionar las cosas lo que hay que hacer es tomar un teléfono o ir hasta la oficina del funcionario y hablar con ese funcionario. Nunca vi que nadie solucionara nada por los diarios, al contrario, por los diarios siempre las cosas se complican y más y no revelan por cierto un ánimo de solución.

Los subsidios también: una política que ha sido uno de los pilares del modelo, de aquella Argentina que en el año 2003 se caía a pedazos y que teníamos que subsidiar para mantener o poder incrementar demanda agregada, para mantener competitividad a las pequeñas, medianas y también grandes empresas que venían muy golpeadas. Pero siguiendo con esto de la inversión, esta empresa que en el año 2008 obtiene un 31 por ciento de utilidades en el 2010, un 31 por ciento más que en el 2008, sin embargo invirtió en el 2010 un 35 por ciento menos que en el 2008.

¿Qué es lo que quiero decir con esto? Que nosotros tenemos que saber que para mantener el modelo tenemos que seguir reinvirtiendo para poder seguir ampliando nuestra capacidad productiva, no solamente para este fuerte mercado interno, que fue el que nos permitió sortear la crisis del año 2009, sino el que nos va a permitir -a través también de un proceso de integración generoso entre los países del MERCOSUR - tener un potente mercado intrazona América del Sur. De allí van a venir las soluciones y no de ninguna otra parte. (Aplausos).

Tocando también el tema inversión, que el Estado por cierto ha incentivado, a través de un Banco Nación que hoy debe constituir, me atrevo a decirlo – no veo a Juan Carlos Fábrega, pero por ahí debe estar, decime si miento - un 30% de la economía real. ¿Estamos bien si decimos un 30% de la economía real? Y a través, por ejemplo, del Programa del Bicentenario, de financiamiento productivo, pero bueno, cuando el “Vasco” hablaba de innovar comportamientos, por allí cuando en estos últimos días se producen algunos acontecimientos y comenzamos a cruzar la información de los créditos que habíamos otorgado en el Bicentenario encontramos que algunas empresas grandes, de servicios, de producción - no importa tampoco cuál - habían comprado igual cantidad de dólares o más de la que nosotros les habíamos prestado en pesos a tasa negativa. Digo: el péndulo me parece que lo debemos controlar entre todos, sobre todo entre los que más pueden mover la economía, que no son miles ni millones, son muy pocos (Aplausos).

Creo que es hora que hablemos con sinceridad, sin enojarnos, ya aprendí a no enojarme, ya nada me enoja. Después de lo de él no me enoja más nada, nada más que lo de él me enojó, pero bueno, ya está. Así que tengan la certeza absoluta de que van a encontrar una Presidenta abierta a todas las ideas pero fundamentalmente a seguir sosteniendo a rajatabla esa demanda agregada, ese poder adquisitivo de las clases más vulnerables que son las que no tienen capacidad de ahorro. Ellos no me hacen contado con liqui, en realidad contado con liqui ahora después de algunas reformas que hemos hecho en el Central no lo puede hacer nadie, pero ya van a encontrar seguramente desde el sector financiero alguna forma. También estaremos atrás de ellos. No son los jubilados de la mínima los que me remesan o atesoran billetes o utilidades en portafolio o cambian de portafolio.

Entonces yo creo que tenemos que ser todos muy sinceros, es cierto que vivimos en una economía bimonetaria, la verdad que lo bueno sería, como hace Brasil y como hace cualquier país del mundo, vivir en la economía nuestra, pero les reconozco algo, esa idea de la cultura bimonetaria tiene también una raíz histórica, desde el año 1930 aproximadamente a la fecha nuestra moneda ha perdido 13 ceros, ¿escuchás Vasco? 13 ceros perdió nuestra moneda. Esos 13 ceros cimentan la desconfianza de los argentinos y es la obligación de todos revertir esta historia, porque yo no creo que nos haya caído la oportunidad ni que tengamos una oportunidad, yo creo que nosotros los argentinos hemos creado la oportunidad en estos ocho años con un modelo virtuoso, industrial, de generación de empleo, para poder salir adelante como lo hemos hecho.

Por eso digo la etapa de la sintonía fina, por eso quiero hablarles también a los empresarios del tema de las utilidades. ¿Qué empresario no quiere tener utilidades? Todos queremos ganar plata, lo que vamos a tener que medir en este mundo es una utilidad que tenga un estándar más o menos internacional, pero lo cierto es que las utilidades de las empresas argentinas están todas por encima de los estándares internacionales; no me molesta, les reitero, no me molesta en tanto y en cuanto esa utilidad por encima de estándares internacionales no provoque situaciones como las que viven en Europa o Estados Unidos de un fuerte endeudamiento del resto de la sociedad, porque vamos, el dinero que no está acá se va para allá y entonces hay que explicar parte del formidable endeudamiento de las economías públicas y de las economías familiares precisamente en estas cosas.

Afortunadamente una de las lacras más importantes que nosotros tuvimos en toda nuestra historia, que fue la deuda externa, hoy el peso de la deuda es mínimo prácticamente, permítanme que encuentre el papel para decirlo con toda las letras: disminución de la deuda externa total, pública y privada en relación al producto bruto a 32,2%, yo creo que de la Baring Brothers para acá no se reconoce una relación de PBI similar. La deuda pública en moneda extranjera se redujo al 27,5% del PBI, o sea nuestro endeudamiento público en moneda extranjera, esto es dólar, moneda de reserva, moneda de emisión, es 27,5% del PBI, cuando era del 106% en el 2003 y se estima que a fin de año la proporción de la deuda pública en moneda extranjera que estará en manos del sector privado será sólo el 8,7% del PBI, el otro está dentro del sector público en distintas instituciones.

Esto no es una cuestión menor, si a esto sumamos las reservas, si a esto le sumamos un superávit comercial, porque no sé si se los habrá explicado Mercedes Marcó del Pont cuando estuvo ayer, pero si uno ve como una línea, imaginen una línea recta horizontal donde la parte de arriba es depreciación de la moneda y la parte de abajo es revaluación de la moneda; si observamos el ciclo entre el 2007 y el 2011 respecto de los otros países de la región, Brasil Chile, Perú, Colombia, México inclusive, vamos a ver serrucho. ¿Por qué el efecto serrucho que es se revalúan, se devalúan, se revalúan, se devalúan? Porque el ingreso de sus capitales es de carácter financiero y por lo tanto su volatilidad depende de la volatilidad de los mercados. Si ustedes observan la línea argentina nunca la van a ver en la línea de la revaluación de la moneda, siempre la van a ver en la línea de depreciación de la moneda, tal vez no con la intensidad que querrían todos los exportadores, pero entonces que no me vengan a hablar de inflación después, porque si yo no tengo controlada también la variable del dólar, vamos muchachos, dos más dos es cuatro y todos sabemos que terminan referenciando los precios de los bienes y de los servicios en dólares, pongámonos de acuerdo porque no se puede tener la chancha, los 20 y la máquina de hacer chorizos, hay que tener un adecuado timing de cómo se manejan cada una de esas variables. Porque también quiero aclararles que nuestro modelo es un modelo de crecimiento, no de metas de inflación, el modelo de metas de inflación es el método del Consenso de Washington que llevó a la destrucción de la región, nosotros creemos en el crecimiento, en el trabajo y en la inclusión, y vamos a seguir esta línea.

Por eso es importante hablar de estos temas sin tabúes y entonces observar en esta línea imaginaria cómo Argentina ha tenido una política absolutamente previsible en su tipo de cambio, que precisamente ha sido otro de los pilares del modelo. Y hablando de esto, superávit comercial, porque nuestros dólares son comerciales, son dólares reales de la diferencia entre lo que vendemos y lo que compramos, y estamos ya sin contar los últimos dos meses del año en 9.373 millones. Yo me acuerdo que cuando habíamos hecho la estimación con Amado, con Débora, con el Secretario de Comercio, nos habíamos dado por contentos con cerrar el año a 8.500, nos dábamos por satisfechos porque el crecimiento del sector industrial había sido impresionante.

