Reflexiones del 24 de marzo de 2013
Por
Alejandro Rofman
Ayer, a la tarde, fui a la Plaza.Bueno, es un decir. No pude entrar en la Plaza porque la muchedumbre la cubría toda y llenaba la primer cuadra de todas las calles o avenidas que accedían a ella.Fue realmente emocionante. N unca falte un 24 de marzo al acto central de la recordacion del inicio de la dictadura civico-militar.Siempre consideré que si un o desea que las cosas cambien hay que hacer un pequeño aporte personal para que ello ocurra porque si algo cambia y uno nunca estuvo presente para reclamarlo siente que le quedó una deuda impaga. Recuerdo haber estado en actos con reducido público- menos de la mitad del que concurrio ayer- cuando Menem habia decretado las amnistias y los principales genocidas quedaron en libertad.Afortunadamente ello se revirtió en el año 2003 , con la derogacion de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final propiciadas por el presidente Nestor Kirchner y debieron volver a la carcel los que habian sido indultados y se iniciaron decenas de juicios por la Verdad,la Justicia y la memoria, Hoy hay más de 300 represores con senten cia de prision y más de 1200 en juicio o a punto de que se les inicie Y además, se han ido agregando los coautores civiles del genocidio ( como en los juicios de Nuremberg) en una experiencia de dictado de justicia nunca vista luego de la condena de los jerarcas nazis tras la Segunda Guerra Mundial.
Yo quiero participarles a uds.( a los que estuvieron y a los que no fueron) mi enorme impresion al observar quienes eran los protagonistas de las largas y nutridas columnas que llenaron la Plaza y la desbordaron. Las ciudadanas y ciudadanos que no habian nacido cuando la Dictadura civico-militar terminó eran mucho más de la mitad de los concurrentes. Ello me causo una enorme emocion porque me reveló que hay continuidad en la lucha que emprendieron Madres,primero, y Ab uelas, despues, hoy ya muy avanzadas en edad y que han ido progresivamentge cumpliendo su ciclo vital. Esa continuidad generacional asegurada reconforta y da fuerzas para seguir exigiendo Justicia. Los juicios constituyen, de lejos, lo más impactante, emocionante y maravilloso para quienes pasamos los años de plomo y perdimos amigos entrañables.
La Agrentina ha dado, con el esfuerzo denodado de no bajar los brazos de esas dignas mujeres que fueron y son las Madres y más tarde las Abuelas un ejemplo de dignidad a todo el Mundo que no tiene parangón
Este años el 24 de marzo convocó a muchas más voluntades a acompañar a las Mujeres dela Dignidad. Espèremos que ello se siga ampliando con los años y el reclamo que se formuló, a través de la encendida palabra de Estela Carlotto, de Justicia y Memoria siga siendo cada vez más un logro concreto y deje de ser una esperanza posible.
La Nación desvastada
No era imaginable ni lo podíamos imaginar. Si la teoría de los dos demonios, o las hipótesis sobre el "espejo invertido", aún perdura, es porque el pensamiento es perezoso. Nadie ignora que ante las fuerzas del Estado había insurrectos, hombres y mujeres armados, munidos de razonamientos de época sobre el poder y la violencia. Pero el Estado reaccionó deshaciendo la nación, organizando ordalías sanguinarias, proponiendo un nuevo goce sobre los cuerpos, crucificándolos en el anonimato y la expropiación de su ser último, cuyo sello es el nombre propio y la frágil propiedad de su propia sangre.
por
Horacio González
Extremó todo: no fue una dictadura sino un rasguido alucinado en los propios actos de lenguaje. Si una nación es saqueada en su lenguaje, todo acto público se convierte en saqueo. Toda legalidad era ficticia pero al mantenerse como fachada distraída que recubría espasmos secretos, el lenguaje social se obligaba a decir que no sabía mientras el conocimiento de todo aparecía a través de metáforas y formas tácitas del lenguaje, todo lo dicho era falso y el no saber era un saber escondido, insoportable.
Habían desaparecido las conversaciones, la civilidad y los comportamientos inesperados, fuera de las pautas de un orden invisible. El orden de una nación devastada por el terror. El terror podía definirse como un acto silencioso, un vacío que no podía ser denunciado, pero ese sórdido agujero –repentino– de la urdimbre social fundaba un silencio amenazante. Nunca se precisaron tan pocas palabras alusivas a un ejercicio de horrores, para sugerir que todo un conjunto social estaba aherrojado en sus libertades, aunque parecía que podía seguirse una vida de "normalidad". Esta "normalidad" mientras funcionaba la maquinaria de captura y aniquilación era precisamente el terror.
Era un sordo aullido que convertía en simulación la vida de superficie y en vida material lo inconcebible. Lo que se sabía no se podía contar y lo que estaba al alcance de saberse no tenía palabras para decirse. La nación, que seguía teniendo himno y bandera, yacía en las catacumbas de los campos de concentración, que eran apenas entrevistas, signos imprecisos emanaban de ellas y se apoderaban de reticencia de la ciudad intuitiva y muda. Desde escuelas militares situadas en grandes avenidas hasta comisarías de los suburbios, emanaban sospechas de que una nación eran interrogatorios feroces y la república eran gritos de espanto.