Otra cosa que también le expliqué al presidente del los Estados Unidos, esto lo puedo contar porque lo dije en público a los periodistas. La verdad Presidente es que yo no entiendo cómo hay algunos congresistas americanos que nos quieren bajar franquicias por 30 millones de dólares, cuando el déficit comercial de Argentina y el superávit comercial de Estados Unidos en la balanza bilateral comercial, es de más de 4.000 millones de dólares. Fíjense ustedes, por eso digo el tema de las incorrectas lecturas y de las viejas recetas. Cuando Argentina estaba en crisis en el 2003 nosotros teníamos un superávit comercial con Estados Unidos de 1.126 millones de dólares, que se mantuvo, un poco más o un poco menos, a medida que iba pasando cada año lo íbamos reduciendo y en el 2006, después de la reestructuración de la deuda, donde se lanza con fuerza la reindustrialización del país, es allí donde comienza a ser superavitaria la balanza de Estados Unidos. ¿Por qué? Porque nos venden valor agregado, nos venden las maquinarias y los fierros que todavía no construimos en la Argentina porque tenemos un proceso de desindustrialización de décadas y ellos tuvieron la suerte de tener un proceso en industrialización desde la Guerra de Secesión en adelante. Nosotros perdimos en Caseros, ellos ganaron la Guerra de Secesión y por eso fueron la potencia industrial más fuerte del mundo. No hay misterio para esto, la historia lo explica claramente. Entonces digo: ¿cómo puede ser que un país que está comprando a ese país valor agregado por mucho más de 4 mil millones de dólares, no nos deje entrar limones o carne? Limones, que somos los primeros productores mundiales, le vendemos los limones a Coca-Cola y nos dicen que tenemos barreras fitosanitarias por los limones nuestros. Se sonrió el Presidente cuando le dije eso, se ve que entendió, afortunadamente, porque realmente ¿qué va a pasar si nos sacan la franquicia por 30 millones de dólares? Van a venir los señores afectados por los 30 millones y van decir señora, por qué en lugar de comprarle esto y esto a Estados Unidos no le compra a los rusos, a los alemanes, a los franceses, porque hoy deben estar de sale por así decirlo, porque hoy comprar maquinaria es sale en todas partes. Esto significa que muchas veces no se entiende, no se ve y no se puede ver, no es una cuestión de buenos y malos, ya aprendí hace mucho tiempo que en economía y política no hay buenos y malos, hay nada más.

Y entonces este fuerte, y volviendo al superávit comercial que también ha sido uno de los pilares que sostenemos a rajatabla y por eso la política de administración de comercio, porque señores también quiero notificarles que el mundo ha pasado a una etapa de administración de comercio, y si se me permite de bilateralización de las relaciones comerciales, algo que también todos deben advertir con claridad. Y nosotros aquí en América del Sur tenemos la posibilidad de ir a la inversa en la región con comercio intra zona porque tenemos lo que quiere todo el mundo: energía, alimentos y la capacidad suficiente para transformarlos y darles valor agregado, también con la administración lógica de que muchas cosas que vendemos las estamos vendiendo a los que también venden cosas que quieren colocarnos acá. Por eso es muy fina la sintonía que hay que hacer, y muchas veces me decías, Vasco, de cuidar los modales, las formas, es cierto, pero muchas veces sobre todo, no en el mundo exterior, aunque también en el mundo exterior, aquí también es un poco la fuerza lo que define las cosas, no seamos ingenuos, sonrisitas está bien, pero mucha fuerza y mucha firmeza, y si podemos tener mejores modales los vamos a tener y mucho mejor y bienvenidos, pero sepamos que lo importante es defender el interés de todos los argentinos que es lo que realmente estamos haciendo.

La otra cuestión que desvela permanentemente al sector empresarial en conversaciones o manifestaciones y que hace a la competitividad de la economía, y que también hace a la inclusión social, es el otro actor, porque hasta ahora estuve hablando del sector empresario; el otro gran actor de esta película que son los trabajadores y sus dirigentes sindicales. Sé que estuvo hablando aquí no sé si hace un rato…, ¿está el compañero secretario general de la CGT? ¿No, se fue? Bueno, seguramente les debe haber hablado de la ley de distribución de ganancias, por lo menos yo lo veo todos los días en los diarios y lo leo con mensajes hacia el ejecutivo y hacia los dirigentes del Ejecutivo así que calculo que les debe haber hablado a ustedes también porque son los que tienen que pagar las ganancias, en todo caso o distribuirlas, así que descuento que lo debe haber hecho, pero si no lo hizo les voy a decir lo que yo opino acerca de esta cuestión. Si la economía pudiera regirse por leyes sancionadas por el Parlamento, no tendríamos necesidad de tener una UIA ni una CGT ni montón de cosas, la economía realmente se rige por otras leyes, pero fundamentalmente el modelo, este modelo, se ha regido por algo que ha sido muy virtuoso, que ha sido el acuerdo entre los trabajadores y los empresarios en convenciones colectivas que implican no solamente cuestiones salariales sino también condiciones laborales, que también tienen un fuerte impacto económico, porque algunos miden solamente salarios, pero determinadas condiciones laborales también implican un determinado costo al sector empresario que debe ser merituado en el marco de lo que es la administración de una empresa. Yo sinceramente creo que aquellos empresarios, de hecho ya hay empresas que lo están haciendo, que han acordado con sus trabajadores distribuir las utilidades, me parece muy bien, estoy muy de acuerdo porque creo que los trabajadores que participan en las utilidades defienden más a la empresa, se ponen la camiseta, creo que es muy bueno, pero eso es una cosa que tienen que decidir entre los empresarios y los trabajadores, no la puede imponer el Estado por la fuerza a través del Parlamento, imposible hacerlo en otro ámbito que no sea el Parlamento por otra parte. (Aplausos)

Entonces creo que la distribución de utilidades, es más, la distribución de utilidades en algunas empresas, de las grandes sobre todo que son las que más posibilidades tienen, porque también seamos sinceros, cuando estamos hablando de distribución de las utilidades no estamos hablando de todas las empresas y de los millones y millones de trabajadores argentinos, estamos hablando de aquellos que tienen la suerte de trabajar en empresas que pueden tener por su actividad, aunque no tengan gran volumen de empleados, o por la magnitud del volumen de la empresa, la posibilidad de distribuir, pero esto no es aplicable a todos los trabajadores, ¿cuántos se podrían ver beneficiados? Y la otra cuestión que se debería resolver es cuando la empresa tiene pérdidas porque hay una crisis o un problema qué es lo que hacemos con esto. Por eso creo que son cosas que tienen que acordarlas como lo han hecho hasta ahora entre los trabajadores y el sector empresario. Pero creo que es un método que debe ser analizado en ese ámbito.

Y también, hablando de la cuestión, es importante señalar la necesidad de defender las conquistas laborales. Esta Presidenta antes de ser Presidenta fue legisladora nacional, fui diputada en el período 1997 al 2001 y fui senadora también. Con motivo de la ley de flexibilización laboral del doctor Erman González, entonces creo que ministro de Trabajo si mal no recuerdo, esta persona que era diputada, junto con los otros tres diputados de la provincia de Santa Cruz y uno más de Entre Ríos, que estábamos todos en el bloque oficialista pero éramos una suerte de sub-bloque, durante un mes estuvimos sin dar quórum para la flexibilización laboral en aquella oportunidad, creo que fue en 1998 si mal no recuerdo. Me vinieron a ver, menos desde el Vaticano todos, dirigentes sindicales, dirigentes políticos, cónyuges de dirigentes políticos, hoy en retiro efectivo, en fin, de todo un poco; teléfono, llamadas, que vayan, que bajen, que por favor que se cae el mundo, no estamos de acuerdo en que el problema sea flexibilizar y explotar a los trabajadores para mejorar las condiciones de la Argentina. No dimos quórum durante un mes y terminó dando quórum otro dirigente que no tenía absolutamente nada que ver con nosotros. La segunda oportunidad, que terminó en escándalo y creo que fue el principio del fin del gobierno que se inició en el año 1999, de la Alianza, fue el escándalo del Senado, que fue del Senado porque en Diputados hubo un sector muy importante que nos opusimos. Ahí debo reconocer que los mismos que me pedían que aprobara la flexibilización en 1998 estaban de este lado y pudimos reunir una masa crítica que impidió que los sobornos fueran de senadores y diputados, nosotros votamos en contra. Con lo cual, y a mí me tocó ser una de las espadas más fuertes, fui la última que hablé esta tarde, ese día hablé siete veces en el bloque, la última fue a las siete de la tarde cuando los dirigentes sindicales estaban reunidos en la Casa de Gobierno firmando lo que nosotros no queríamos que se firmara, lo denuncié y fui duramente criticada por otra diputada también cónyuge de otro miembro del sector sindical.

Quiero contar esto porque nadie puede, no por lo menos honesta y sinceramente, decirle a esta Presidenta que no defiende los intereses de los trabajadores. Porque además fue este gobierno, uno puede ser dirigente sindical y gritar toda la vida, de hecho muchos gritaron durante muchos años y no obtuvieron nada; tuvo que venir un gobierno porque estas cosas se arreglan o se desarreglan desde el Estado; tuvo que venir un gobierno a restituir la negociación colectiva salarial; tuvo que venir un gobierno a fijar todos los años el salario mínimo vital y móvil, que es el mejor de toda Latinoamérica; tuvo que venir un gobierno a mejorar la situación de los jubilados, que tenían congelados sus haberes durante décadas, e incorporar a millones de personas que por efecto de privatizaciones, de falta de trabajo, por desidia de sus patrones que no habían aportado, no podían llegar a esos beneficios.

Por eso creo que tengo, sin ser dirigente sindical pero sí siendo trabajadora toda mi vida, porque he trabajado desde los 18 años, creo que tengo pergaminos suficientes para acreditar que siempre he defendido los intereses de los trabajadores y que no soy neutral en el conflicto, que siempre voy a estar del lado del sector más vulnerable. Pero también sé como Presidenta de todos los argentinos que hoy no solamente tengo responsabilidad frente a ustedes empresarios, frente a los millones de trabajadores que tienen un trabajo registrado, bueno, que pueden tener obra social, que pueden tener un abogado que los defienda, tengo también responsabilidad frente a millones de argentinos que todavía tienen trabajo en negro o que todavía no han conseguido un trabajo y el Estado tiene que pagarles la asignación universal por hijo. Por eso me siento con la responsabilidad de los 40 millones de argentinos.

Y en ese sentido también una cosa que se ha venido dando y que hace también a la competitividad de la economía - y que tenemos que dialogarla seriamente - el conflicto laboral que es siempre entre la patronal y el sector obrero, por condiciones de trabajo, por mejoras salariales, por el derecho a huelga. ¿Quién puede negar el derecho a huelga? Un derecho constitucional para defender lo que uno quiere ganar, lo que uno quiere lograr, pero últimamente asistimos a prácticas – y ya que vos hablabas De Mendiguren de innovación de comportamientos – donde los conflictos ya no son ni siquiera con la patronal o con el Estado, son intersindicales, de encuadramiento, de quiénes son mis afiliados o quiénes dejan de ser y paralizamos la actividad de una empresa o de toda la actividad económica. Esto no es conflicto laboral, esto es conflicto sindical (Aplausos).

El conflicto laboral siempre se da entre el patrón y el obrero, pero cuando se da entre dos sindicatos porque se están tironeando los trabajadores no podemos hablar de un conflicto laboral, pero esto le hace perder competitividad a la economía, nos para la economía en muchas ocasiones. Entonces también creo que son prácticas como tampoco - por ejemplo - acatar las conciliaciones obligatorias, que es el gran instrumento. De acuerdo también es el período de los 15 días en el que sentamos a los patrones y a los obreros a tratar de negociar y solucionar el problema porque nuestra vocación es de solucionarlo y hacerlo siempre no solamente a favor de quién tiene razón, sino también que la razón vaya de la mano de la justicia, porque muchas veces hay razones legales que no van de la mano de la justicia y tenemos que lograr vincular estos dos conceptos: que la solución de esos conflictos vaya de la mano de la legalidad y de la legitimidad para poder seguir - como vos decías - tocando una buena partitura. “Vasco”, yo estoy de acuerdo con lo de la partitura.

Por eso quería decirles también mi opinión sobre estas cosas, que muchas veces la sufre el propio Estado como empleador en empresas de servicios y la necesidad entonces de que esta partitura – que yo comparto absolutamente - es la partitura que quiero que toquen. Pero miren, se los pido no desde el patriotismo, no se lo pido desde la sensibilidad, se los pido desde la inteligencia para seguir sosteniendo un mismo modelo, tener esa misma partitura, pero esa partitura la tienen que tocar, además de los empresarios, de los trabajadores, los sindicatos, del Estado, el resto de la República Argentina. Porque la República Argentina no es solamente la Presidenta de la República, son también los gobernadores, son también los intendentes. Miren lo que nos está pasando ahora aquí, y lo pongo a título de ejemplo nada más, en la Ciudad de Buenos Aires, la ciudad, la región y la jurisdicción más rica del país: 35.000 dólares de ingreso per cápita frente a 9.000 dólares de ingreso per cápita del resto del país y el 53% de los subsidios está colocado prácticamente aquí, o una buena parte.

Estamos queriendo hacer cumplir una ley que es la ley de transferencia, además de la autonomía de la Ciudad, por la cual reclaman y con mucha razón reclaman por la autonomía de la Ciudad quienes la representan y que han sido también votados por el 60 o sesenta y pico por ciento de los votos en la doble vuelta y respetamos también esa autoridad, pero lo cierto es que hay leyes y acuerdos y hay una lógica, que es la transferencia de los subtes que queremos que se haga a la Ciudad de Buenos Aires, en la cual les hemos ofrecido seguir con el subsidio la mitad todo el año, darle los más de 1.800 millones de pesos en obras gratis, sin cobrarlos, terminar la línea E, que es también la obra más importante que se está haciendo en subtes. Y bueno, si no lo pueden hacer el primero de diciembre, como queríamos, lo podrán hacer el 15, o a fin de mes pero no en el 2017. No le estamos pidiendo que vayan a negociar con el Club de París, no le estamos pidiendo que vayan a hablar con Christine Lagarde, al Fondo Monetario Internacional, le estamos pidiendo que se hagan cargo de los subtes, que además funcionan únicamente en la Ciudad de Buenos Aires, que me ayuden también a poder conducir la Argentina. Y este ejemplo lo quiero transmitir a todos los gobernadores, a todos los intendentes, porque si no en realidad se hace muy difícil, sobre todo para quienes durante mucho tiempo criticaron muy duramente los subsidios y hoy quieren extenderlos hasta el 2017. Entonces, pongámonos de acuerdo, yo podré tener muchos defectos y tengo millones de defectos, sé que algunos no me tragan ni con… pero mentirosa no soy y la verdad que siempre dije lo que pienso y por decir lo que pienso siempre tuve bastante dolores de cabeza.

Entonces yo lo que pido a todos es esto que pedía mi querido amigo De Mendiguren: innovación en los comportamientos, innovación en las cabezas, no nos va a servir de nada la innovación científica, tecnológica, que tengamos terneros clonados, vacas clonadas, autos que vuelen, cohetes espaciales que transporten gente al espacio. No nos van a servir de nada los cohetes espaciales si no innovamos el comportamiento. Porque ese péndulo que se convirtió en maza, en el 2001, no fue ni más ni menos que el producto de nuestro propio comportamiento como nación y como país, durante los 200 años de historia.

Así que para no dar más la lata y agradecerles esta invitación quiero decirles finalmente que yo siento a mi país con mucha fuerza y me siento con la inmensa responsabilidad, la más grande porque soy la Presidenta, en la pirámide de poder te tocó ese lugar, quiero que sepan que conmigo siempre van a tener una persona con la cual van a poder dialogar, con la cual van a poder hablar, pero cuando hablemos de economía yo voy a hablar con números y quiero que cuando ustedes me vengan a hablar a mí también me hablar con números, y contemos todos los números: los de las utilidades, lo que hemos invertido, lo que tenemos que hacer, de la competitividad y que nos sentemos en la mesa a discutir seriamente. Vamos a poder acordar porque yo no quiero, ni creo sinceramente - viendo cómo está el mundo - que ninguno de ustedes quiera volver al mundo que alguna vez vivimos, en el cual muchos de ustedes, algunos pintaban fábricas. Allá lo veo a mi amigo de Santa Fe, que pintó la fábrica cuántas veces porque no tenía nada que hacer, pero vivías en Santa Fe y vivías un poco más tranquilo en un pueblo, acá en la Capital Federal, quien era político, empresario o banquero no la pasaba bien, más o menos lo que está pasando en Wall Street, lo que está pasando en España, lo que está pasando en Grecia. Y yo no quiero que esto vuelva a pasar en mi país, y esto depende nada más ni nada menos de los que estamos aquí y también de muchos que están afuera. Me refiero afuera del recinto, no afuera de lo que es la estructura productiva argentina porque todos los que estamos adentro de la estructura productiva argentina tenemos la inmensa responsabilidad con los que todavía están afuera.