Nadie gobernaba, apenas existían las leyes económicas sacadas de manuales de plusvalía funeraria. Los quejidos estropeados robaban vidas de los catálogos visibles en que se ejercen los nombres de las personas y las cosas, para enterrarlas en fosos que eran el profundo mar y la tierra nocturna excavada. Era el gobierno de la nación devastada, una entelequia –como alguien dijo– que dejaba al trasluz una máquina siniestra, un Moloch que comía vidas en secreto pero dejaba que algo se supiera, como la puntilla de un pañuelo sangriento. Hace muchos años salimos a las calles los 24 de marzo para que esto se repita, pero también para peguntarnos lo que aun no sabemos cabalmente: ¿Por qué este calvario fue posible?
Fernando Buen Abad: «En el Continente hay 80 Lanatas»
El filósofo de origen mexicano analizó la situación de América Latina. Reflexivo y profundo aseguró que “la arremetida que viene contra Cristina va a ser infernal”. Consciente de las dificultades que acarrea, pero también de la importancia que tendría reclamó una cumbre de presidentes en materia de comunicación y sentenció: “Los monopolios mediáticos están detrás de todos los golpes de Estado que hemos tenido”.
Entre muchos otros aspectos de su desarrollo académico y profesional, Fernando Buen Abad es doctor en Filosofía, master en Filosofía Política, licenciado en Ciencias de la Comunicación, docente de grado y postgrado en materias de Semiótica, Cine, Producción. En charla con Revista2016, este intelectual de origen mexicano que hoy reside en Buenos Aires habló sobre cómo, desde su campo de estudio, analiza la realidad latinoamericana, la problemática comunicacional de la región, y fue contundente al asegurar que Jorge Lanata “es un calumniador serial”.
-¿Cómo analiza la situación actual latinoamericana?
- Primero hay que decir que yo trabajo desde el campo de la filosofía, y para mí esa palabra es sinónimo de lucha. En ese sentido, entiendo que el concepto de lucha es una categoría fundamental para todos nosotros, por lo que debemos identificarlo y analizarlo donde se presente. Ahí donde haya una expresión de la lucha, ahí donde haya un cauce por donde se libere esa expresión, ahí hay que poner la mirada.
El siglo XX, con el desarrollo de los medios de comunicación, nos ha aportado una experiencia que ha ayudado a enriquecer el estudio de las luchas. Algunos llaman a este escenario “civilización de la imagen”.
-Esas luchas han generado la reacción de los sectores conservadores. Reacción que en algunos casos ha sido muy violenta.
- Esto que defino como los torrentes expresivos de las luchas también ha presionado a los viejos estamentos. El capitalismo todo está en una crisis global. Se están cayendo a pedazos las fórmulas que se consideraban intocables. El modelo económico capitalista ha demostrado su envilecimiento, ha perdido lo que tuvo de revolucionario cuando sacó a la humanidad de la edad media. Hoy ha frenado toda su capacidad de transformadora y se ha vuelto maquina destructora.
Esto se da porque por debajo los pueblos están insatisfechos, porque no puede ser que la riqueza esté tan pésimamente distribuida, que se esté depredando la riqueza del planeta de una manera tan insensible, tan irracional, tan suicida. No es posible que un planeta que es capaz de producir alimento para cuatro veces su población tenga las manchas de miseria y de hambruna que tiene. Y esta crisis estalla producto de la presión de abajo. Presión que se da contra un sistema que de por sí está incapacitado para darle espacio a una gran mayoría.
-¿Esta crisis del capitalismo es terminal o es, como han planteado algunos filósofos, como un árbol que se deshoja por partes y que después vuelve a florecer?
- Soy de los que creen que esta es una crisis terminal. Coincido con la mirada que han expresado Correa, Chávez y Evo en el sentido de que esto no tiene compostura. No es que sea una parte del sistema lo que anda fallando, es el sistema mismo el que no tiene posibilidades de sobrevivencia. En su propia lógica está contenida su incapacidad de sobrevivencia. El punto es que no se cae sólo y eso es muy claro, hay que tener la capacidad organizativa, hay que tener la capacidad política, hay que saber salir de esta crisis de dirección revolucionaria que la humanidad padece. Todavía el traccionarse, el sectarismo, la atomización de la fuerzas son nuestra enfermedad más grande.
Los pueblos que han logrado un mínimo de cohesión son los que están dando el ejemplo de por dónde se puede avanzar.
-¿Esas crisis terminales, no suelen provocar miedo al punto de volver conservadora a gran parte de la sociedad?
- Sí, y con razón. Todos nos espantamos y decimos: “¿qué va a pasar con esto?”. Hay personas que son solidarias con el capitalismo y que derraman una lágrima cuando piensan que se va a caer. Pero tiene que ver con las deformaciones a las que hemos sido sometidos, con el bloqueo informativo y con la ignorancia. Buena parte de los miedos vienen de la ignorancia.
Imagínate que hoy en Buenos Aires hay personas que tienen pánico de salir a la calle porque está toda esta avalancha de desinformación que dice que te mueres, que en la esquina te asaltan cuarenta, y todos los que salimos decimos: “Pues debe ser que sí es un problema serio la inseguridad, pero no es ese Apocalipsis que pintan algunos medios”. Sin dudas que el terrorismo mediático juega un rol clave.
Una buena autocrítica implicaría preguntarnos por qué las fuerzas transformadoras, revolucionarias o de izquierda no hemos podido construir prestigio para nuestras ideas.
-Al analizar ese problema, ¿usted haría hincapié en lo discursivo?
- Sí, pero no solamente en el discurso, porque el relato tiene que ver con la acción. Si no hay correspondencia con los hechos, el relato por sí mismo acaba siendo ficción, evasión, ilusionismo. Creo que tiene que haber una correlación de avance político y en lo económico que tiene que estar acompañado de una construcción correcta del relato.
Por ejemplo, en Venezuela hay grandes avances en distintas actividades, pero no nos enteramos porque hay un bloqueo mediático brutal. Sumado a eso, hay grandes operaciones mediáticas, como la de este hombre que se hace llamar “periodista”, de apellido Lanata, que es un calumniador serial. Eso nos genera un gran problema, que es que el relato sobre los verdaderos logros no llega a darse.
La problemática comunicacional, por lo que nos bloquea, por lo que nos silencia, por lo que nos hunde en la ignorancia es un problema de seguridad regional.
Las cadenas mediáticas, los monopolios mediáticos están detrás de todos los golpes de Estado que hemos tenido. Hace unos meses, Manuel Zelaya me decía: “Mira, en lo que va del siglo XXI ya son siete los golpes de Estado en América Latina y atrás de todos: la operación mediática”. Los imperios mediáticos amenazan a Chávez, a Correa y a Cristina. O sea, es un escenario de complejidad continental. Por eso he venido insistiendo en una cumbre de presidentes en materia de comunicación. Es indispensable, como así también lo es un foro social de la comunicación que permita abordar los temas urgentes.
-¿Qué implicaría realizar esa cumbre de presidentes sobre comunicación?
- Por un lado, son muchos los millones de dólares que transferimos anualmente por razón tecnológica. Si nos volviéramos compradores organizados tendríamos fuerza política. Sólo hay que imaginarse lo que sería planificar las compras de tecnología para América Latina sobre un proyecto de desarrollo comunicación continental. Junto a eso discutamos leyes, porque el problema de los avances jurídicos en materia de comunicación es que están todos atomizados; Correa hace unos por allá, Chávez hace otros por su lado y Argentina por el suyo. Sería fundamental una gran alianza constitucionalista a nivel continental que nos dejara levantar el derecho de comunicación al nivel de derecho humano fundamental para que no se pueda seguir manejando como mercancía, como propiedad privada. Eso significaría un salto cualitativo.
Otro aspecto de la problemática dura para una cumbre de presidentes sería el problema de la soberanía de contenidos. Todavía no somos capaces producir nuestra agenda. No hay unidad continental de agendas. Ahorita mismo, si pudiéramos hacer una estrategia comunicacional de medios alternativos y comunitarios y de medios servicios públicos de los gobiernos podríamos advertir sobre la arremetida que viene de acá a diciembre contra Cristina, por la Ley de Medios, que va a ser infernal. Hoy el derecho legítimo de la población a escuchar a la Presidenta hablar en cadena nacional es un frente de críticas que no hemos sabido cómo contestar.
-Recientemente se dio que Jorge Lanata, en el programa que tiene en canal 13 y en su columna en el diario Clarín, realizó un ataque muy duro hacia el Presidente Chávez. Al mismo tiempo, la cadena TN difundió una supuesta encuesta que daba ganador a Capriles por tres puntos, cuando hasta las encuestadoras de la oposición reconocen que Chávez estaría entre 10 y 15 puntos arriba de su rival. ¿Cómo evalúa que en Argentina el medio monopólico más importante se haya metido de lleno en la campaña electoral venezolana?
- En realidad no es solamente Argentina. En esta danza está el Grupo Prisa de España, que es uno de los principales inversionistas en Repsol; está metida la British Petroleum, que tiene proyectos de inversión y explotación en todo el continente; está la CNN, Televisa de México, Globovisión de Venezuela, O Globo de Brasil, El Mercurio de Chile, Caracol de Colombia, y Clarín y la Nación de Argentina. Es decir, todo el catálogo de los medios golpistas en América Latina, todos están ensamblados en el mismo acuerdo. Cualquier cosa que anuncia Alberto Ravel (propietario de la cadena Globovisión) en Venezuela, la repite TN en Argentina y la levanta el Grupo Prisa en España. El mismo discurso lo replican continentalmente a través de sus distintos Lanatas, porque en el continente hay ochenta Lanatas, como hay ochenta Grondonas. Se repite ese esquema porque en todos lados necesitan voceros de ese calibre de servilismo.
La matriz se basa en decir que Chávez es un dictador, que es ineficiente y que profesa un autoritarismo de tufo comunista procubano –lo cual asusta mucho a ciertos sectores del gorilismo en todo el continente–, aseguran que todo está crispado porque hay excesiva inflación y violencia y que Chávez tiene una cómplice que se llama Cristina, a la que le da órdenes como si fuera su jefe. Esa es la matriz con la que trabajan en todo el continente. Eso tiene un tufo al modelito Siria, al modelito Libia: fabrican algunos focos de supuesta insurrección de un pueblo que dicen que está harto de todo eso y en lugares como Zulia o Táchira siembran episodios insurreccionales, porque mercenarios para eso sobran. Y no estoy hablando de situaciones ficticias, acaban de detener en Venezuela a varios hombres que son de este perfil, formados en Estados Unidos, con experiencia de actividad terrorista, que se paseaban por esa zona.