Por eso quiero agradecer la invitación a la clausura de este Seminario de la Unión Industrial Argentina (UIA) y decirles a todos los industriales argentinos, a todos los productores, a todos aquellos que generan bienes, servicios de toda índole y de toda gama que en mí siempre van a encontrar a una Presidenta dispuesta a seguir invirtiendo y trabajando por el país, porque creo sinceramente que el crecimiento, la inclusión, el desarrollo del mercado interno, el aumento de las exportaciones es lo que nos ha valido que muchas veces hoy nos miren en el mundo con asombro; antes para criticarnos, ahora para ver cómo hicimos -como dijo mi querido amigo Felipe Calderón, también en la misma reunión el Presidente de México - pero sin vanidades y sabiendo que nos hemos equivocado y seguramente nos seguiremos equivocando, pero ayúdennos entre todos a que todos nos equivoquemos menos, porque ninguno puede tirar la primera piedra.

Muchas gracias y muy buenos días a todos y a todas. (Aplausos).

18Nov/110

CEFID/AR

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Tenemos el agrado de invitar a ud. a la presentación de los Documentos de Trabajo N° 36 y 37
Jueves 24 de noviembre de 2011 - 15.30 horas
Archivo y Museo Históricos “Dr. Arturo Jauretche”
Aula Magna “ Arq. Alberto de Paula”

Sarmiento 364, 1er. subsuelo
- 15.30 hs: Documento de Trabajo N° 37

"LA REGULACIÓN DE LA BANCA EN ARGENTINA (1810-2010). DEBATES, LECCIONES Y PROPUESTAS"
Autores:

Guillermo Wierzba y Rodrigo López

Comentarios a cargo de:

Norberto Galasso ( Historiador, Director del Centro Cultural Enrique Santos Discepolo)
Carlos Heller ( Diputado nacional y Presidente del Banco Credicoop )
- 17.15 hs: café

- 17.30 hs: Documento de Trabajo N° 36

"SECTOR FINANCIERO ARGENTINO 2007-2010. NORMALIZACIÓN, EVOLUCIÓN RECIENTE Y PRINCIPALES TENDENCIAS"

Autores:

Claudio Golonbek y Pablo Mareso

Comentarios a cargo de:

Alan Cibils ( Director de la Licenciatura en Economía Política del Instituto de Industria de la Universidad Nacional de Gral. Sarmiento)
Juan Carlos Fábrega ( Presidente del Banco de la Nación Argentina)

Entrada libre y gratuita (no requiere inscripción previa)

Consultas a: informacion@cefid-ar.org.ar

18Nov/110

ANTES FUE MARIANO, AHORA ES CRISTIAN FERREYRA

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Por Carlos Girotti (*)
La denuncia del Movimiento Campesino de Santiago del Estero (MOCASE – Vía Campesina) no puede ni debe ser una denuncia más. Y no sólo porque el crimen que denuncia jamás tendría que caer en la impunidad, sino porque este crimen viene a sumarse a la inquietante serie de hechos que preceden al momento en que Cristina Fernández de Kirchner asuma su segundo mandato presidencial.
Una patota de sicarios irrumpió en la modesta vivienda que la familia Ferreyra posee en la Comunidad San Antonio, a 60 kilómetros de la localidad de Monte Quemado, y asesinó al joven Cristian, dejó muy mal herido de bala a otro joven que lo acompañaba, mientras que un tercero fue brutalmente golpeado. El asesinato se perpetró a sangre fría, con certeros disparos de escopeta, y luego los criminales partieron como si nada. El MOCASE – Vía Campesina identificó a los agresores como Javier y Arturo Juárez, dos individuos al servicio del empresario José Ciccioli, oriundo de Santa Fe, quien compró un campo de 2000 hectáreas en el que, vaya la casualidad, viven 600 campesinos desde hace muchos años. La organización viene denunciando la existencia de una política de amedrentamiento que como antecedentes reconoce la detención arbitraria de Ricardo Cuellar, el atentado a la FM Pajsachama, la quema de ranchos y pertenencias de campesinos. Todo esto al compás del tendido de alambrados y cierre de los caminos vecinales que les impiden a los pobladores del lugar el libre tránsito por las tierras que habitan.
La expansión sojera, que a su paso no trepida en talar montes autóctonos ni en desplazar a la última frontera a economías regionales asentadas en una producción diversificada, tampoco ha dudado en emplear la violencia. Ya son muchos los casos en los que comunidades de pueblos originarios acaban en la mira de esta saña voraz y ahora, con el caso del campesino Cristian Ferreyra, suma otra víctima fatal. El juez penal Alejandro Fringes Sarria, de Monte Quemado, no obstante la cantidad de denuncias formuladas por los campesinos en orden a la sucesión de atropellos que vienen padeciendo, no ha tomado ninguna medida precautoria para impedir que se consumara este asesinato. Es más, el MOCASE – Vía Campesina compromete a la Dirección de Bosques de la provincia toda vez que ha sido la autoridad que permitió el desmonte en las tierras de la Comunidad San Antonio, allanando de este modo el camino para la ejecución de la escalada intimidatoria.
Está claro que hay una cadena de omisiones y complicidades manifiestas que, de modo urgente, debe ser rota. Pero, más allá de esta invocación, la profundización del proyecto iniciado en 2003 –que la enorme mayoría de los ciudadanos ha ratificado como mandato para el próximo período presidencial- vuelve a ser cuestionada y este hecho no puede pasar desapercibido. El asesinato de Cristian, como el de Mariano Ferreyra hace ya más de un año, viene a sumarse a la acción desplegada por estos días para intentar demostrar que la estatización de Aerolíneas Argentinas ha sido un error del gobierno nacional e, incluso, se agrega a la ola de rumores y noticias catastrofistas que procuraron –sin éxito- deslegitimar las políticas oficiales en materia de control del mercado de divisas y de fuga de capitales. Ya la semana pasada, en esta misma columna, se advertía respecto de la sorprendente reaparición de personajes como Alfredo De Angeli en consonancia con la decidida intervención gubernamental para impedir el terrorismo del dólar. Pero la muerte de Cristian Ferreyra es una advertencia de otro tenor: es la prepotencia brutal de quienes no están dispuestos a aceptar que la disputa por el excedente y, en consecuencia, los avances en materia de ensanchamiento de la democracia real que de dicha disputa se derivan, comprometa sus intereses.
Sería un gravísimo error confundir la advertencia criminal con un tema exclusivamente vinculado a un tema policial. Esa advertencia proviene de la razón última de quienes, de un modo u otro, se sienten o se saben partícipes de un poder que está más allá de la voluntad popular. Podrá ese poder mostrarse edulcolorado, en más o en menos, en los artículos editoriales de los grandes medios; podrá, incluso, hacer de cuenta que el gobierno de los banqueros griegos es una realidad que no les compete aunque la envidien como horizonte posible; pero lo que ese poder no puede es impedir que su accionar criminal sea condenado como se merece.
La condena, es preciso decirlo cuantas veces sea necesario, no es patrimonio exclusivo de sus víctimas directas; hoy es una responsabilidad de todo aquel que sepa que el proyecto de país que fue recientemente plebiscitado en las urnas no debe quedar únicamente al cuidado del gobierno nacional. Para cuidarlo y hacerlo avanzar es imprescindible que la voluntad mayoritaria adquiera la envergadura de un bloque popular activo. Aquí comienza a plantearse, en términos históricos concretos, la posibilidad de crear una nueva relación entre los legítimos representantes y los representados. Esta relación, que también en términos históricos entrara en crisis hace una década, hoy tiene la oportunidad de ser recreada, pero no ya en beneficio de los poderosos de siempre sino de quienes fueron sometidos por éstos a lo largo de todo la historia.
El asesinato de Cristian Ferreyra, por ende, es un crimen contra la posibilidad histórica de convertir a la democracia en una relación de poder antitética a la de quienes usufructuaron para sí los principios de la igualdad, la equidad y la soberanía. Debe haber juicio y castigo para los criminales, pero este clamor, aun cuando se consume, no puede quedarse en el umbral de la prisión de los asesinos. Si llegara sólo hasta allí; si se detuviera en la frontera de lo penal, la próxima víctima podrá tener el nombre de democracia. Es verdad que no hay recetas ni manuales para impedir eso, pero este pueblo ya es poseedor de una larga memoria y, como mínimo, es hora de apelar a ella.-
(*) Sociólogo, Conicet. 17 de noviembre de 2011. ARTÍCULO PARA DIARIO BAE