Para ese modelo necesitan estigmatizar a Chávez y eso produce repudio generalizado y miedo en aquellos que muerden ese anzuelo. He conversado con jóvenes que ni la deben, ni la temen; ni se enteran, ni saben, pero tú les preguntas qué piensan de Chávez y sin saber nada te dicen que le tienen miedo, que es un dictador y que es un autoritario, y cuando les cuentas el ejercicio democrático que tienen en Venezuela no te creen, porque no les ha quedado margen para darle crédito a eso.
- Los grandes medios también han construido un estereotipo del nuevo referente de la derecha, como es Peña Nieto en México, Capriles en Venezuela, Macri en Argentina…
- Y Santos en Colombia y Piñera en Chile. Todos tienen esa impronta de yupis, jóvenes empresarios, pulcros de la moral del capitalismo joven, algunos llegan a decir que son progresistas, incluso juegan con vocabularios que no les son propios. El mismo Capriles dice que él es un hombre progresista, que tiene ideas de izquierda…
- En algún momento llegó a decir que su referente es Lula.
- Sí, y ya Lula dijo “¡No, por favor!”. Pero como te decía, el problema no es lo que ellos digan, el problema es cómo nosotros podemos contrarrestar esa ofensiva. Buena parte del trabajo es el archivo, la historia de estos personeros es absolutamente negra. Peña Nieto es el autor de uno de los actos represivos más terribles que México ha vivido en los años recientes, puso en evidencia las nuevas técnicas de la represión, que incluyen la violación de las mujeres por parte de la policía. No se nos va a olvidar Atenco. Estos tipos son criminales. Pero la protección que ha tenido por parte del aparato mediático mexicano - que es una de las mafias mediáticas más brutales de América Latina- ha sido enorme.
Yo estoy convencido de que la alianza que va a hacer Peña Nieto con Santos y con Piñera, y probablemente con el presidente de Perú, Ollanta Humala, implique que estos cuatro países -que tienen tratado de libre comercio con Estados Unidos- se asocien para proponer que se resucite el cadáver del ALCA, que está enterrado aquí en Mar del Plata, que está sepultado porque Néstor Kirchner tuvo la fortaleza de decirles: “no nos prepoteen”. Pero estoy convencido que estos personajes van a venir a tratar de levantar su zombie, que tal vez tenga otro nombre, pero el mismo propósito.
Los grandes avances de la realidad social argentina en la etapa iniciada en el año 2003
Alejandro Rofman*
El proceso de recomposición del tejido social en la Argentina contemporánea sigue teniendo versiones e interpretaciones variadas
El descenso de todos los índices de deterioro de la situación social de la mayoría de la población en el período 2003-2007 no ha sido cuestionado por ningún observador objetivo y sus evidencias forman parte de los análisis tanto de los que apoyan el modelo económico-.social en marcha como de quienes lo discuten
Pero el estudio de lo acaecido desde el año 2007 ha instalado una polémica que permanece abierta la que ,hasta hace poco tiempo, impedía alcanzar un juicio certero y aceptado por todos acerca de la evolución- en el tramo 2007-2011- de la situación social nacional
Esa polémica se fundamenta en la imposibilidad de conocer con certeza los valores de los principales indicadores sociales pues se los supone afectados en su cálculo por el fuerte cuestionamiento a la información estadística oficial necesaria para construir tales indicadores. En particular, la severa crítica a los datos del INDEC sobre la variación de los precios al consumidor pone en tela de juicio la versión oficial de que la mejoría de la situación social persiste y se ha ido consolidando
Dos recientes estudios colaboran decididamente en saldar esa polémica.
El primero de ellos puede leerse en una publicación del la Universidad Católica Argentina, que resume una investigación de su Observatorio de la Deuda Social Argentina y que se denomina“. Asimetrías en el desarrollo humano y social (2007-2010/11)” publicado en julio de este año. El documento da cuenta de un estudio dentro de lo que la UCA denomina Barómetro de la Deuda Social Argentina, registro informativo que está dirigido por un reconocido y prestigioso investigador del CONICET, que opera como editor del trabajo publicado. El mismo está prologado por el Presbítero Dr. Víctor Manuel Fernández, Rector de la Universidad citada. En la introducción del documento impreso se consigna que: “El Observatorio de la Deuda Social Argentina agradece a la gerencia de responsabilidad social del banco Galicia y a la Fundación Diario La Nación la confianza y el permanente apoyo brindado al desarrollo de las investigaciones que hicieron posible la elaboración del presente documento” (Asimetrías en el Desarrollo Humano y Social, UCA, Buenos Aires, julio de 2012, página 7). Al mismo tiempo el texto expresa en la misma página que”… se agradece la más reciente pero valiosa colaboración brindada a este estudio por el área de responsabilidad social de la empresa Cablevisión.
El otro documento que deseamos citar es el fruto de un estudio realizado por el CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) cuyos objetivos se enuncian en el texto en su contratapa. Allí se consigna que el CIPPEC “… es una organización independiente, a-partidaria y sin fines de lucro que trabaja por un Estado justo, democrático y eficiente…” Y su actividad según los logos que se insertan en la carátula y en la página final del informe “100 políticas para potenciar el desarrollo” exhibe como auspiciadores a varias empresas de capital nacional o extranjero como Mapfre, Nobleza Piccardo, Vale y Telefónica entre otras Queda totalmente claro, entonces, que ambos informes están redactados y sostenidos económicamente por sectores sociales totalmente desconectados del aparato oficial y de sus seguidores.
Las informaciones que se pueden extraer de ambos documentos son de muy alto valor testimonial sobre la más reciente evolución de los principales procesos sociales en la Argentina emitidos desde una tribuna que no posee ninguna coincidencia ideológica con el actual gobierno ni recibe fondos del mismo
El documento de la Universidad Católica Argentina afirma en su página 17 lo siguiente: “Durante el segundo año del Bicentenario argentino (2010-2016) ( se refiere al año 2011- nota mía) tuvo lugar una rápida recuperación del terreno perdido en materia económica después de los embates de la crisis internacional de 2009 y 2010… Según la mayor parte de los especialistas, el año 2007 fue el mejor momento del modelo político-económico post-devaluación a lo largo de la primera década del siglo XXI. Esto hace que dicho año se constituya en un parámetro ideal a partir del cual evaluar los eventuales logros o retrocesos alcanzados durante los dos primeros años del Bicentenario argentino 2010-2011” (UCA, opus. cit. página 17) Entonces, resulta totalmente claro que el documento reconoce que el tramo 2002/3- 2007 fue apreciado por quienes analizan la evolución económica-social de la Argentina como el de más alto desempeño de toda la década y que analizar lo sucedido entre dicho año 2007 y el cierre del 2011 debería dar signos concretos de si la declinación económica acaecida en los dos años de crisis mundial y su impacto en la Argentina ya fue superada en el 2011 o continuó prevaleciendo .
Veamos los datos que el instituto de la UCA consigna en su informe para dar respuesta a este interrogante.
En primer lugar, el documento afirma en sus páginas iniciales que “…son bien conocidos los avances que tuvieron lugar en la última década en la ampliación de los derechos sociales, el importante crecimiento que experimentó la economía, la extensión de la asistencia pública y el mayor esfuerzo laboral emprendido en función de aprovechar las nuevas oportunidades de movilidad social” ( UCA, opus. cit., página 17) El texto no merece demasiado comentario dado que es concluyente en afirmar que desmintiendo opiniones en contrario , que se experimentó un apreciado avance económico y social singular en toda la década inicial de este siglo al amparo del modelo político-económico vigente. Por supuesto no se detiene en ese juicio laudatorio pues agrega que los problemas de marginalidad, pobreza, indigencia, entre otros, siguen “siendo debilidades de una sociedad que crece, consume y progresa…” (UCA, opus. cit., página 17). Por lo tanto, afirma más adelante que “… a pesar de las mejoras alcanzadas durante casi una década de continuado y extraordinario crecimiento socio-económico queda mucho por hacer en materia de desarrollo humano, integración social, justicia social,… para el alcance de una ciudadanía plena en derechos para todos” ( UCA, Opus. Cit., página 17)
Estas conclusiones son similares a las que se escuchan de importantes dirigentes políticos y sociales que acompañan al gobierno actual, incluyendo repetidas observaciones incluidas en recientes discursos de la Señora Presidenta de la Nación
Veamos, entonces, los datos estadísticos básicos para definir la trayectoria del proceso económico y particularmente social entre el mejor año de la década (2007) y el 2011.
Nos centraremos en dos datos estratégicos. El primero se refiere al ingreso per capita familiar, es decir el que corresponde a cada integrante de un hogar cualesquiera sea el tamaño del mismo en cantidad de personas que lo integran .Esta información que surge de los registros del Observatorio Social de la UCA se lo estima de dos maneras: con el índice oficial de precios del INDEC o con el promedio ponderado de crecimiento de los índices de las 7 provincias que llevaban en los años 2007 al 2011 registros mensuales de variación de los precios al consumidor. De esas siete provincias al menos dos estuvieron gobernadas en el periodo citado por partidos políticos opositores al gobierno nacional ( San Luis y Santa Fe). Incluso si se hubiera tomado solo el registro de Santa Fe, la variación positiva del ingreso familiar hubiese sido superior entre el 2007 y el 2011 que la que se calcula en el informe dado que los datos de esa provincia consignan incrementos de precios menores que los del promedio de las 7 jurisdicciones consideradas.
En síntesis. La media de los ingresos anuales de los hogares a precios constantes según el índice de precios combinados de 7 provincias (dejando afuera el del INDEC) en el año 2011 ascendió a $ 4.768. Si se coteja este dato con el año 2007 el mismo indica un ingreso familiar anual a precios constantes de $ 4.262 y si el análisis avanza y se lo extiende al año 2010 el dato de la UCA alcanza a $ 4.314. La variación fue positiva entre 2007 y 2010 en un 1,2 %, y entre 2007 y 2011 en un 11,9 %, a razón de casi tres por ciento por año de incremento pese a los efectos negativos de la crisis mundial en los 2008 y 2009. Es decir, se prosiguió la expansión de este indicador fundamental del bienestar familiar
Los datos de Pobreza e Indigencia acompañan el sesgo favorable de la evolución del ingreso familiar arriba comentado
El estudio del Observatorio utiliza canastas básicas totales y canastas de alimentos imprescindibles basadas en los índices de precios de las 7 provincias descartando totalmente los del INDEC pues impugna estos últimos por” manipulación política” Estos valores de canastas básicas son sustancialmente mayores a los que se calculan por el INDEC. Pese a este cambio de medición, el Observatorio Social de la UCA reconoce que la pobreza calculada por ingresos retrocedió desde el 26,9 % en el año 2007 al 26,6 % en el año 2010 y al 21,9% en el año 2011 El retroceso total del período (2007-2011) en términos de pobreza fue del 5,1 %. Debemos recordar que el índice de este fenómeno social regresivo en el año 2003 superó el 53 % por lo que la reducción total entre el inicio del periodo constitucional bajo la presidencia del Dr. Kirchner y el cierre del último año (9 años de extensión) supuso una disminución de la pobreza en un 60 %, lo que da cuenta de un significativo avance de la equidad social.