10Nov/110

Dólar: el aparato neoliberal dispara contra el proyecto popular

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Por Guillermo Wierzba
Economista y director del Cefid Ar.
El día 23 de octubre la presidenta Cristina Fernández, en su discurso posterior al escrutinio que confirmara el masivo apoyo al proyecto político, reafirmó su decisión de iniciar una etapa de profundización de los cambios. Subrayó, tanto en esa alocución, como también en la que fuera la de cierre de la campaña electoral, algunos contenidos centrales del paradigma sobre el que se edificará esa profundización: la igualdad, la autonomía nacional, el desarrollo y la no neutralidad del gobierno, destacando su decisión de articular los intereses de todos los argentinos pero sin imparcialidad al optar por la priorización de las necesidades de los sectores populares.
Estos discursos han sido inaugurales de una segunda etapa del proyecto iniciado en el año 2003. Su condición de posibilidad radica en dos logros claves que a su vez están articulados entre sí: 1) la preeminencia de la política en la esfera de la economía y 2) las notables condiciones de los pilares fundamentales de esta.
Sin embargo, o tal vez precisamente por lo expresado, los días posteriores a los comicios se sostuvo una presión sobre el mercado de divisas que obligaba al Banco Central a desprenderse de reservas, concretamente a vender dólares para defender su política cambiaria. Esa dinámica no nació en ese momento sino que venía produciéndose en el período previo, pero en esa instancia era interpretable como la reiteración de comportamientos preelectorales frecuentes en nuestro país. La persistencia mereció otro tipo de atención y merece un análisis detenido y no inocente.
Argentina va a tener este año un superávit comercial del orden de los U$S 10 mil millones. Superávit que completaría un período de nueve años de altos crecimientos, superiores al 8% con la excepción de los años 2008, en que ocurrió el conflicto con las patronales rurales (aunque superó el 7%), y 2009, el de la crisis global. El saldo proyectado demuestra que el aumento sensible de las importaciones producido por el acelerado avance de la economía no debilitó la solidez del balance comercial. En el período considerado, los mayores excedentes llegaron a los U$S 16 mil millones y se concentran al inicio del mismo, fase en que las importaciones eran menos de la cuarta parte de las del año actual –debido al todavía deprimido nivel de actividad–. En el resto de los años el excedente osciló los 12 mil millones, mientras que para el actual, a los fines de un análisis estructural, habría que agregar alrededor de 1000 millones por un mayor almacenamiento de soja –respecto de años anteriores– por parte de los productores a la espera de mejores precios. Esta salud de la balanza comercial se da a pesar de la desaparición del superávit externo del sector energético que viene reduciéndose desde el año 2007; momento en el que registraba 4000 millones de excedente. Lo mencionado más la continuidad del crecimiento de las exportaciones industriales constituyen argumentos irrefutables para desmentir el discurso que alude a deterioros en la competitividad del tipo de cambio, dado que la cuestión energética no está vinculada al nivel de esa variable.
Estos indicadores macroeconómicos pueden completarse con otros microeconómicos. Si analizamos la competitividad de la economía comparando la evolución de los salarios industriales en nuestro país con los de socios comerciales, ajustados por productividad , obtenemos que frente a Chile, Brasil y la zona euro, el tipo de cambio real argentino está en niveles que superan en un 50% el registro de 2001.
La cuenta corriente del balance de pagos registra saldos positivos en todo el período, a la inversa de los saldos negativos –también permanentes– durante los años de la Convertibilidad. La reducción del nivel de los saldos positivos responde a la cuestión energética ya mencionada y a un incremento de las remesas de utilidades por parte de las empresas extranjeras (cuestión que requerirá oportunamente modificaciones legales que apunten a una mejor regulación de un problema que no es sólo nacional, sino regional y global), generado por las buenas ganancias del período de prosperidad y las demandas de sus casas matrices por necesidades financieras devenidas de la crisis mundial.
La deuda pública en dólares con acreedores privados se ha reducido a niveles inferiores al 10% del producto, menos de la décima parte del insustentable monto que dejó la Convertibilidad. Además para los próximos tres años el servicio de deuda anual con esos acreedores es inferior al 1% del PBI.
Las cuentas fiscales se encuentran equilibradas, pudiendo afrontar el incremento de los gastos en educación, salud, jubilaciones y servicios productivos, y los planes de Asignación Universal por Hijo e ingreso social con trabajo; a la vez que financian un sustantivo crecimiento de la inversión pública que fue vital para una superación rápida de la crisis de 2008-2009.
¿Cómo explicar, entonces, la presión sobre el dólar cuando la radiografía sobre la economía argentina demuestra solidez externa, tipo de cambio competitivo, fuerte desendeudamiento, equilibrio fiscal, crecimiento sostenido, mejora sustantiva de los indicadores sociales y respaldo popular al proyecto político? Ni las remesas de utilidades ni el cuello de botella energético están ligados con la cuestión cambiaria. Son temas estructurales y de la coyuntura mundial que no reflejan relaciones de competitividad o de solidez de la macro de corto plazo.
La contracara de los discursos de la presidenta fue el artículo de Mariano Grondona en el diario La Nación, el mismo día de las elecciones. Allí, hablando de votos “fuera de urna”, proclamaba como tales en ese escrito las actitudes de grandes y pequeños operadores económicos que retiran fondos. Lo hizo en el mismo diario que pretendió ponerle agenda al gobierno de Néstor Kirchner y luego anunciara que aquel no duraría más que un corto plazo. La semana siguiente a las elecciones, los diarios del poder concentrado titularon cotidianamente sobre el vuelco del público a la compra de dólares, buscando generar un efecto “manada” que desmejorara las reservas del Banco Central y condujera a interrumpir la política de su acumulación. El discurso mediático, particularmente de La Nación y Clarín, obviaba o distorsionaba la real situación de la economía argentina antes expuesta y refería a un tipo de cambio “atrasado”, fantasía carente de rigor analítico. Lo mismo se replicaba en radios, canales de televisión y otros medios escritos favorables al poder económico concentrado. El objetivo perseguido fue claro: cambiar el clima, introducir dificultades para profundizar el rumbo, instalar una agenda distinta a la del proyecto democrático, nacional y popular. Carentes de una oposición electoral de densidad, imposibilitados de efectuar los condicionamientos militares de otras épocas históricas, y conscientes de la firmeza de los gobiernos iniciados en 2003 frente a los planteos corporativos, eligieron el mercado de cambios como ámbito adecuado para la disputa política. Pretendieron empujar una devaluación, innecesaria para la continuidad de un proyecto de desarrollo, para desplegar una política de ajuste, con deterioro del salario, del empleo y de los ingresos de los sectores más humildes. Un camino para mermar también la popularidad creciente de un gobierno dispuesto a profundizar las políticas favorables a los sectores populares.
Con los rasgos típicos de la impronta que lo caracterizó frente a estas situaciones, el gobierno decidió enfocar políticamente la cuestión y dio la señal inequívoca de que no estaba dispuesto a retroceder: decretó y reglamentó la liquidación total de divisas de los sectores petrolero y minero en el país, la repatriación de las inversiones en el exterior de las aseguradoras, la liquidación en el país de los dólares físicos por las operaciones por compra de inmuebles y el control de la AFIP sobre la regularidad fiscal de los fondos que se aplicasen a la compra de dólares para atesoramiento.
Mientras las medidas han ido reequilibrando el mercado de cambios y el Banco Central ha dejado de vender dólares, los economistas ortodoxos despliegan los tradicionales argumentos de defensa de las políticas de libremercado. Muchos son los mismos economistas que vivieron su esplendor en los años de neoliberalismo. Las políticas recomendadas se asocian a los recetarios clásicos o aggiornados de los organismos financieros internacionales. Desestiman los controles, exaltan las señales mercantiles, se desentienden de los efectos de la comunicación de masas y pronostican el fracaso de la intervención política en la economía. A su vez, su ortodoxia fiscalista adquiere una peculiar flexibilización cuando debe abordar el caso concreto de la demanda de dólares con recursos que puedan haber incurrido en evasión tributaria. Sin embargo no pueden dejar de reconocer la efectividad de las medidas, aunque le auguran corto plazo a su éxito. Hacia fines de 2005 se había creado un clima sobre el agotamiento de la capacidad instalada. Se proponía una política de estabilización. Durante la crisis de 2008-2009 se pronosticaba un agotamiento del patrón de acumulación y el tránsito por una aguda recesión y ajuste. Ahora se vaticina un proceso de desequilibrio externo y devaluación cambiaria. Es un aparato ideológico-comunicacional que apunta al corazón de un proyecto popular, pero que ya acumula una serie de derrotas en su haber. El gobierno no sólo avanzó con medidas cambiarias sino que también ha comenzado a desplegar otras, como las de sintonía fina en la cuestión de los subsidios, manteniendo la iniciativa en el marco de un proyecto que está en las antípodas de las presiones restauradoras del neoliberalismo

6Nov/112

Alemania y Grecia

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Hace unos meses, apareció publicada una Carta Abierta dirigida a
“Queridos griegos” por un ciudadano alemán de nombre Walter Wuellenweber, que como título llevaba:
"Después que Alemania tuvo que salvar a los Bancos, ahora debe salvar también a Grecia. Los griegos, que primero han hecho alquimias con el Euro, ahora en vez de hacer economías, hacen huelgas...

Queridos griegos:
Desde 1981 pertenecemos a la misma familia. Nosotros, los alemanes, hemos aportado como nadie otro al Fondo común, cerca de 200.000.000.000 € , mientras que Grecia ha recibido cerca de 100 mil millones de € o sea la mayor suma per cápita que ningún otro pueblo de la UE. Nunca ningún pueblo ayudó hasta ahora voluntariamente hasta este grado a otro y por tanto tiempo. Son Ustedes sinceramente, los amigos más caros que tenemos.
El caso es que no solo Ustedes se engañan a sí mismos, sino que también a nosotros. En esencia, Ustedes nunca demostraron ser merecedores de nuestro Euro. Desde su incorporación como moneda de Grecia, nunca lograron hasta ahora cumplir con los criterios de estabilidad.
Dentro de Unión Europea son el pueblo que gasta las mayores sumas en bienes de consumo. Ustedes descubrieron la Democracia, entonces deben conocer que se gobierna a través de la voluntad del pueblo, quien finalmente tiene la responsabilidad. No digan entonces, que solo los políticos son responsables del desastre. Nadie los obligó a evadir durante años impuestos, oponerse a cada política coherente para reducir el gasto público y nadie los obligó a elegir los gobernantes que han tenido y tienen. Los griegos son quienes nos han mostrado el camino de la Democracia, de la Filosofía y de los primeros conocimientos de Economía Nacional. Pero ahora nos muestran un camino equivocado.
Y donde Ustedes ya han llegado, no va más allá !!!
A la semana siguiente, "STERN" publica una Carta Abierta de un griego, dirigida a Wuellenweber:

Querido Walter,
Me llamo Georgios Psomás. Soy funcionario público y no “empleado público” como despectivamente, como insulto, se refieren a nosotros mis compatriotas y tus compatriotas... Mi sueldo es de 1.000 € . Por mes eh? No vayas a pensar que son por día, como te quieren hacer creer en tu país. Fijate que gano una cifra que es muy inferior en euros a la tuya, que es de varios miles.
Desde 1981, tenes razón, pertenecemos a la misma familia. Solo que nosotros les hemos concedido en exclusividad a Uds un montón de privilegios, como es que sean los principales proveedores del pueblo griego de tecnología, armas, infraestructura (2 autopistas y dos grandes aeropuertos internacionales), telecomunicaciones, productos de consumo, autos, etc. Si me olvido de algo perdóname. Te señalo que dentro de la UE somos los mayores importadores de productos de consumo que elaboran las fábricas alemanas.
La verdad es que no hacemos responsables sólo a nuestros políticos por el desastre de Grecia. Contribuyeron mucho algunas grandes empresas alemanas, las que pagaron enormes "coimas" a nuestros políticos para asegurarse los contratos, para vendernos de todo, como unos cuantos submarinos fuera de servicio, que puestos en el mar, quedan tumbados de costado en el mar. Yo sé que aún no das crédito a lo que escribo.
Tenéme paciencia, espera, lee toda la carta y si no llego a convencerte, te autorizo a que me eches de la Eurozona, ese lugar de la VERDAD, de la PROSPERIDAD, de la JUSTICIA y de lo CORRECTO.
Estimado Walter:
Pasó más de medio siglo desde que la 2da Guerra Mundial terminó, ES DECIR MÁS DE 50 AÑOS, desde la época en que Alemania debería haber saldado sus obligaciones con Grecia.
Estas deudas, QUE SOLO ALEMANIA, hasta ahora, se resiste a saldar con Grecia (Bulgaria y Rumania han cumplido en pagar las indemnizaciones estipuladas), consisten en :
1. Una deuda de 80.000.000 de marcos alemanes por indemnizaciones, que quedó impaga desde la Primera Guerra Mundial
2. Deudas por diferencias de clearing, en el período entreguerras, que asciende hoy en 593.873.000 u$s
3. Los préstamos obligados que contrajo el III Reich a nombre de Grecia durante la ocupación alemana, que ascendieron en 3,5 mil millones de dólares durante todo el período de ocupación.
4. Las reparaciones que debe Alemania a Grecia por las confiscaciones, persecuciones, ejecuciones y destrucción de pueblos enteros, rutas, puentes, líneas ferroviarias, puertos, que produjo el III Reich y que según lo dictaminado por los tribunales aliados, asciende a 7,1 mil millones de dólares, de los cuales Grecia no vio aún un billete
5. Las inmensurables reparaciones de Alemania por la muerte de 1.125.960 griegos (38.960 ejecutados, 12.000 muertos por daño colateral, 70.000 muertos en combate, 105.000 muertos en los campos de concentración en Alemania, 600.000 muertos de hambre, etc., etc.)
6. La tremenda e inmensurable ofensa moral ocasionada al pueblo griego y a los ideales humanísticos de la cultura griega.
Sé amigo Walter, que no te debe gustar para nada lo que te escribo. Lo lamento...
Pero más me molesta lo que Alemania quiere hacer conmigo y con mis compatriotas.
Amigazo Walter: en Grecia operan 130 empresas alemanas, dentro de las cuales se incluyen todos los colosos de la industria de tu país, las que tienen ganancias anuales de 6,5 mil millones de euros.
Muy pronto Walter, si la cosa sigue así, no podré comprar más productos alemanes, porque cada vez tengo menos dinero.
Yo y mis compatriotas crecimos siempre con privaciones; lo vamos aguantar, no te hagas problema. Podemos vivir sin BMW, sin Mercedes, sin Opel, sin Skoda Dejaremos de comprar productos de Lidl, de Praktiker, de IKEA.
Pero Ustedes, Walter, ¿cómo se las van a arreglar con los desempleados que dejará esta situación que por ahí, los obligue a bajar su standard de vida, sus autos lujosos, sus vacaciones al exterior, sus excursiones sexuales a Tailandia?.
Ustedes (alemanes, suecos, holandeses y restantes “compatriotas” de la Eurozona) pretenden que nos vayamos de Europa, de la Euro-zona y no sé también de donde más.
Creo firmemente que debemos hacerlo, para salvarnos de una Unión que es una banda de especuladores financieros, un equipo en el cual jugamos, si consumimos los productos que Ustedes ofrecen: préstamos, bienes industriales, bienes de consumo, obras faraónicas, etc.
Y finalmente Walter, debemos “arreglar” otro tema importante, ya que vos también, sos deudor de Grecia:
¡EXIGIMOS QUE NOS DEVUELVAN LA CIVILIZACIÓN QUE NOS ROBARON!!!
Queremos de vuelta en Grecia las inmortales obras de nuestros antepasados, que guardan en los museos de Berlín, de Munich, de París, de Roma y de Londres.
Y EXIJO QUE SEA AHORA!!! Ya que si me muero de hambre, me quiero morir al lado de las obras de mis antepasados...
Cordialmente

Georgios Psomás

4Nov/110

El euro y la necia incompetencia de la elite política europea*.