En cuanto a la indigencia (que indica la situación específica de un habitante que con sus ingresos no está en condiciones de adquirir una canasta básica de alimentos) los datos del Observatorio de la UCA revelan que la tasa respectiva estaba en el 8,1 % de la población en el año 2007 ( 3 millones de habitantes), subió en el año 2010 al 9,2 % y se redujo en el año 2011 al 5,4 % de toda la población( 2 millones 100 mil habitantes)
Ello indica que la disminución de la indigencia fue entre el 2003, cuando afectaba al 27 % de la población del país y el año 2011, de 22 puntos de porcentual lo que implica que cayó en nada menos que un 80 %. (UCA, opus. cit., página 58)
Lo que agrega la información del documento es muy ilustrativo: “En términos dinámicos, cabe destacar que la caída de la indigencia y de la pobreza exhibida durante el último año ( 2010-2011) fue particularmente intensa en el estrato social socioeconómico más bajo ( 25 % inferior) y , asimismo, en lasa villas y asentamientos precarios y en los barrios de sectores populares dentro de la traza urbana formal.””
La información sobre la dinámica social que aporta el estudio del CIPPEC se refiere a la pobreza por región del país entre los años 2001 y 2010. Esta información ofrece datos sobre pobreza más reducidos, en el año final, que los que consigna el informe de la UCA-Observatorio Social. Así, para el nordeste, la peor región en situación social, el mapa de la pobreza indica un descenso de la misma significativo de la misma: era del 57,2 % en 2001 y cayó al 18,5 % en 2010. En el Noroeste el descenso fue el siguiente: 48,3 % de sus habitantes en pobreza en el año 2001 y11, 8 % en el año 2010. Para la región Cuyo la información consigna que los habitantes en situación de pobreza eran en el 2001 el 39,6 % de toda la población y se habían reducido en el año 2010 a sólo el 9,8 %. En la región Pampeana los datos consignan un 37,1 % de pobreza en el 2001 y un 9,6 % en el año 2010 En la poblada Área del Gran Buenos Aires, los índices de pobreza caen del 37,1 % en el año 2001 al 9,6 % en el 2010.Y en la región patagónica, donde la situación social es la mejor de todas las regiones del país, los índices de pobreza total son del 23,2 % en el año 2001 y se repliegan al 5,8 % en el 2010 ( CIPPEC, opus. cit., capítulo 3,pagina 58)
Como conclusión de este recorrido relevante de datos sobre algunos de los índices sociales más destacados del evolución de la sociedad argentina entre el cierre de la Convertibilidad y los tiempos actuales que corren, sólo cabe agregar que los mismos son impactantes en cuanto al progresivo y firme horizonte de progreso social y justicia distributiva que ha tenido lugar en esta nueva etapa del desarrollo económico-social que se abrió en el año 2003. La fuente de las estadísticas que corroboran esta información es de procedencia insospechada y no se la puede acusar de ser cercana o afín a las ideas de quienes han conducido el país en los últimos nueve años
Es posible afirmar, entonces, que el debate en torno a la bondad del proyecto de desarrollo vigente desde el año 2003 ha sido definitivamente cerrado con los datos transcriptos, que puntualizan los evidentes beneficios que para los sectores sociales que menos recursos e ingresos tienen ha venido deparando la política económica del desarrollo con inclusión y equidad social aplicada en la reciente década.
* Investigador Principal del CONICET
Chávez, Venezuela y todos nosotros
> Roberto Páez González
> 10/03/2013
>>> Chávez, Venezuela y Latinoamérica
El papel del individuo en la historia llega notoriamente hasta el reconocimiento de las masas venezolanas por los cambios a que dio lugar en materia social. A quienes se solazan indicando que fue posible porque se dispararon los precios del petróleo debemos recordarles que más importante aún que esa ventaja es a quiénes va a parar. Los catorce años de Chávez produjeron cambios profundos y evidentes.[1]
Pero Hugo Chávez Frías desempeñó asimismo el personaje de una idea de unión iberoamericana, cara al Libertador Simón Bolívar, sentida también por los patriotas de 1810/1825, entre los cuales San Martín, Monteagudo, Artigas y que vivió o sobrevivió entre los pliegues transgeneracionales de nuestros pueblos y diversos escritores de resistencia intelectual a pesar de las traiciones de las oligarquías y de la élites culturales amancebadas con las preeminencias europeas o anglosajonas desde aún antes del siglo diecinueve.
El maestro de Bolívar, Simón Rodríguez, había advertido: “O inventamos o erramos”. Pero la fragmentación fue la regla y con ella las hegemonías locales aliadas a los intereses extranjeros, procesos a los que sin embargo se opusieron sin éxito patriotas americanos como Felipe Varela y otros. [2]
Manuel Ugarte fue un argentino que al comienzo del siglo veinte rescató la idea de la unidad latinoamericana. Mantuvo amistad con un venezolano, Rufino Blanco Fombona y entre otras afinidades compartieron la critica acerba al mitrismo, cuyo rol pésimo ya otros habían denunciado, como el mencionado Varela. [3]
Entre varios escritores argentinos que se pronunciaron por la necesidad de la unión vamos a recordar a Juan José Hernández Arregui y Jorge Abelardo Ramos. El primero de ellos le dedicó buena parte de su obra y también conferencias y participaciones en mesas redondas, como las de los Centros iberoamericanos por la Emancipación Nacional, en 1972,[4] y el segundo -recordemos- reeditó parte de la obra de Manuel Ugarte y también escribió una historia de América Latina.[5]
No vamos a dejar de señalar la prédica latinoamericanista de Perón, Fidel Castro y el Che, ni la existencia de otros muchos antecedentes como los de Francisco Morazán, Lázaro Cárdenas y un inevitablemente largo etcétera que los que ahora “somos Chávez” tenemos que tratar de conocer y tenemos que encarnar en nuestras vidas y convicciones.
Por consiguiente, Hugo Chávez Frías no fue un inventor desopilante. Fue sí un hombre político latinoamericano fiel a sus convicciones, a las que no dejó en la puerta de la casa de gobierno al entrar, al igual que Néstor Kirchner, pero que en materia de pedagogía política se destacó en la enseñanza de lo que los latinoamericanos podemos hacer.
Y además es cierto que fue generoso, como dijo Pepe Mujica. Por ejemplo lo fue con Argentina, así lo expresó Cristina Fernández de Kirchner; con los países centroamericanos, como Nicaragua; con Cuba, con Ecuador, con Bolivia… y con poblaciones norteamericanas sin la solidaridad social en su país.
Es un balance sencillamente enorme. Y nos cabe atisbar que los políticos tradicionales que han integrado el contubernio neoliberal en el mundo le tenían tirria y como son vengativos se la van a seguir teniendo.
Por eso, “somos Chávez” ha de ser una conciencia, un agradecimiento, una actitud, un propósito. En suma, el lema del latinoamericanismo del siglo XXI que le dé contenido exitoso a la prédica de Chávez de un socialismo del siglo XXI.
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[1] Al final de su nota Juego de espejos, Horacio Verbitsky presenta el cuadro Venezuela antes y después de Chávez, con datos inapelables: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-215489-2013-03-10.html .
[2] ¡Viva la Unión Americana! Manifiesto del General Felipe Varela a los pueblos americanos sobre acontecimientos políticos de la República Argentina en los años 1866-67: http://es.wikisource.org/wiki/Proclama_de_Felipe_Varela .
[3] Norberto Galasso, Manuel Ugarte, un argentino “maldito”, Ed. Colihue, Buenos Aires, 1985.
[4] Las intervenciones fueron parcialmente publicadas en la revista Militancia que dirigieron Rodolfo Ortega Peña y Eduardo Luis Duhalde.
[5] Obras de Ugarte: América Latina, un país; El porvenir de América Latina; de Hernández Arregui: ¿Qué es el ser nacional? La conciencia histórica iberoamericana; y de Ramos: Historia de la Nacion Latinoamericana
Liderazgo
Por Alfredo Zaiat
El recorrido de la economía venezolana en los últimos 14 años de liderazgo de Hugo Chávez exhibe resultados sólidos en varios frentes y débiles en otros. La reducción de la pobreza y de la desocupación, con una mejor distribución del ingreso y extensión de la cobertura de salud y alfabetización total de la población, se coloca en el lado del haber. La frágil estrategia de industrialización y de soberanía alimentaria de una economía con predominio de la renta petrolera e incapacidad administrativa de un Estado que no se termina de reconstruir son parte del debe, en un balance esquemático. Quienes rescatan los logros de la Revolución Bolivariana destacan avances sustanciales en indicadores socioeconómicos. Quienes se ubican en la oposición critican los elevados índices de inflación y la fuga de capitales como síntoma de la falta de confianza y el control de cambio, prediciendo en todo momento la inminencia del colapso, deseo frustrado una y otra vez. Los procesos económicos entendidos como parte de un proyecto político reúnen diferentes facetas, puesto que, se sabe, el paraíso no existe en el mundo terrenal de la economía. El elemento orientador para abordar una evaluación primaria en ciclos tan vitales y controversiales es en qué medida mejoraron las condiciones materiales y simbólicas de las grandes mayorías como sujetos de derechos. En ese sentido, la casi década y media de Chávez en el poder ofrece un saldo muy favorable en términos históricos para Venezuela y en comparación con otros países de la región.