Publicado por admin

Por Marshall Auerback**
En la actual situación, lo que tenemos es una crisis de solvencia que está penetrando en el sistema bancario porque una gran proporción de los activos bancarios está constituida por bonos públicos denominados en euros. Allanarse a quitas “voluntarias” y a recapitalizaciones forzosas, lo que traerá consigo es, simplemente, una espiral de masiva deflación por sobreendeudamiento. Veremos a los bancos malvendiendo activos a diestro y siniestro (los gestores bancarios no emitirán acciones a precios tan miserablemente bajos). Lo que, a su vez, deprimirá ulteriormente la actividad económica, incrementará esos déficits públicos que la elite de los mandamases políticos de la Eurozona está empeñada en exorcizar y nos devolverá a la casilla de partida.
Se suponía que hoy era el día en que los problemas de la Eurozona se resolverían de una vez por todas. ¿Cuándo hemos oído eso antes? A decir verdad, resulta difícil entusiasmarse con cualquiera de las “soluciones” puestas sobre la mesa: todas ellas se niegan en redondo a reconocer que el problema de la Eurozona es fundamentalmente un problema de arquitectura financiera mal concebida. Los “problemas” de la banca, y la consiguiente “necesidad” de urgente recapitalización, son simplemente síntomas del problema. Ofrecer la “cura” de la recapitalización bancaria para un problema que, al final, es un problema de solvencia nacional (del que la crisis bancaria no es sino un síntoma) es como tratar con quimioterapia una cardiopatía. A pesar de los “tumbos alcistas” de los mercados, los más probable es que, lejos de curarla, el tratamiento exacerbe la enfermedad.
Remontémonos a los principios centrales. Todos estamos de acuerdo en que la preocupación por Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España (PIIGS), y en realidad, por todas las euronaciones, está justificada. Pero la afirmación, según la cual los países PIIGS se asemejan a los EEUU nace de la incapacidad de los críticos del déficit para comprender las diferencias entre las instituciones monetarias de las naciones soberanas y las de las naciones no soberanas. Gracia, Italia, Francia y, sí, también Alemania, son todas naciones que usan el euro, no son emisoras de esa moneda. En este respecto, son más como California, Massachussets o cualquier otro estado federado estadounidense o cualquier provincia canadiense, que usan el dólar de sus respectivos gobiernos centrales.
Pero los mandamases políticos en la eurozona persisten en ignorar ese hecho fundamental, y por lo mismo, persisten, impertérritos, en su negativa a utilizar la única institución con capacidad para crear euros ilimitadamente –el Banco Central Europeo—, la única, pues, en condiciones de poner creíblemente coto a unos mercados que no dejan de cuestionar la solvencia de los Estados nacionales miembros de la Eurozona. El BCE es, así pues, renuente a que todo el mundo se ponga de acuerdo en una quiebra griega: pues, en tal caso, sería el BCE quien cargaría con “las pérdidas”. Sin embargo, tales “pérdidas” no dejan de ser pérdidas contables nocionales sin la menor repercusión en la capacidad del BCE para seguir creando euros hasta que las ranas críen pelo. En cambio, si lo que se hace es que los Estados nacionales financien el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), lo que esto acaba por traer consigo es una amenaza para las calificaciones crediticias de Francia y de Alemania en cuanto los mercados se avilanten a poner a prueba la determinación de esos países en el sostén de esta hoja de parra política que es el FEEF. Y puesto que ninguno de esos países es soberano respecto de su moneda –usan el euro, pero no lo emiten—, lo que se consigue es extender aún más el potencial problema de insolvencia, arrastrando también a Alemania hacia el mismo precipicio.
Las presiones de los mercados son hoy más agudas en relación con Grecia, pero hay una preocupación más general, a medida que los especuladores la toman con los PIIGS de mayor envergadura, como Italia. Y aquí es donde viene precisamente a cuento el asunto de la debilidad estructural del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera.
No nos dejemos confundir con las cifras. El FEEF podría estar respaldado por 440 mil millones de euros, por un billón de euros, por dos billones, por 10 billones incluso, pero todas esas cifras se retrotraen a las fuentes de financiación. Los franceses llevan razón: no tiene sentido poner por obra semejante programa sin el respaldo del BCE, que es la única entidad capaz de hacer creíble cualquier garantía, en virtud de su capacidad para crear cantidades ilimitadas de euros.
Los mandamases políticos de la zona euro, lo mismo que quienes participan en los mercados, siguen confundiendo dos asuntos que, aun si conexos, son netamente distintos: el de la solvencia nacional y el de la insuficiente demanda agregada. Los mandamases políticos quieren que el BCE lidie con los dos, pero el hecho es que el BCE sólo está encargado de lidiar con el problema de la insolvencia. Cuando haces esto de una manera creíble, entonces consigues reabrir los mercados de capitales y ofreces a los países mejores oportunidades de volver a financiarse por sí mismos a través de los mercados de capitales. Eso quiere decir que no necesitas muchos billones de euros, porque tienes un respaldo final firme: un banco central que puede literalmente crear billones de euros en una pantalla de ordenador, enfrentándose así a las inquietudes de los mercados respecto de la solvencia nacional. Entonces, se relaja la presión sobre los bonos de los distintos Estados nacionales y desaparece la necesidad de recapitalización bancaria masiva.
La recapitalización bancaria trae su origen en el hecho de que la Eurozona mantiene la exigencia de “quitas voluntarias” en la deuda griega. Pero dejar que Grecia quiebre no pondrá fin a la crisis europea, y no conseguirá que Alemania y otras naciones centrales se vayan de rositas a lo suyo. Lo que ahora está, pues, en cuestión es si un rescate de Grecia es bueno para Alemania y para Francia, pero no tan bueno para Grecia. Porque si se le permitiera a Grecia quebrar, su deuda desaparecería. Las autoridades están substancialmente de acuerdo en rebajar su deuda y reducir sus pagos.
¿En qué ayuda eso a países centrales, como Alemania y Francia? En realidad, meter a Francia y Alemania en el negocio de la garantía de la deuda soberana a través del FEEF (que es precisamente lo que ocurre, si el BCE no desempeña ningún papel) lo que consigue es la contaminación de los propios “balances generales” alemanes y franceses, disparando la disposición de los merados a poner a prueba la solvencia de esos países, y por lo mismo, extendiendo los efectos de contagio harto más allá de los PIIGS. Tendremos una situación parecida a la que se dio con Irlanda, en donde un país que disponía de unas finanzas públicas fundamentalmente sólidas fue arrastrado al abismo merced a las mal concebidas garantías que ofreció a su insolvente sistema bancario privado. La periferia de la Unión Monetaria Europea (UME) es al núcleo de la UME lo que en su día fue la banca irlandesa a Irlanda. Al meterse en el negocio de las garantías, Irlanda se precipitó en un callejón político sin salida del que aún está tratando de salir, salpicada por un riesgo correlacionado que la forzó a tener que buscar un rescate.
Si el BCE sigue financiando a Grecia comprando sus bonos y no permite que quiebre, Grecia tendrá que seguir efectuando esos pagos. Pero el BCE está poseído por la extravagante idea de que seguir de uno u otro modo con sus operaciones de compra de bonos permitiría a Grecia (y a otros “desviados fiscales”) eludir sus “responsabilidades fiscales” (es decir, sustraerse a la austeridad fiscal). La realidad –por distorsionada que esté— es que las actuales operaciones de compra de bonos dan al BCE el apalancamiento necesario para forzar a Grecia y a otros países a perseverar en sus “reformas”. La compra de bonos por parte del BCE altera toda la dinámica: de ser un favor a los griegos, troca en una medida disciplinante de Grecia que, al tiempo que le impide a ella declararse en quiebra, permite al BCE recaudar de los griegos un importante flujo de ingresos. En el momento en que Grecia quiebre, se pierde ese apalancamiento. Y entonces, ¿qué impediría que los otros “hijos descarriados” exigieran una solución en los mismos términos?