La crítica conservadora más habitual señala que los avances en materia social y el crecimiento de la economía venezolana se explican por la fabulosa renta petrolera. Es así. La cuestión es observar qué se hacía antes de Chávez y qué hizo él con esa renta. La petrolera Pdvsa informa que de 1999 a 2012 el Estado tuvo un ingreso de 383.233 millones de dólares provenientes del petróleo por la mejora de los precios internacionales, el aumento de las regalías que pagan transnacionales, otros cambios impositivos y por el incremento de la participación de Pdvsa en áreas petroleras antes en manos de grandes compañías extranjeras. Semejante masa de recursos fue utilizada para saldar la inmensa deuda social. Esta es una de las claves para entender el significado profundo de la economía política.
El argumento que busca minimizar los progresos en áreas de la salud, cobertura social, educación y viviendas populares por haber sido financiados por la renta petrolera brinda precisamente elementos interpretativos sobre cómo circulan y se reparten los excedentes de una economía. La renta petrolera en Venezuela no irrumpió con Chávez. Los gobiernos anteriores también la tuvieron con mayor o menor intensidad según la evolución de la cotización internacional del crudo. En los momentos de bonanzas, ninguno de ellos aplicó esos recursos para distribuirlos hacia los grupos más vulnerables, sino que fueron apropiados por la elite empresaria y política local y por petroleras multinacionales.
Entre 1980 y 1998, la economía de Venezuela tuvo una caída del PIB por persona de 14 por ciento. “Esto representó uno de los peores rendimientos económicos en una región que, en conjunto, experimentó el peor fracaso en un siglo de su crecimiento económico a largo plazo”, explican Mark Weisbrot y Jake Johnston en “¿Es sostenible la recuperación económica de Venezuela?”. Desde 1998 la economía ha tenido un crecimiento moderado del PIB por persona, y uno mucho más alto desde la restauración de la estabilidad política y desde que el gobierno de Chávez tomó el control sobre la industria del petróleo, en 2003. Esos dos investigadores del Center for Economic and Policy Research, de Washington, destacan que si se mide desde 2004, cuando la economía alcanzó los niveles registrados antes de la recesión precipitada por el paro petrolero de 2002, el PIB por persona ha crecido a un ritmo anual promedio de 2,5 por ciento. “Este crecimiento impulsó una importante reducción de los niveles de pobreza y pobreza extrema, así como varios otros logros en los sectores de asistencia médica y educación como resultado de aumentos en el gasto social”, afirman Weisbrot y Johnston.
De ese modo se va definiendo la base conceptual de la política económica y la legitimidad social del liderazgo político. Precisar cuál es el destino de excedentes extraordinarios sirve para caracterizar la orientación de ciclos políticos. Esos recursos pueden ser la renta petrolera, la renta sojera o los originados de la emisión de deuda externa. Son fondos adicionales en la economía determinados por diferentes circunstancias locales o externas. El aspecto central es observar cómo circulan en el espacio económico y quiénes se los apropia.
En los noventa, los gobiernos de Carlos Menem tuvieron un importante ingreso de fondos vía endeudamiento público, elevando el stock de deuda de 65.300 millones de dólares del gobierno de Raúl Alfonsín hasta los 121.877 millones de dólares del final de su mandato. Los 56.577 millones de dólares de esa deuda incremental fueron recursos que financiaron la fuga de capitales y el consumo suntuario de sectores sociales acomodados alentado por la apertura comercial y el atraso cambiario. En cambio, sin contar con el acceso al financiamiento externo, desde la megadevaluación de 2002 y el alza de las cotizaciones internacionales de las materias primas, la renta agraria, en especial la sojera, entrega fondos extraordinarias a la economía. Parte de esos recursos son capturados con la aplicación de derechos de exportación al complejo oleaginoso y a otros granos, ingresos fiscales direccionados a desarrollar el gasto público en áreas de la obra pública y prestaciones sociales.
El discurso ortodoxo cuestiona ese tipo de utilización de la renta agropecuaria o de la petrolera. Dicen que es un despilfarro de gobiernos que hacen un mal uso de esos fondos y que en lugar de consolidar las cuentas fiscales los utilizan para financiar gastos “populistas”, como denominan satisfacer necesidades básicas de la población (salud, educación, vivienda e ingreso mínimo garantizado). Por ejemplo, en el caso argentino, la Asignación Universal por Hijo; en el gobierno de Chávez, la construcción de 347 mil viviendas populares en el bienio 2011-2012. Confunden problemas en el frente inflacionario o en el mercado cambiario por la fuga de capitales con la política de distribución de ingresos provenientes de rentas extraordinarias (petrolera o agraria). Les molestan los avances sociales fruto de una reasignación diferente de esos ingresos, que deja en evidencia, además, que las grandes mayorías pueden vivir un poco mejor desestimando las falsas promesas de bienestar futuro de las recetas conservadoras.
Las impresionantes muestras de dolor popular por la muerte de Chávez tienen explicación en que mayorías marginadas históricamente fueron reconocidas como sujetos de derechos sociales, económicos y políticos, reparación cuyo origen nace en el cambio de paradigma sobre cómo se reparte la renta petrolera. Aquí es donde aparece el punto clave del debate sobre la orientación de la economía política, pues en las críticas se refleja la incomodidad de las elites tradicionales por no poder apropiarse de la totalidad de esos fondos, y el rechazo a que hayan sido orientados en cambio a cubrir demandas sociales insatisfechas. La contrariedad aumenta en forma sustancial porque los progresos sociales financiados con rentas extraordinarias han provocado la lógica reafirmación de fuertes liderazgos políticos, aquí como en la Venezuela de Chávez.