Lo asombroso, cuando uno escucha los comentarios de tertulianos y columnistas, es la cantidad de gente que define esto como una crisis bancaria. Más estupefaciente es aún el deseo de castigar a unos bancos a los que se dijo desde el momento mismo de la concepción del euro que un bono nacional era tan bueno como cualquier otro. El sistema no habría funcionado (mejor dicho, sus clamorosos fallos se habrían puesto de manifiesto mucho antes), si los bancos nacionales hubieran partido de la base de que, digamos, los bonos italianos no son tan buenos como los alemanes. Así que lo que ahora se hace es reescribir las reglas, y los bancos “irresponsables” tienen que recibir su castigo.
Desde luego que los bancos han sido irresponsables en múltiples ámbitos, muchos de los cuales han sido ya debidamente explicados y criticados desde estas mismas páginas. Lo estupefaciente es que ahora se les castigará por razones que no hacen al caso. En último término, esta es una crisis de solvencia nacional, no una crisis bancaria: ¿de qué sirve aquí castigar a los bancos y a sus accionistas?
Salvo los alemanes, todo el mundo en Europa parece entender eso perfectamente. Cada vez que se urge a los alemanes a hacer algo poco convencional, la contestación es: “Weimar”. Uno de los indicadores de desarrollo intelectual, nacional, etc., es el aprecio por la historia y la capacidad para analizarla conforme a sus distintos componentes.
¿Es que los alemanes no pueden hacer esa simple operación? Hace dos semanas fui ponente en un foro de la UE atestado de “prototipos Euro”. Hablaban y hablaban de Weimar, como si de ayer se tratara. ¡También cayó el Imperio romano!
Otra alternativa resulta todavía más desagradable, y es la de que pudiera haber algún genio maquiavélico detrás de la posición alemana: tal vez su objetivo es ver al resto de Europa en el fondo del pozo de la deflación económica, momento en el cual ellos se harían de barato con las ruinas, piecita a piecita. Conseguirían así su imperio, 70 años después de lo esperado por Hitler cuando invadió Polonia. Sería una Anschluss [anexión] económica por lo magnífico.
No hay más opciones: o bien las motivaciones de Alemania acumulan neciamente yerro tras yerro, o bien son harto más siniestras de lo que ahora mismo parece.
Pero entremos, primero, en el asunto central: no hay solución posible, hasta que los dirigentes de la UME se enfrenten al problema de la solvencia. Resuelto ese problema, todo lo demás encaja. No significaría restaurar el crecimiento económico, pero sí salir de la camisa de fuerza fiscal, porque una vez persuadidos los mercados de la solvencia en lo fundamental de los distintos países miembros, volverían a prestar a tasas de interés razonables, lo que a su vez podría ayudar a lidiar con el problema actual de la insuficiente demanda agregada. Y significaría que no hay que empezar preocupándose por las quitas masivas de deuda, porque los bonos se comercian con tensiones inadecuadas precisamente a causa de que los mercados no creen que esos países puedan resolver fiablemente el problema de su solvencia nacional.
La propuesta de reparto de ingresos que hemos venido proponiendo algunos desde hace cierto tiempo es la manera operacionalmente más eficiente de implicar al BCE con un mínimo de cambios normativos. Además, no es inflacionaria, pues se limita a substituir los bonos nacionales por reservas en el sistema bancario, y construir así las reservas bancarias no es inflacionario.
Hay planteadas cuestiones sobre la solvencia última del BCE y sobre las restricciones normativas que regulan su mandato. Empecemos por la cuestión de la solvencia: ¿alguien se ha tomado la molestia de preguntarse qué significa el concepto de ‘solvencia’ para un banco central que crea su propia moneda? Bill Mitchell ha tratado esto muchas veces, pero si uno se toma los 30 segundos que se precisan para ponderar la cuestión, la cosa no ofrece duda: el concepto de ‘solvencia’ es de todo punto irrelevante para un banco central con una moneda soberana (es decir, no convertible –mediante demanda— en una cantidad fija de otras monedas o de una mercancía).
El BCE y quienes se resisten a su implicación en la salvación de la moneda común siguen pensando y actuando como si se tratara de un banco central que operara bajo un patrón oro. Eso es una locura, una estupidez certificable como tal.
En lo que hace a las restricciones y exigencias jurídico-normativas:
El BCE no está estatutariamente compelido a unos requisitos de capital mínimo.
Transfiere beneficios a los gobiernos nacionales, pero en época de pérdidas sólo puede solicitar una inyección de capital, si su capital está agotado.
El Consejo Europeo –que representa a los gobiernos electos— no está obligado a acceder a esa solicitud.
De aquí que el BCE está en un estado de situación patrimonial perfecto respecto del riesgo de depósito, pues sus pérdidas no precisan de transferencia fiscal en la medida en que puede reconstruir sus beneficios vía señoreaje a lo largo de un cierto número de años. En este sentido, su papel es análogo al del Banco Nacional de Suiza cuando efectivamente cubrió los riesgos de depósito dimanantes de los malos títulos de los bancos suizos durante la fase más aguda de la crisis en 2008.
Huelga decir que el BCE odiaría tener que hacer eso, con lo que se corre el peligro de que sus pérdidas limiten su disposición a mantener su programa de compra de bonos. Pero es lo único que se puede hacer. La compra de bonos es precisamente lo que le apalanca y, paradójicamente, preserva la calidad de su balance general, pues son esas compras las que aseguran que los bonos en apuros de países como Grecia no pierdan valor: el BCE les evita la quiebra. Como hemos dicho muchas veces, el BCE usa efectivamente los ingresos de los griegos (y de otros) para reconstruir su capital base. Desde el instante mismo en que el FEEF entra en acción –con la noción de las quitas de deuda—, el BCE pierde su apalancamiento y el contagio del riesgo crediticio se desplaza hacia los países centrales de la UE, lo que amenazará las calificaciones triple A de esos Estados.
Eso significa también que todo el asunto de la recapitalización bancaria no es sino un confusionario extravío. En realidad, los bancos no necesitan recapitalización. De lo que el grueso de los depositantes se preocupa es de poder sacar el dinero depositado en su banco; que éste sea o no solvente, no es lo que más les preocupa. Sin disputa, todos los bancos estadounidenses eran insolventes en 1982, pero las garantías del Fondo Federal de Garantía de Depósitos (FDIC, por sus siglas en inglés) trabajó para la estabilización del sistema.
El capital bancario está siempre disponible a un determinado precio. El “proceso de mercado” puede ampliar el margen neto de intereses, hasta el punto en que los ingresos atraen capital. Salvo que se parta del supuesto de que la de ser digno de crédito no es la cuestión.
El problema de la actual política es que está llevando tanto al sector público como al sector privado a convertirse en “fenómenos crediticios”, lo que hará extremadamente difícil que los prestatarios encuentren prestamistas.
En la actual situación, lo que tenemos es una crisis de solvencia que está penetrando en el sistema bancario porque una gran proporción de los activos bancarios está constituida por bonos públicos denominados en euros. Allanarse a quitas “voluntarias” y a recapitalizaciones forzosas, lo que traerá consigo es, simplemente, una espiral de masiva deflación por sobreendeudamiento. Veremos a los bancos malvendiendo activos a diestro y siniestro (los gestores bancarios no emitirán acciones a precios tan miserablemente bajos). Lo que, a su vez, deprimirá ulteriormente la actividad económica, incrementará esos déficits públicos que la elite de los mandamases políticos de la Eurozona está empeñada en exorcizar y nos devolverá a la casilla de partida. Ya los cañones apuntan a Italia, ahora que Grecia está a pique de ser “solventada”.
Para decirlo con las palabras del mayor poeta italiano de todos los tiempos: “Lasciate ogni speranza, voi ch’entrate“. [1]
* “El euro y la necia incompetencia de la elite política europea: un espanto sin final que se acerca inexorablemente a un final espantoso”
**Marshall Auerback, uno de los analistas económicos más respetados de los EEUU, es miembro consejero del Instituto Franklin y Eleanor Roosevelt, en donde colabora con el proyecto de política económica alternativa new deal. 2.0.